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Don Quijote en el corazón de la Mancha
De Cervantes se ha discutido en todas las parcelas del conocimiento, pues hay quienes mantienen que era un experto en multitud de ellas y quienes, como yo, que creemos que Cervantes escribe desde su gran experiencia, especialmente el Quijote, Las Novelas Ejemplares y el Persiles, obras escritas al final de su intensa vida. Y lo hace además de una manera muy sencilla, entendible por sus lectores, que era el pueblo llano. El Quijote,lo han intentado complicar quienes, de una manera o de otra, buscan en él explicaciones a su propio conocimiento, el sentido que Cervantes quiso dar, según ellos, a una frase u otra, haciendo de una novela, de entretenimiento y valores humanos, una gran tesis doctoral, de su especialidad.
Cervantes no tuvo ninguna intención de escribir sobre la Historia ni de describir la Geografía de una parte de España, de la Mancha, en su obra más trascendental, el Quijote. Crea, ya en él, una técnica narrativa nueva, diferente a la empleada en las novelas por autores anteriores y que siguieron después otros muchos, hasta nuestra actualidad. Sabe lo que desea transmitir a sus lectores y lo hace de una manera sencilla, cercana, y lo más importante, creíble. Lejos de fantásticas aventuras, extraordinarios gigantes, países fabulosos, caballeros inmortales y doncellas de eterna juventud, utiliza para su narración lugares, caminos, parajes, construcciones, enseres y personas normales. Retrata con palabras, a hombres y mujeres, los relatos y sucesos de su tiempo, la política y su sociedad, en la creación del cuento de un hombre extraordinariamente solidario, defensor de la libertad y de la bondad innata del ser humano, al que ya en su tiempo, como ahora, solo un loco muy cuerdo, puede ser.
Y con genial ambigüedad los encanta o desencanta para amoldarlos a la historia del buen hidalgo manchego. Los personajes que intervienen pudieron ser reales, con sus virtudes y sus vicios, a los que conoció en algún lugar, o de los que escuchó rumorear en alguna venta junto a la lumbre, en boca de unos o de otros. De esta manera tan sencilla, pero tan novedosa en su tiempo, acerca la historia de don Quijote a sus lectores, conocedores de los mismos hechos históricos, situaciones sociales o particulares que están describiendo, e incluso, la geografía por donde transcurren las ingeniosas aventuras. Hace, en definitiva, creíble su historia.
Para algunos filólogos y filósofos este realismo, histórico, social, geográfico y humano, no tiene importancia, considerándolo como un simple recurso literario de Cervantes en la creación de su obra. Incluso hay geógrafos e historiadores que tampoco ven necesario perder el tiempo en esto. Como lector del Quijote, en principio, estoy de acuerdo con todos ellos, lo importante del Quijote es el cuento, que entre risas, por las locuras y sandeces de sus dos protagonistas, nos hacen pensar sobre nuestra condición humana, sobre nuestra propia vida. Pero como lector reincidente del Quijote,soy un privilegiado, porque nací y vivo en la Mancha, y estar en los mismos lugares, caminos y parajes reales, en los que don Quijote estuvo en la ficción, y quizás Cervantes en la realidad, me ayuda a entender mejor la elección de esta parte de España como patria de don Quijote, aunque para el resto de los lectores cervantinos, esto carezca de sentido.
De la Mancha de don Quijote se ha escrito y discutido también mucho, y se seguirá haciendo, por no ser, en el tiempo de la escritura del Quijote, un espacio geográfico nítidamente delimitado, ni administrativa, ni judicialmente. Antes de que Cervantes pusiera el título a su novela, El Ingenioso hidalgo don Quixote de la Mancha, en 1605, este topónimo se había utilizado para definir administrativamente unas partes del territorio de la orden de Santiago en Castilla.
En 1353, una asociación de pueblos santiaguistas fundaron el Común de la Mancha, con objetivos fiscales y de aprovechamiento comunal de sus tierras y de pastos para sus ganados. En la primera mitad del siglo XVI, la orden de Santiago estaba dividida, administrativa y fiscalmente, entre los comunes de Mohernando y Uclés, y los partidos de Ocaña y Ribera del Tajo, de la Mancha, y del Campo de Montiel. A finales de ese mismo siglo XVI, este territorio santiaguista quedó dividido administrativamente entre los partidos de Ocaña y Montiel. Judicialmente también tuvo en este mismo siglo cambios en sus límites, pero en ninguno de ellos este topónimo se utilizó.
Sin embargo, la Mancha aparece dibujada, por primera vez, en un mapa del Libro de grandezas y cosas memorables de España, publicado en 1566 por Pedro de Medina. En él, podemos apreciar a la Mancha entre Castilla, reino de Aragón, Valencia, reino de Murcia y el reino de Toledo.
Parece meridianamente claro que, nacido ya Miguel de Cervantes, la Mancha geográfica, sin límites administrativos, fiscales y jurídicos, era una parte significativa, amplia y conocida de España. Tanto es así que, en la Descripción y Historia de los pueblos de España, más conocida como Relaciones Topográficas de Felipe II, mandada hacer por el rey en 1575, en la pregunta número cuatro de su interrogatorio, solicitaba que se contestase por parte de “dos personas, o más, inteligentes y curiosas, de los pueblos donde residieren”, que describiesen: “El reino en que comúnmente se cuenta el dicho pueblo, como es decir si cae en el reino de Castilla, o de León, Galicia, Toledo, Granada, Murcia, Aragón, Valencia, Cataluña, o Navarra, y en qué provincia o comarca de ellos, como sería decir en tierra de Campos, Rioja, Alcarria, la Mancha, etc.”
No todos los pueblos responden y algunos que sí lo hacen, sus declaraciones no llegan o se pierden en los archivos de El Escorial. Pero sí encontramos en las contestaciones que se conservan, el topónimo “Mancha”, por encontrarse el pueblo en ella, o en referencias geográficas para determinar claramente su situación en el espacio castellano, según las personas elegidas por ese lugar.
Como ejemplo, Argamasilla de Alba, de la orden de San Juan, contesta: “Al cuarto capítulo dijeron que el reino en el que comúnmente se encuentra este pueblo es en el de Toledo en la bailía de Alcázar, que por otra parte en donde este pueblo está asentado se llama la Mancha”.
Los pueblos que dicen encontrarse en la Mancha están repartidos mayoritariamente entre los territorios gobernados por las órdenes militares de Santiago, San Juan y Calatrava, aunque también hay algunos fuera de ellas, por ejemplo en señoríos del Obispado de Cuenca.
Sin embargo, resulta muy significativo que lugares muy próximos a otros, que sí manifestaban su situación dentro de la Mancha, no declarasen estar en ella. Un ejemplo muy significativo, por estar muy cerca de El Toboso, es Miguel Esteban, que no se siente estar en la Mancha. Así responden: “Al cuarto capítulo se responde que esta villa de Miguel Esteban es de la orden de Santiago, y que está muy lejos de la mar, cincuenta leguas, y lo demás de la pregunta no lo saben”. Además de El Toboso, responden estar en la Mancha: La Puebla de Almoradiel, Quintanar de la Orden, Mota del Cuervo y Campo de Criptana, todos pueblos de la orden de Santiago, como Miguel Esteban.
