Artículo de opinión de Antonio Leal Giménez
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Las representaciones culturales como el arte, la escultura/arquitectura, la literatura, el teatro, la pintura, la danza, la música, y tantas otras, forman parte de nuestra esencia popular y es algo creado en y por nuestro pueblo. Y si además, según consta en los Presupuestos Municipales para el año actual, los recursos destinados al capítulo de promoción de la cultura, serán alrededor de 40€ habitante/año, (más o menos lo que nos costaría comprar -cosa recomendable- las obras «El don de la ignorancia» y «Desolación y vuelo: Poesía reunida 1951-2011» de nuestro crítico de arte, traductor, antólogo y Premio Nacional de Poesía, José Corredor-Matheos) se ejecutan con la filosofía de hacerlos aprovechables, merece ser reconocido.
En términos de gestión es sabido que la relación entre los logros conseguidos y los medios utilizados se denomina eficiencia, lo que supone que se está sabiendo buscar la mejor manera de realizar las actividades por muy complejas que sean. Tenemos un pueblo que huele a progreso y que aspira a ser una referencia cultural.
La cultura es la actividad humana que refuerza el sentido de la identidad y de la ciudadanía en los pueblos. La UNESCO, la define como «el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o un grupo social. Incluye además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias». La cultura constituye un factor que contribuye a formar el pensamiento, desarrolla la creatividad y guía el proceder de las personas, por lo que los distintos gobiernos deberían considerarla como un elemento principal en sus objetivos.
En el libro III de «Vidas y opiniones de los filósofos ilustres», Diógenes Laercio relata que «estando Platón a punto de presentarse a un certamen con una tragedia suya, ante el teatro de Dionisio, tras haber escuchado a Sócrates, quemó sus poemas diciendo: Acude oh Hefesto, aquí, que Platón necesita tu auxilio». Con esta elocuente anécdota, nos informa que Platón, tras conocer a Sócrates, abandonó los versos para abrazarse a la filosofía. La causa, parece ser, provenía de su adscripción a consagrarse a la filosofía, esto es, a la búsqueda de la verdad, un camino incompatible con la literatura.
También nos informa de la polémica relación que, se estableció entre el filósofo ateniense y los poetas de tradición. Ello no era algo novedoso ni exclusivo de su tiempo: en el libro X de «La República», Sócrates afirma que «la poesía y la filosofía están en conflicto desde antiguo». El arte, lejos de ofrecer modelos de vida que eduquen al hombre en la virtud, puede resultar cómplice de la injusticia y la violencia que reinan en el mundo.
Desde entonces las relaciones entre la cultura y la política, en términos generales, no caminan en la misma dirección. En la gestión pública, los planes de desarrollo que dan a conocer nuestros representantes políticos como medidas para paliar el paro, por ejemplo, su visión de la cultura, es la de un sector generador de gasto público que no tiene repercusiones materiales.
De hecho en las propuestas plasmadas en los respectivos programas electorales no suelen contemplarse como líneas de actuación prioritarias. El escritor Juan Goytisolo Gay (Premio Cervantes 2014), recientemente fallecido, ya afirmaba en el invierno de 2012 que “me parece muy grave y de consecuencias nefastas que hoy los políticos consideren la cultura como algo prescindible».No es el caso en Alcázar de San Juan.
Ramón Zallo (1988: 26) explica que la Industria Cultural, concepto introducido por Theodor Adorno y Max Horkheimer en 1944, es “un conjunto de ramas, segmentos y actividades auxiliares industriales productoras y distribuidoras de mercancías con contenidos simbólicos, concebidas por un trabajo creativo, organizadas por un capital que se valoriza y destinadas finalmente a los mercados de consumo con una función de reproducción ideológica y social.”
Desde una perspectiva de Economía Política, el sector cultural es considerado como un potente motor de avance socioeconómico capaz de generar un significativo volumen de renta y empleo. El número de empresas culturales censadas en España era de 112.037, en el año 2015, manteniéndose en la actualidad en un 3,5 % del total. El volumen de empleo cultural alcanzó en el mismo año la cifra de 515.000 personas, lo que supone un 2,9 % del empleo total en España. Respecto a la aportación de la cultura al PIB, los últimos datos la sitúan en un 2.5% del total. En conclusión, la cultura es, además de un elemento indispensable en la cohesión social y la reconstrucción de una identidad, un sector económico tan o más importante que cualquier otro sector productivo. Las transacciones económicas en el seno de la cultura generan efectos económicos positivos para el aprendizaje y el desarrollo del conocimiento.
Alcázar de San Juan, cuenta con una oferta de programas culturales ricos y variados durante cualquier época del año, capaces de generar actividad económica para amplios sectores de la población y parece que, se es consciente de la existencia de una gran demanda social, por lo que se pretende satisfacer con propuestas considerables de una serie de actividades en todas las facetas de las artes, que son valoradas por sus ciudadanos.
Ya en el siglo XVI, Alcázar de San Juan con 18.480 habitantes, se convirtió en capital del Priorato de San Juan fundándose la Universidad, con las Cátedras de Medicina, Teología, Historia Sagrada y Filosofía, a las que, años más tarde, se abrieron una de Gramática y otra de Arte. Este hecho contribuyó a acentuar aún más el interés por los temas culturales entre los vecinos. Cinco siglos más tarde la vida cotidiana en Alcázar de San Juan está fragmentada no solo por las acciones que una persona desarrolla diariamente, algunas comunes y otras dependiendo de la realidad de cada ciudadano, sino también por la múltiple diversidad de sus acciones culturales. Convencidos de su importancia y trascendencia, nuestros representantes, apoyados en técnicos muy profesionales,vienen teniendo entre sus objetivos dar a la cultura un papel fundamental para el desarrollo de nuestra ciudad como marco de identidad, que favorezca el entorno educativo, cree riqueza y se convierta en un elemento clave de convivencia.