Y en el lado opuesto podemos encontrar a pueblos que se declaran estar en la Mancha y sus pueblos vecinos no, como el caso de Bolaños de Calatrava, que dice ser “… del reino de Toledo, tierra de la Mancha, a la fin de ella”. Y sus localidades vecinas de Daimiel, Miguelturra, Manzanares o Valenzuela de Calatrava, nada dicen de estar en la Mancha. Sí, todos ellos, como Bolaños, pertenecer a la orden de Calatrava.
Los lugares que dicen estar en la Mancha abarcan un extenso territorio castellano, desde Uclés y Villarrubia de Santiago, al norte, a Argamasilla de Alba y Membrilla, al sur, y desde Tirteafuera y Almodóvar del Campo, al oeste, a Iniesta y La Roda, al este.
Extensísimo espacio, que coincide con el descrito por don José de Hosta, en su “Crónica de la provincia de Ciudad Real”, publicada en 1865. Buscando los orígenes de esta provincia actual, escribe:
“… puesto que se da comúnmente el de Mancha a todo el territorio, llano, raso, árido y seco, comprendido entre los montes de Toledo y la falda occidental de la sierra de Cuenca, y desde la Alcarria hasta Sierra-Morena, entrando en esta demarcación la llamada Mesa de Ocaña y del Quintanar, los partidos de Belmonte y San Clemente, y los terrenos de las órdenes de Santiago, San Juan y Calatrava, con toda la sierra de Alcaraz, siendo sus confines al N. el Tajo y la parte llamada propiamente Castilla la Nueva, al E. los reinos de Valencia y Murcia, al S. los de Córdoba y Jaén y al O. las provincias de Extremadura, extendiéndose 53 leguas de E. a O. y 33 de N. a S
Y, coincide también, con la imagen de la inmensa Mancha que nos deja descrita Otto Jessen, profesor de Geografía de la Universidad de Rostock (Alemania), en “La Mancha, contribución al estudio geográfico de Castilla la Nueva”, publicada en 1930, delimitando este espacio geográfico. Jessen realiza este estudio después de hacer un viaje por España en 1928. Tomando como origen Madrid, sube a un tren, en la estación de Mediodía, hacia Andalucía. Y atraviesa la Mancha.
Jessen, define el norte de la Mancha después de su visita a Aranjuez: “Sin un tránsito sensible abandonamos la cuenca del Tajo para entrar en la del Guadiana, y, de la misma manera, la mesa de Ocaña pasa a convertirse en La Mancha”. Llega en tren a Alcázar de San Juan, y continúa viaje hacia Andalucía, describiéndonos el sur de la Mancha: “Todavía, en los alrededores de Valdepeñas, se extiende la planicie manchega como una amplia ensenada; pero se ha perdido ya la impresión de infinitud que tenía hasta aquí. La vista queda limitada por una comarca montuosa, que forma el campo de Calatrava, al oeste, y el de Montiel, al este, en tanto que la llanura se alarga aún hacia el sur, hasta Santa Cruz de Mudela. Luego se juntan las lomas de uno y otro lado, y el tren abandona definitivamente La Mancha.”
¿Por qué no todos los pueblos, o la mayoría de ellos, de la orden de Santiago, especialmente del partido del Campo Montiel, y de la orden de Calatrava, no declararon estar en la Mancha en las Relaciones Topográficas? Sencillamente, porque sus límites no eran físicos, administrativos o jurisdiccionales, sino sentimentales. Unos lugares sí se sentían pueblos manchegos y otros, aunque vecinos, prevalecía más su sentimiento santiaguista, calatravo o montieleño, al menos en esas “dos personas, o más, inteligentes y curiosas” elegidas para contestar al interrogatorio. Pero esto no nos debe de asombrar, pues hoy mismo, por ejemplo, hay conquenses que se sienten “serranos” antes que manchegos, o la gran mayoría de vecinos de Guadalajara que son “alcarreños”, sin ningún sentimiento manchego, aunque todos pertenezcamos a la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha.
Con los conocimientos geográficos e históricos con los que hoy contamos, hay quien ha querido, incluso, enmendar la plana al mismo Cervantes, sobre su equivocación en los límites de la Mancha. Cervantes es el autor del Quijote y no se equivoca. No tiene ninguna intención de escribir un tratado de geografía, simplemente quiere escribir un libro que, entre críticas e ironías, moviese a la risa, entretuviese a sus lectores coetáneos, y con el dinero de la venta de su Quijote, poder vivir con su familia en aquel Madrid de principios del siglo XVII, ya que con sus obras de teatro no tenía éxito, en gran parte porque el teatro de Lope de Vega lo ensombrecía, como a los demás autores.
Y elige como patria de don Quijote a la Mancha. Lejos de reinos imaginarios y fantásticos, escoge un espacio inmenso, de pocos recursos, donde casi no hay nada significativo ni casi nunca pasa nada, pero que lo conocen, de paso, muchos viajeros, y por donde le llevará a través de sus monótonos caminos y sencillos parajes. Con este simple recurso literario, sitúa a sus héroes en un terreno pobre, sin relevancia, pero real, bien conocida en España por estar en los caminos de paso entre Castilla, Andalucía, Murcia y Extremadura.
Describe, sin nitidez, la geografía que más o menos conoce y con la que sus vecinos se sienten pertenecer y los viajeros conocer. Somos nosotros, los que creemos que el Quijote es una obra de ficción en una geografía real, los que tenemos que llegar a entender esos límites que él autor conoció y describió, los bordes en la imagen que de la Mancha tiene Cervantes, para poder interpretar geográficamente su cuento, y, por qué no, poder hacer la misma ruta que don Quijote hizo por ella.
Lo que no cabe duda, y muy a menudo es olvidado, es que el espacio geográfico conocido por Cervantes, la Mancha, tiene en su corazón, en su centro, a la Cueva de Montesinos. Sencillamente porque así la conoce Cervantes. Hay autores que al defender sus hipótesis sobre la geografía del Quijote se “olvidan” de leer algunas partes de los capítulos, e incluso hasta los títulos de los capítulos. Concretamente el del capítulo XXII de la segunda parte, que dice así: “Donde se cuenta la grande aventura de la cueva de Montesinos, que está en el corazón de la Mancha, a quien dio felice cima el valeroso don Quijote de la Mancha”
La percepción de la imagen de una ciudad o un paisaje es subjetiva para cada uno de sus vecinos o visitantes, pero pasa a ser una imagen objetiva en el momento que se usa en una creación por su autor. Se podrá llegar a discutir hasta donde llegarían los límites de la Mancha por el norte, sur, este y oeste, y si este o aquel pueblo era o no de la Mancha en este o aquel tiempo, pero si se trata de la Mancha que Cervantes conoce y escoge para hacerla patria de don Quijote, es evidente que la Cueva de Montesinos está en su corazón.
Y al corazón de esa Mancha, a esta famosa cueva, se dirigen don Quijote y Sancho, acompañados por un guía, después de las famosas bodas de Camacho con Quiteria, que al fin resultaron ser las bodas de Quiteria con el ingenioso y enamorado Basilio:
“Finalmente, tres días estuvieron con los novios, donde fueron regalados y servidos como cuerpos de rey. Pidió don Quijote al diestro licenciado le diese una guía que le encaminase a la cueva de Montesinos, porque tenía gran deseo de entrar en ella y ver a ojos vistas si eran verdaderas las maravillas que de ella se decían por todos aquellos contornos. El licenciado le dijo que le daría a un primo suyo, famoso estudiante y muy aficionado a leer libros de caballerías, el cual con mucha voluntad le pondría a la boca de la mesma cueva y le enseñaría las lagunas de Ruidera, famosas ansimismo en toda la Mancha y aun en toda España”
La existencia de la Cueva de Montesinos era conocida en la Mancha, como las antiguas leyendas de aquellos parajes. También por don Quijote, aunque no sabe llegar precisamente a ella, por lo que pide al licenciado, amigo de Basilio, al que conoció en el camino hacia el lugar de las bodas, un guía que los lleve hasta ella, y el licenciado le recomienda a su primo.
Dejan el lugar, de Quiteria y Basilio, no sin el disgusto de Sancho, y llegan a una pequeña aldea, muy cercana a la cueva, donde pasan la noche. A la mañana siguiente compran las cuerdas para atar a don Quijote, empeñado en bajar a las entrañas de ella:
“En estas y otras gustosas pláticas se les pasó aquel día, y a la noche se albergaron en una pequeña aldea, adonde el primo dijo a don Quijote que desde allí a la cueva de Montesinos no había más de dos leguas, y que si llevaba determinado de entrar en ella era menester proveerse de sogas, para atarse y descolgarse en su profundidad.
Don Quijote dijo que aunque llegase al abismo había de ver dónde paraba, y así, compraron casi cien brazas de soga; y otro día, a las dos de la tarde, llegaron a la cueva, cuya boca es espaciosa y ancha, pero llena de cambroneras y cabrahígos, de zarzas y malezas, tan espesas y intricadas, que de todo en todo la ciegan y encubren. En viéndola se apearon el primo, Sancho y don Quijote, al cual los dos le ataron luego fortísimamente con las sogas…”
Llegan a la entrada de la cueva a las dos de la tarde. Han tenido que comprar las cuerdas por la mañana y hacer el camino que hay entre este lugar y la cueva. Después de atar a don Quijote, este se hinca de rodillas y hace una oración al Cielo, además de encomendarse a su Dulcinea del Toboso:
“Y en diciendo esto se acercó a la sima: vio no ser posible descolgarse ni hacer lugar a la entrada si no era a fuerza de brazos o a cuchilladas, y así, poniendo mano a la espada comenzó a derribar y a cortar de aquellas malezas que a la boca de la cueva estaban, por cuyo ruido y estruendo salieron por ella una infinidad de grandísimos cuervos y grajos, tan espesos y con tanta priesa que dieron con don Quijote en el suelo; y si él fuera tan agorero como católico cristiano, lo tuviera a mala señal y escusara de encerrarse en lugar semejante.
Finalmente se levantó, y viendo que no salían más cuervos ni otras aves nocturnas, como fueron murciélagos que asimismo entre los cuervos salieron, dándole soga el primo y Sancho, se dejó calar al fondo de la caverna espantosa…”
Comienza don Quijote a adentrarse en la cueva. Sancho y el primo le van soltando, poco a poco, la cuerda. Las casi cien brazas de cuerda se acaban y ya no escuchaban las voces de don Quijote desde hacía rato. Esperan media hora, sin que escuchen ni pase nada, y deciden tirar de la cuerda, que recuperan con facilidad, sin el peso del cuerpo de don Quijote, lo que hace pensar a Sancho que su amo se había quedado allí dentro, hasta que habiendo sacado algo más de ochenta brazas vuelven a sentir el peso de don Quijote, reconociendo su figura a solo diez brazas de la entrada. Algo extraño ha pasado:
“Iba don Quijote dando voces que le diesen soga y más soga, y ellos se la daban poco a poco, y cuando las voces, que acanaladas por la cueva salían, dejaron de oírse ya ellos tenían descolgadas las cien brazas de soga y fueron de parecer de volver a subir a don Quijote, pues no le podían dar más cuerda. Con todo eso, se detuvieron como media hora, al cabo del cual espacio volvieron a recoger la soga con mucha facilidad y sin peso alguno, señal que les hizo imaginar que don Quijote se quedaba dentro, y creyéndolo así Sancho, lloraba amargamente y tiraba con mucha priesa por desengañarse; pero llegando, a su parecer, a poco más de las ochenta brazas sintieron peso, de que en estremo se alegraron. Finalmente, a las diez, vieron distintamente a don Quijote, a quien dio voces Sancho, diciéndole:
—Sea vuesa merced muy bien vuelto, señor mío, que ya pensábamos que se quedaba allá para casta.
Pero no respondía palabra don Quijote, y sacándole del todo, vieron que traía cerrados los ojos, con muestras de estar dormido. Tendiéronle en el suelo y desliáronle, y, con todo esto, no despertaba; pero tanto le volvieron y revolvieron, sacudieron y menearon, que al cabo de un buen espacio volvió en sí…”
Don Quijote ha estado profundamente dormido, tanto que lo habían sacado aún dormido. Despierto, más por las sacudidas y meneos de Sancho que por el deseo de hacerlo, don Quijote, comienza a contarles lo que allí adentro le había pasado:
“… desperezándose, bien como si de algún grave y profundo sueño despertara; y, mirando a una y otra parte como espantado, dijo:
—Dios os lo perdone, amigos, que me habéis quitado de la más sabrosa y agradable vida y vista que ningún humano ha visto ni pasado. En efecto, ahora acabo de conocer que todos los contentos desta vida pasan como sombra y sueño, o se marchitan como la flor del campo.
Comen, pues don Quijote decía tener mucha hambre. Y les cuenta todo lo que en el interior de la cueva le había sucedido, desde el mismo momento de la entrada a la cueva. Y así comienza el capítulo XXIII:
“Las cuatro de la tarde serían cuando el sol, entre nubes cubierto, con luz escasa y templados rayos dio lugar a don Quijote para que sin calor y pesadumbre contase a sus dos clarísimos oyentes lo que en la cueva de Montesinos había visto; y comenzó en el modo siguiente:
—A obra de doce o catorce estados de la profundidad desta mazmorra, a la derecha mano, se hace una concavidad y espacio capaz de poder caber en ella un gran carro con sus mulas. Éntrale una pequeña luz por unos resquicios o agujeros, que lejos le responden, abiertos en la superficie de la tierra. Esta concavidad y espacio vi yo a tiempo, cuando ya iba cansado y mohíno de verme, pendiente y colgado de la soga, caminar por aquella escura región abajo sin llevar cierto ni determinado camino, y así, determiné entrarme en ella y descansar un poco. Di voces pidiéndoos que no descolgásedes más soga hasta que yo os lo dijese, pero no debistes de oírme. Fui recogiendo la soga que enviábades, y, haciendo della una rosca o rimero, me senté sobre él pensativo además, considerando lo que hacer debía para calar al fondo, no teniendo quien me sustentase; y estando en este pensamiento y confusión, de repente y sin procurarlo, me salteó un sueño profundísimo; y cuando menos lo pensaba, sin saber cómo ni cómo no, desperté dél y me hallé en la mitad del más bello, ameno y deleitoso prado que puede criar la naturaleza ni imaginar la más discreta imaginación humana”.