La cultura en Alcázar de San Juan no es una materia aislada, en realidad supone un elemento transversal ya que cuenta con una presencia activa de los alcazareños en temas Cervantinos, archivos, artes escénicas, artes plásticas, bibliotecas, creatividad y cine/audiovisual, museos, salas de exposiciones, música y patrimonio, dotación de becas a artistas jóvenes y para investigación en proyectos I+D+i, convirtiéndose en un referente en el ámbito cultural.
Recomiendo la visita a la página web del Patronato Municipal de Cultura (http://www.patronatoculturaalcazar.org/). En la actualidad forma parte de una red denominada «Siete Soles, siete Lunas», que la integran 33 ciudades de catorce países cuyo objetivo es unir todas las personas relacionadas con las diferentes disciplinas culturales para promover el intercambio y difusión de sus creaciones, subrayando los conceptos de universalidad del arte y de libertad de expresión.
Acaba de finalizar el mes de agosto y junto a julio, y durante veinticuatro días, hemos estado inmersos en actividades culturales de primer orden dentro del marco denominado «Escenarios de verano». Nos resulta significativo señalar que la mayoría de ellas se han realizado en espacios representativos abiertos y apartados de lugares cerrados. Se observa una estrategia cultural basada en el conocimiento y la ilusión de sus creadores, y se han ejecutado en la calle que, es el lugar idóneo para esta época del año. Lugares emblemáticos han sido escenarios de Cine, Cameratas Cervantinas y Conciertos de música (Clásica, Popular, Autor, Pop-Rock y Mariachis) que citamos acompañados con versos de Santiago Ramos Plaza (Alcázar de mis Cenizas:2002):
(En silencio están los pájaros/ Paseo de la Estación./ No me quieres, si me quieres/ Margarita del amor);
(El pretil lleno de árboles/ oculto se queda dentro,/ con la iglesia y la clausura,/ con la escuela y el recreo);
(Plaza de Santa Quiteria,Palomita que no tienes/ palomar en este pueblo, / ven aquí a hacer tu nido/ que en mi tejado hay un hueco.);
(En la calle Castelar/ mi corazón partirán./ En la calle Castelar/ como a todos los demás);
(Cantera del Cerro San Antón,A medio camino/ se quedan los olivos./ El aire no los deja/ subir a los molinos),
La Plaza Pedro Zerolo, enclavada en el Parque Alces,utilizado también como espacio cultural, donde Belén López Jiménez, joven artista (pintora), que ama el arte, emprendedora, e innovadora, acude a veces a impartir sus clases,en un ambiente natural, con los alumnos de su Academia, para que allí descubran algo nuevo en cada momento en los colores de los cedros, cipreses y olmos, así como en el zambullir de los patos cuando se sienten amenazados.
La celebración de la «Noche del Patrimonio», en toda la ciudad, que en su novena edición nos ha recordado la efeméride especial cuando Alcázar de San Juan pasó de ser villa a ciudad en el año 1877. El logro de que la Casa del Hidalgo, los Molinos de Viento y la Azulejería de la fonda de la estación (2645 azulejos conservados 1179 en la sala de espera) como bien de interés cultural, refuerza la protección del Patrimonio Histórico y Artístico de la ciudad. Las distintas ediciones de los Certámenes XVII de Pintura Rápida Pintor Ángel Lizcano Monedero y XXI Internacional de Pintura ‘Ciudad De Alcázar’ cumplieron todas las expectativas.
Igualmente hemos tenido ocasión de poder asistir a distintas actividades: en la Plaza de toros (música folclórica e infantil), en el Patio del Convento de San Francisco (concierto), en el Hotel Convento Santa Clara (música de autor), en la Piscina Municipal para escuchar flamenco lejos de Jerez de la Frontera, al que García Lorca bautizó como «Ciudad de los gitanos» que es considerada como «la cuna del arte flamenco», y en el Círculo de los Cipreses para recordar a Miguel Hernández:»Escribí en el arenal’/ los tres nombres de la vida/: vida, muerte, amor./ Una ráfaga de mar,/ tantas claras veces ida, / vino y los borró.
Trabajar proyectando el futuro pensando en el presente, es darle valor a lo que tenemos, por lo que fortaleciendo la cultura se proyecta un mejor desarrollo para nuestro pueblo. Alcázar de San Juan ha visto nacer a grandes figuras artísticas, desde admirables escritores y poetas hasta pintores y actores con producciones que marcaron la historia. Pero la veta artística en la ciudad no solo es cosa del pasado, sino que hoy en día, algunos artistas están empezando a ser reconocidos más allá de nuestras fronteras.
Es un orgullo ser/pertenecer, a este rincón del planeta lleno de historia y de cultura, e invitamos a sus residentes y a la diáspora expandida por el mundo que lo llevamos como embajadores donde quiera que vayamos, a que encontremos en Alcázar de San Juan, ese bello lugar donde merece la pena estar en cualquier época del año. Si lo hacemos, además, en vez de pasar, paseando, con sensibilidad e ilusión, apreciaremos que tenemos en nuestro pueblo un ejemplo de lugar de encuentro con la cultura.

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