Don Quijote estaba profundamente dormido. Cree haberse despertado y ver, allí mismo, un gran castillo, del que salió su alcaide y guarda mayor, que se presenta como el mismo Montesinos de quien la cueva toma nombre. Montesinos le confirma la historia que los vecinos de la Mancha conocían desde el Medievo, y de cómo había llegado hasta allí, desde Roncesvalles, encantado por el sabio Merlín, junto a su primo Durandarte, Belerma, el escudero Guadiana y la dueña Ruidera con sus siete hijas y sus dos sobrinas:
“… y, por más señas, primo de mi alma, en el primero lugar que topé saliendo de Roncesvalles eché un poco de sal en vuestro corazón, porque no oliese mal, y fuese, si no fresco, a lo menos amojamado, a la presencia de la señora Belerma; la cual, con vos y conmigo y con Guadiana, vuestro escudero, y con la dueña Ruidera y sus siete hijas y dos sobrinas, y con otros muchos de vuestros conocidos y amigos, nos tiene aquí encantados el sabio Merlín ha muchos años”
La Cueva de Montesinos es real, es un topónimo conocido desde muy antiguo. En las Relaciones Topográficas, en 1575, los vecinos de La Ossa contestaban:
“… dijeron que en esta villa hay una ermita, que se dice San Pedro de Saelices, que está a una legua de esta villa, en la ribera del Guadiana, muy antiquísima, la cual está labrada la ermita en cruz. Y más arriba de ella hay una cueva, la cual se dice que era la cueva de Montesinos, que pasa un río grande por ella…”
Los vecinos de la vecina villa de La Solana, además del conocimiento geográfico de la cueva, contaban en su declaración la leyenda de los amores de la doncella Rosa Florida con el mismo Montesinos, en el cercano castillo de Rochafrida, que bien pudo inspirar a Cervantes:
“Y más encima del dicho heredamiento a la parte de levante, en una laguna que se dice que no tiene mucha agua y que en agosto se suele apocar y enjugar y que no quedan sino aguachares, hay una fortaleza en medio de la dicha laguna arruinada el edificio de ella, que comúnmente le llaman en esta tierra el castillo de Rochafrida, donde dicen que antiguamente estuvo una doncella que llamaron Rosa Florida, muy hermosa, y siendo señora de aquel castillo la demandaron de casamiento duques y condes de Lombardía y otras partes extrañas, y a todos los despreció. Y oyendo decir nuevas de Montesinos se enamoró de él y lo envió a buscar por muchas partes extrañas y lo trajo y se casó con él, y que era un hombre de notable estatura de grande y que en aquel castillo vivieron juntos hasta que allí murieron. Y cerca del castillo para entrar en él suele haber una puente de madera para pasar al dicho castillo porque, como dice su romance, por agua tiene la entrada y por agua la salida. Y cerca del dicho castillo está una cueva que llaman comúnmente la Cueva de Montesinos, por de dentro de la cual dicen que pasa mucha agua dulce siendo la del dicho río Guadiana más basta, y que pastores que andan en aquella ribera con ganado sacan agua de la dicha cueva para beber y guisar su comida…”
Estas declaraciones oficiales de los pueblos, mandadas al rey, se hicieron coetáneas a Cervantes, un cuarto de siglo antes de que comenzase a escribir el Quijote. No cabe duda alguna que la cueva era muy conocida por los vecinos de las villas cercanas a ella, e incluso era usada como refugio y manantial de agua por los pastores que por aquel espacio estaban con sus ganados, aunque tenían que entrar hasta el fondo de ella para obtener el agua, que, como afirman, es abundante.
Que la cueva existe, no cabe ninguna duda, pero lo descrito por don Quijote del interior de la cueva ¿es real o es ficción? Está meridianamente claro que lo visto por don Quijote después de quedarse dormido es un sueño, como el tiempo que estima que estuvo en el interior de la cueva, todo fruto de la creación de Cervantes.
Pero antes de quedarse dormido, don Quijote, describe a Sancho y al primo la cueva: “A obra de doce o catorce estados de la profundidad desta mazmorra, a la derecha mano, se hace una concavidad y espacio capaz de poder caber en ella un gran carro con sus mulas”. Aquí, en este ensanchamiento decide quedarse don Quijote: “Esta concavidad y espacio vi yo a tiempo, cuando ya iba cansado y mohíno de verme, pendiente y colgado de la soga, caminar por aquella escura región abajo sin llevar cierto ni determinado camino, y así, determiné entrarme en ella y descansar un poco”.
Además de la descripción física de la cueva, aquí anota el autor unas medidas de profundidad, medidas en estados, y durante el relato de la aventura también de longitud, medidas en brazas. Estas medidas enunciadas en el Quijote, lógicamente corresponden a medidas antiguas españolas, especialmente usadas en Castilla. Después de la Real Orden de 26 de Enero de 1801, donde se intentó unificar los pesos y las medidas, porque tenían diferencias de valor incluso entre provincias de la misma Castilla, y con la entrada en vigor del Sistema Métrico Internacional, la braza antigua castellana quedó fijada en 1,67 metros de longitud, la misma equivalencia que el estado antiguo, empleado principalmente en la medida de la profundidad de los pozos u otra cosa honda, por los poceros y canteros. Ambas medidas equivalían a seis pies, y cada pie a 0,278 metros.
Con la cantidad de cuerda comprada por don Quijote, compraron casi cien brazas de soga, casi 167 metros, y las explicaciones que en el texto encontramos, podemos calcular a cuantos metros, desde la boca de entrada a esta cueva,donde quedaron Sancho y el primo, llegó a entrar don Quijote en ella, hasta que llegó al gran ensanchamiento, donde quedó dormido. Don Quijote entra a la cueva pendiente y colgado de la soga y llega a un punto de ella donde distingue un gran ensanche. Está a oscuras y solo con algo de luz que le entra del exterior. Vocea a Sancho y al primo para que no les dé más cuerda, pero ellos no le oyen y siguen descolgando cuerda hasta agotarla, por lo que don Quijote fue haciendo un rollo con ella, sentándose sobre él. Como no había llegado al fondo de la cueva su preocupación era de quien le iba a sujetar desde ese momento, hasta que el sueño le venció:
“Di voces pidiéndoos que no descolgásedes más soga hasta que yo os lo dijese, pero no debistes de oírme. Fui recogiendo la soga que enviábades, y, haciendo della una rosca o rimero, me senté sobre él pensativo además, considerando lo que hacer debía para calar al fondo, no teniendo quien me sustentase; y estando en este pensamiento y confusión, de repente y sin procurarlo me salteó un sueño profundísimo…”
La distancia descendida por la cueva, pendiente de la cuerda que le iban soltando Sancho y el primo hasta ese espacio amplio, donde don Quijote quedó dormido después de enrollar la cuerda floja que le soltaban desde arriba, la concreta Cervantes cuando Sancho y el primo, habiendo pasado media hora, deciden tirar de la cuerda y sacar a don Quijote de la cueva. Tiran de ella y la recogen con mucha facilidad y sin peso alguno, lógico pues estaba solo enrollada, hasta que a poco más de las ochenta brazas sintieron peso. Se había acabado el rollo de cuerda que don Quijote había hecho y comenzaban a tirar del cuerpo de don Quijote, que seguía dormido atado a la cuerda. Si compraron casi cien brazas de cuerda y ya habían recuperado poco más de ochenta, a menos de veinte brazas de ellos se encontraba don Quijote, por tanto a menos de 33,5 metros.
En el año 1790, Luis Paret, dibuja un plano de la Cueva de Montesinos, en planta y en corte, que titula “Demostración de la célebre Cueva de Montesinos citada por Cervantes en su DnQuixote”. El plano está en escala de varas castellanas, otra medida antigua con una equivalencia de 0,835 metros, cada vara. Una braza castellana equivalía a dos varas castellanas. Medido en línea recta, entre la boca de la cueva y el lugar donde se encuentran dibujadas cuatro personas con antorchas o linternas, obtenemos una distancia de treinta varas, 25 metros.
Parece, más que probable, que además de tomar Cervantes el topónimo de la Cueva de Montesinos, y sus leyendas, para llevar hasta este espacio geográfico real a don Quijote, antes de continuar su camino hacia Zaragoza, también utiliza las características físicas de esta cueva como espacio escénico de esta aventura.
Teniendo el gran privilegio de vivir en la Mancha de don Quijote, decido volver de nuevo a la Cueva de Montesinos. Y esta vez, sí, adentrarme en sus entrañas, como lo hizo don Quijote y, por qué no, el mismo Cervantes, y comprobar estas singularidades que de la cueva he leído en el Quijote. Las dos veces anteriores que había venido me había quedado en su entrada, una reja me impedía el acceso, aunque tampoco tenía la curiosidad de entrar en ella como ahora.
No es necesario llevar casi cien brazas de cuerda ni buscar un primo que nos guíe hasta su entrada. Actualmente, con gran acierto, el Ayuntamiento de Ossa de Montiel, el lugar donde don Quijote, Sancho y el primo pasaron la noche y compraron a la mañana siguiente la cuerda, dispone de un servicio turístico de guía para llegar hasta la cueva y enseñártela con todo tipo de comodidad y seguridad. Hace como unos siete años acomodó la bajada a ella instalando en su parte de mayor pendiente unos escalones que hacen que no solo no sea necesario una cuerda o barandilla donde agarrarnos, sino que, además, impiden peligrosos resbalones en una superficie de roca caliza muy resbaladiza por la humedad y precipitación de agua que hay en el interior de esta formación kárstica.
Matilde, que así se llama nuestra experta guía oficial, nos encamina en los escasos doscientos metros que hay entre el punto de encuentro y la cueva, entre encinas, sabinas, tomillo y romero. Después de proveernos de casco y linterna, incluidos en los 4 euros de la visita, a cada uno del pequeño grupo al que me sumé, nos informa de la manera que debemos de comportarnos en el interior. Además del suelo resbaladizo y un punto donde casi todos oiremos el golpe de nuestro casco en el techo, en esta época, mediados de septiembre, comienza la época de cría de la colonia de murciélagos que hay en la cueva, y la luz excesiva de las linternas y el tono de voz alto pueden molestarlos en esta delicada etapa de su vida. Sí, también la descripción que hace Cervantes de estos singulares mamíferos voladores es real: “Finalmente se levantó, y viendo que no salían más cuervos ni otras aves noturnas, como fueron murciélagos que asimismo entre los cuervos salieron, dándole soga el primo y Sancho, se dejó calar al fondo de la caverna espantosa…”
Y comienza nuestra guía, antes de entrar, el resumen de los capítulos XXII y XXIII de la segunda parte del Quijote, que hacen que una simple visita a la cueva, se encante, y sintamos estar junto al espíritu de don Quijote en sus profundidades. Esta cueva, si no es por Cervantes, es muy posible que hoy no estuviese ni representada en las hojas de los mapas de la zona, ni mucho menos tendría el más mínimo interés turístico.
Le pido permiso para sujetar un extremo de una cinta métrica, de 50 metros, en la boca de la cueva e ir descolgándola por su interior hasta la conocida hoy como Sala Grande, donde quedó don Quijote dormido. Y entramos en la cueva. Junto a su entrada, como a unos cuatro metros de profundidad hay un espacio, que era usado hasta no hace muchos años para el resguardo de pastores y agricultores de las inclemencias del tiempo, conocida como Sala El Portalo de los Arrieros, donde ya podemos ver algunos ejemplares de murciélagos pendientes del techo, su actual tesoro, que seguiremos viendo en toda la cueva, incluso revolotear entre nosotros.
Desde aquí, comienza la verdadera bajada a la cueva. La pendiente es acusada pero los peldaños estratégicamente instalados facilitan y aseguran el paso. Y llegamos a un punto donde a nuestra derecha se abre y agranda la cueva,y me viene a la cabeza: “…a la derecha mano, se hace una concavidad y espacio capaz de poder caber en ella un gran carro con sus mulas”. Nuestra guía sigue con la narración y explicaciones de la parte de la obra cumbre de Cervantes, que se escenifica precisamente aquí. Estamos, en el mismo lugar donde don Quijote, después de bajar, casi colgado, por esta fuerte pendiente, llega a esta parte más llana y recoge la cuerda que le seguían dando Sancho y el primo,y cansado se duerme.
Dirijo la luz tenue de mi linterna al suelo y apunto la medida a la que nos encontramos desde la entrada de la cueva, exactamente 32 metros, ¡las menos de veinte brazas de cuerda a las que dice sentir Sancho el peso del cuerpo de su amo, a menos de 33,5 metros! Matilde sigue hablando unos minutos, creo, pero yo no la escucho, mi mente está recordando una y otra vez los párrafos escritos por Cervantes de este mismo sitio. ¡Tengo los pies en este momento en el mismo lugar donde don Quijote se quedó dormido y soñando vio al anciano Montesinos dirigirse a él!
Miro hacia arriba, mis ojos ya se han acostumbrado a la oscuridad, y veo la luz reflejada por la entrada de la cueva, exactamente de la misma manera de como lo había leído en mi Quijote: “Éntrale una pequeña luz por unos resquicios o agujeros, que lejos le responden, abiertos en la superficie de la tierra…”
La distancia medida en metros coincide con la medida en brazas de la cuerda, pero también nos deja otra medida, de profundidad, tal y como se medían los pozos en aquella época: “A obra de doce o catorce estados de la profundidad desta mazmorra, a la derecha mano, se hace una concavidad y espacio capaz de poder caber en ella un gran carro con sus mulas”. Entre 20 y 23 metros estima don Quijote que ha bajado en profundidad con respecto a la superficie del terreno. En los paneles informativos que hay en la entrada podemos leer que la profundidad de la cueva es de 18 metros, once estados castellanos de profundidad. No coincide exactamente, pero como vemos es muy aproximado.
Salimos al exterior, la visita ha terminado, son casi las seis de la tarde, casi las cuatro de la tarde de horario solar…:“Las cuatro de la tarde serían cuando el sol, entre nubes cubierto, con luz escasa y templados rayos dio lugar a don Quijote para que sin calor y pesadumbre contase a sus dos clarísimos oyentes lo que en la cueva de Montesinos había visto…”.
Las visitas se pueden hacer durante todo el día, pero preferí ir a la que comienza a las cuatro de la tarde, las dos de la tarde solar en España en esta época del año, la misma hora a la que llegaron nuestros protagonistas a la cueva: “… a las dos de la tarde, llegaron a la cueva, cuya boca es espaciosa y ancha…”. La luz que entra por la cueva es la misma. Aunque estamos en septiembre la inclinación solar es muy aproximada a principios del mes de abril, que es cuando se estima que don Quijote comienza su tercera salida. Esa misma luz reflejada en su interior, y el olor del campo manchego llegando poco después de medio día a la entrada de la cueva, quería apreciar como lector.
Que fuese el mismo Cervantes el que bajase a la cueva, es más que probable, o que esta cueva y su interior se la describiese un vecino de La Ossa o de La Solana, en cualquiera de las ventas en las que pasó mil noches por los caminos de Castilla, también es posible. Lo que no cabe duda es que el que sí se adentra en la Cueva de Montesinos, en el corazón de la Mancha, es don Quijote, y hoy también he estado yo.
Hay lugares cervantinos, quijotescos, en los que cualquier lector del Quijote quiere estar. Uno de ellos es la Cueva de Montesinos. Leer estos dos capítulos antes de entrar, incitan a creer sentir dentro de ella el mismo espíritu de don Quijote y casi lo que él mismo sintió cuando, atado a una cuerda, descendió por ella y llegó a la gran sala inferior. ¡No es la cueva más bonita del mundo, es obvio, pero es la cueva del Quijote, única en el mundo!
Es evidente que la Mancha de don Quijote, no tiene los límites santiaguistas del antiguo Común de la Mancha y del Partido de la Mancha del vecindario del 1530. Tampoco es el territorio que administraba, desde 1691, la Provincia de la Mancha, ni mucho menos la actual región autónoma española de Castilla-La Mancha, integrada por las provincias de Albacete, Ciudad Real, Toledo, Cuenca y Guadalajara. Olvidar, o no intentar comprender, la imagen que del territorio nos describe Cervantes es alejarnos de la verdadera Mancha de don Quijote, en cuyo corazón está la Cueva de Montesinos.
Vuelvo a casa con la cabeza llena de murciélagos, encinas, antojadiza roca caliza y agua. No tengo prisa. Y lo hago recorriendo despacio las Lagunas de Ruidera, “famosas ansimismo en toda la Mancha y aun en toda España”. Aquellas hijas y sobrinas de la dueña Ruidera encantadas en lagunas, también, como la vecina Cueva de Montesinos, son reales. Este año, debido a la fuerte sequía que asola España, parte de estas lagunas no “lloran”, están con el nivel de agua muy bajo, e incluso la conocida como Redondilla está seca. Me paro, bajo andando a ella y contemplo una imagen desde su mismo centro muy difícil de volver a ver. No me voy muy preocupado por ella, pues de la misma manera la vi en el año 1992, y poco después se recuperaron y volvieron a “llorar” todas. Me llevo en la memoria esta imagen de la laguna con colores increíbles, aún sin el turquesa de su agua, y pienso incrédulo en quienes afirman que: ¡¡la Mancha de don Quijote es monótona!!
Luis Miguel Román Alhambra
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La Escuela Municipal de Cine y Audiovisuales estrena cinco cortometrajes
Cuatro cortometrajes de ficción y un documental componen la primera producción de la EMCACR
La Casa del Cine y del Audiovisual estrena los cortometrajes del curso 2016-2017 de la Escuela Municipal de Cine y Audiovisuales (#EMCACR), celebrando varias actividades gratuitas y abiertas al público.
El jueves 28, a las 20.00 en el Antiguo Casino de Ciudad Real, tendrá lugar un encuentro con la directora madrileña Raquel Polo, que hablará sobre el proceso de creación y distribución de obras audiovisuales.
El viernes 29, a las 20.30 en el Antiguo Casino de Ciudad Real, se estrenarán los cortometrajes de los alumnos.
Se trata de las comedias Ficciones y Siguiente, el documental El coche eléctrico y los dramas A primera vista y Ayer, este último dirigido por Dan Moncada, docente del curso.
Tras la proyección, la asociación La Casa del Cine ha organizado una fiesta de inicio de curso en la sala Living Room a las 22.30, donde se podrá seguir disfrutando de los cortometrajes en las pantallas del local y servirá como punto de encuentro de profesores, alumnos e interesados.
Para amenizar la velada, habrá sesión especial con música de bandas sonoras y catering.
Los responsables de La Casa del Cine, nacida en el seno de la Comisión de Artes Cinematográficas y Audiovisuales, se muestran muy orgullosos del trabajo de los alumnos e invitan a todos los interesados a participar en las actividades, así como a formar parte de una escuela dirigida por profesionales que, en el presente curso 2017-2018 y junto a primero y segundo de materias Comunes, ha abierto dos nuevos cursos: Interpretación y Guión, el último con modalidad presencial y online.
La escuela se encuentra en el Edificio Juan Alcaide, sito en la calle Echegaray 4 de la capital.
La Casa del Cine y del Audiovisual de Ciudad Real
casadelcine.com
info@casadelcine.com
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La media maratón «Memorial Mariano Rivas Rojano» el 8 de Octubre
Se espera una inscripción de unos 1.000 participantes
La llegada del otoño trae cada año pruebas deportivas propias y una de las más conocidas es la media maratón que organiza el club de carreras Altomira, con la denominación «Memorial Mariano Rivas Rojano». Habitualmente esta carrera se disputa tradicionalmente cada primer domingo de octubre, que en este caso sería el día uno, pero está vez será el segundo, el día 8. La vicepresidenta del club, Carmen González, explicó que esto es así porque una norma del circuito de carreras populares provincial establece una diferencia de 15 días en este tipo de pruebas y otro club ha solicitado el retraso.
La media maratón cumplirá este año su edición número 21, formando parte del circuito de carreras populares de Ciudad Real como una de las pruebas más veteranas. Es una carrera en la que suelen participar unas mil personas, incluyendo un recorrido más corto para mujeres y se trata de una de las citas deportivas importantes que casi cada fin de semana se producen en la ciudad, ya que será seguida pocos días después por la carrera a beneficio de los niños con cáncer, que también reúne a 600 o 700 participantes cada año. Según el concejal de deportes, Javier Ortega, «esta es un prueba ya mítica en el circuito de carreras populares» y es parte de un calendario deportivo que pasa también por otros acontecimientos como la Titán de La Mancha, del fin de semana pasado, o el torneo de baloncesto 3 por 3 del sábado 23.
El club organizador también solicita este año a los aficionados al deporte que se presenten como voluntarios, lo que puede hacerse la víspera de la carrera, el sábado 7, a las 5 de la tarde, en el pabellón Díaz Miguel. Hace falta gente para los puntos de avituallamiento, pero la prueba es posible gracias a otras colaboraciones, como la de algunas empresas o los servicios municipales «que nunca ponen ninguna pega para que todo salga bien», señaló el presidente del Club Altomira, Ángel Sánchez flores.
La presentación de la media maratón se ha realizado con tiempo porque está abierto el plazo de inscripción, que finaliza el domingo día 1 a las doce de la noche, con una prórroga de 24 horas más aunque con un recargo de dos euros en la cuota. Correr la media maratón cuesta 13 euros para los inscritos en el circuito de carreras populares, es decir para los practicantes más habituales de este tipo de pruebas, y de 15 euros para los que no. Aunque aparece información y listas en la página web del club Altomira, las inscripciones sólo pueden hacerse a través de la página del circuito de carreras, www.carrerasciudadreal.es
COMO INSCRIBIRSE
Además de la media maratón de 21 kilómetros y 97 metros, este año se cumple la XVIII Carrera de la Mujer, con una inscripción de cinco euros y un recorrido común de seis kilómetros. Es decir, salen con todos los corredores de la media maratón y a los seis kilómetros son desviadas a meta.
Esta carrera se introdujo para animar a las mujeres a practicar este deporte, viviendo la fiesta de ese día. Según la vicepresidenta del club, cada año se apuntan más. Además de la prueba de la mujer, también hay una carrera corta para personas con discapacidad física, psíquica y sensorial, que se corre en el recinto ferial a las doce del mediodía. De este modo, el 8 de octubre habrá una nueva concentración de deportistas para practicar un deporte con mucha popularidad, como es el running, cuyas competiciones se multiplican con carreras más o menos largas.
Según el concejal de deportes «es bueno organizar este tipo de eventos, que Alcázar otra vez salga a la calle, que la gente deportista está implicada en esta serie de eventos, que se valore el esfuerzo que hace el ayuntamiento con las infraestructuras y con los voluntarios por parte de la organización».
La salida de la media maratón y la carrera de la mujer se producirá la las10:00 de la mañana en la avenida del deporte, junto al pabellón. Hay un plazo de reclamaciones que finaliza el miércoles 4 y no se admiten ya después. Para la minicarrera de personas con discapacidad, sí se admiten inscripciones hasta el último momento, pero no en las otras pruebas. Hay un seguro médico para todos los corredores y corredoras, por lo que para inscribirse hay que aportar el recibo del pago de la cuota correspondiente y los datos personales de los participantes.
http://www.alcazardesanjuan.es
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«Tarde de pesca» y «Campeón» obtienen reconocimientos en EE.UU., Canadá y Argentina
Cuatro importantes reconocimientos más que sumar al ya largo palmarés de los cortometrajes manchegos «Campeón» y «Tarde de pesca», ambos del director alcazareño Hugo De la Riva y rodados en nuestra tierra.
El primero ha llegado desde la lejana Argentina. La película «Tarde de Pesca» rodado en las Lagunas de Ruidera, ha sido elegida como Mejor Cortometraje del PEFF 2017, Festival Internacional de Cine de la Patagonia, entre las 16 obras finalistas de todo el mundo que formaban parte de la Selección Oficial. El minimalismo y la emotividad de la historia interpretada por el veterano actor Miguel Rellán y la jovencísima Ruth Fernández también han sido valorados en Canadá, donde ha entrado a formar parte de le Selección Oficial del CANADA KIDS INTERNATIONAL FILM FESTIVAL .
Por su parte, «Campeón«, la oda a la amistad canina protagonizado por Alberto Amarilla y que se ambienta en el corazón de La Mancha, ha sido seleccionado en dos festivales de la cinematográfica ciudad de Los Angeles, California, concretamente en el MOVIE SCREEN PRO FESTIVAL y LOS ANGELES CINEFEST.
Evasión Cine http://www.evasioncine.com
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Carta: En España comienza un tiempo de excepción hacia el 155

Lérida, agosto 2017. Las tres alturas en Cataluña. Foto del autor.
Debo señalar, para comenzar este artículo de opinión, que me refiero a un hecho actual desde una perspectiva socio-política, la aplicación tácita del artículo 155 de la Constitución Española al que se dirige irremediablemente nuestro país a causa del gobierno de la Comunidad Autónoma de Cataluña.
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«Es algo formidable. Mientras escucho me parece que estuviera soñando. Eso es, ni más ni menos, una declaración de guerra. ¡Y una declaración de guerra —que equivale a jugárselo todo, audazmente, temerariamente— en el preciso instante en que Cataluña, tras siglos de sumisión, había logrado sin riesgo alguno, gracias a la República y a la Autonomía, una posición incomparable dentro de España, hasta erigirse en su verdadero árbitro, hasta el punto de poder jugar con sus gobiernos como le daba la gana! En estas circunstancias, la Generalidad declara la guerra, esto es, fuerza a la violencia al Gobierno de Madrid, cuando jamás el Gobierno de Madrid se habría atrevido a hacer lo mismo con ella.»
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Se publica el número 2 de la revista Cuatro Calles
La revista cultural Cuatro Calles, de periodicidad trimestral y promovida por Editorial Ledoria, acaba de sacar a la calle su segundo número, donde se incluyen más de veinte artículos relacionados con la historia, la cultura, las tradiciones, los personajes o el patrimonio de la ciudad y provincia de Toledo. Una docena de autores han colaborado en esta nueva publicación que se presenta en una edición formato libro, de 106 páginas, al precio de cinco euros.
Entre las firmas de este número cabe señalar las del periodista Baltasar Magro, los académicos Ventura Leblic, Ramón Sánchez y Santiago Sastre, y los investigadores Emilio Corrochano, Noemí García Jiménez ó Alejandro Vega. Asimismo, se incluye una amplia entrevista con el historiador Ricardo Izquierdo Benito y una crítica de novedades editoriales a cargo de Fernando Pinilla.
En palabras de Jesús Muñoz, director de Ledoria:
El proyecto Cuatro calles es una revista cultural en formato de libro y carácter trimestral. Ahora la posición de editorial Ledoria está consolidada, somos un referente en nuestro entorno, un puerto y un altavoz para la cultura toledana, muy viva en este instante, pero muy circunscrita a ámbitos minoritarios. He conseguido implicar para que dirija este proyecto a Miguel Larriba (muy conocido y reconocido en la ciudad) y a muchos autores, entre ellos gran parte de los miembros de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo para que colaboren con nosotros y mostremos aspectos inéditos o joyas escondidas en píldoras que sean amenas para el lector. En cada entrega de Cuatro calles queremos introducir secciones fijas relacionadas con la Historia, con la Filología, la Arqueología, personajes toledanos relevantes y secciones más breves entre artículo y artículo de curiosidades y anécdotas, más reseñas de novedades editoriales, entrevistas, etc. También queremos contar en las primeras páginas con un autor de reconocido prestigio que aporte, a modo de editorial, un alegato por la cultura y el conocimiento. En los dos primeros números han colaborado Espido Freire y Baltasar Magro. En fin, creemos firmemente que nuestra sociedad necesita cultura, cultivarse, y no dejarla en erial ni a la deriva, como parece que va, porque sólo la cultura y el conocimiento nos distancia de la barbarie y nos da libertad. Nuestra generación tiene el deber de transmitir a las siguientes generaciones el legado que le ha sido transmitido. Esperamos contribuir con nuestro trabajo a ello. |
Ya a la venta en librerías y papelerías el número 2
de la revista CUATRO CALLES
SUMARIO
Firma invitada: Baltasar Magro El aparcamiento del Corralillo de San Miguel Más colinas que Roma El peregrinar de los restos de Cisneros (Ventura Leblic) Los toledanos consumían carne de ballena en el siglo XVI Las aceñas de Daican (Noemí García Jiménez) El castillo de San Cervantes Entrevista a Ricardo Izquierdo Benito Hachas prehistóricas para empedrar las calles La estatua de Cervantes: de Madrid a Zocodover La vuelta de vacaciones La Orden de Toledo (Jesús Muñoz) Toponimia: «La Venta del alma» (Emilio Corrochano) «Toledanos» del mundo: Pedro y Cristina Jarque La Escuela de Arte y la RABACHT (Ramón Sánchez ) La romería de la Virgen de Piedraescrita (Dolores Pinto) La primera imagen de… ¿Toledo? Un McDonald en el Toledo del siglo XVIII (Miguel Larriba) El imbécil Zorrilla El parteluz de los sabios de la catedral (Alejandro Vega) Don Epifanio de la Azuela (Antonio Martín Salamanca) El autor y su obra (Roberto Jiménez Silva) Rincón literario: Zapateado (Santiago Sastre) Novedades editoriales |
EDITORIAL LEDORIA
Miguel Larriba, director (tno. 603 57 26 14)
Jesús Muñoz, director de Ledoria (tno. 636 56 03 70)
o a través del correo electrónico: info@editorial-ledoria.com
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Solemne Triduo con motivo de la Exaltación de la Cruz y Nuestra Señora de los Dolores
La Cofradía del Santo Entierro informa que los días 14,15 y 16 de septiembre a partir de las 20:00 h, celebran su primer acto del nuevo curso cofrade, el Triduo en Honor al Santísimo Cristo de la Agonía y Misericordia y Nuestra Señora del Sol y Mayor Dolor, celebrándose el domingo 17 a las 12:00 h. la Función Solemne.
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Campaña especial sobre el cinturón de seguridad y sistemas de retención infantil
Entre los días, lunes 11, al domingo 17 de septiembre
La Policía Local de Alcázar de San Juan, en coordinación con la DGT, realizará entre los días, lunes 11, al domingo 17 de septiembre, una Campaña Especial sobre el Cinturón de Seguridad y Sistemas de Retención Infantil (SRI).
El uso de sistemas de retención homologados, cinturón de seguridad y SRI, se ha venido demostrando como el sistema de seguridad vial más sencillo, rentable y eficaz, en todo tipo de vías y trayectos.
Aunque se ha incrementado el uso del cinturón de seguridad, existen todavía graves lagunas. Esto es difícilmente entendible si tenemos en cuenta la relación entre la sencillez de uso y su eficacia, ya que reduce a la mitad el riesgo de muerte en caso de accidente. En los últimos años se ha observado una tendencia estable del 25% de víctimas mortales en accidente de tráfico que no hacían uso del cinturón o SRI respecto al total registrado.
Uno de los objetivos de la Estrategia de Seguridad Vial 2011-2020 es «lograr que ningún niño pierda la vida por no ir correctamente sentado en una silla adecuada para su peso y talla».
La vigilancia y aplicación de la ley en lo que respecta al uso del cinturón y sistemas de retención se ha consolidado como uno de los métodos más efectivos para mantener e incrementar el índice de uso del cinturón entre los ocupantes de los vehículos.
La circulación en ciudad constituye el primero de los escenarios donde el conductor inicia la adquisición de hábitos y costumbres, y que, en este caso, el incumplimiento es significativamente mayor que en vías interurbanas, por ese motivo se hace un llamamiento a todos los conductores y demás usuarios de vehículos que hagan uso de este elemento tan imprescindible.
El incumplimiento de esta norma supone una infracción grave que está sancionada con 200 € de multa y la detracción de 3 puntos del Permiso de Conducir.
Ayuntamiento de Alcázar de San Juan http://www.alcazardesanjuan.es/
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La Titán de La Mancha llega a los 1250 ciclistas inscritos convirtiéndose en una de las pruebas más importantes de la región
Doblan la participación. Pruebas de 100 km para la maratón y de 200 km para la ultramaratón
Este año además se celebrará una Mini Titán para niños de 7 a 12 años
La Titán de la Mancha, la prueba ciclista Maratón y Ultramaratón, ha duplicado este año la participación llegando a un total de 1250 inscritos que vienen de todos los puntos de la geografía española y de países como Gran Bretaña e Italia. De los inscritos, 750 correrán los 100 km y 450 correrán los 200 de la ultramaratón. Además este año Pulsaciones Bikes, Club organizador del evento, ha pensado en los más pequeños con la puesta en marcha de una Mini Titán (comienza a las 9.30 de la mañana) en la que podrán participar niños de entre 7 y 12 años, podrán ir acompañados de sus padres, recorrerán un circuito controlado por el parque Alces, tendrán una Gymkhana de habilidad en la Plaza de Santa Quiteria y harán podium para recoger sus premios. La Titán de La Mancha se celebra el próximo sábado 16 de septiembre.
La plaza de España va a ser una fiesta desde la tarde del viernes cuando se entreguen los dorsales y la documentación. Todo está organizado para que un año más a las seis y media de la mañana (a las ocho y media para la segunda carrera) del sábado se dé la salida a esta larga y dura prueba de Alcázar de San Juan, que cada año tiene más participantes y que ha conseguido llenar todos los establecimientos hoteleros no solo de Alcázar sino también de la comarca. Por eso, explicaba el concejal de Deportes, Javier Ortega, han tenido que habilitar el campo de césped de las pistas de atletismo para que acampen los deportistas que se han quedado sin plazas de hotel.
Informaba también el concejal que la plaza de España va a permanecer cortada durante estas jornadas deportivas a las que animaba a todos los alcazareños a participar. Una prueba emblemática que ha logrado ser una de las más importantes de la región, incluso de panorama nacional en la que son muchas las personas que participan como voluntarias. Quiso agradecer la colaboración también de la Policía local y de Protección civil, así como de la Diputación provincial que hacen que el evento se desarrolle con más facilidad.
El presidente del Club organizador, Pulsaciones Bikes, Luís Monreal, ha insistido en los aspectos relacionados con la organización y la seguridad de la prueba, explicando que todos los corredores van a estar identificados por GPS, a través del chip que se les da. Está contemplado un Plan de evacuación, se cuenta con UVIS móviles y servicio médico, además de vehículos para traslados de bicicletas y personas. Han sido muchos los trámites y papeleo que conlleva la organización de la prueba pero todo está listo para que Alcázar viva esta fiesta de la bicicleta, con muy buen ambiente, ha dicho, que habrá en la plaza, a la que invita a todos a acudir, «va a haber arcos de entrada, pantallas de alta definición y música todo el día, todo preparado con mucha ilusión, por lo que esperamos que se acerque mucha gente a vivirla con nosotros».
Las entregas de premios este año serán a las 15 horas para la maratón de 100 km y alrededor de las 20 horas los de la prueba de 200 km.
El vicepresidente del Club, Pepe Pinar, ha destacado aspectos relacionados con la seguridad por lo que se ha cambiado el trazado de forma que se eviten los puntos cercanos a las carreteras.
El recorrido trascurre por los caminos que conducen a las localidades de Herencia, Puerto Lapice, Urda y Fuente el Fresno en un recorrido circular que vuelve hasta Alcázar. Durante el recorrido se sube a los molinos de viento de todos los pueblos y se circula por las sierras de la Sevillana y la más dura, La Calderina. En este punto está preparada la evacuación por si algún corredor decidiera acabar ahí la prueba. También se circula por parajes representativos como la Cañada Real, las Tablillas del Záncara y el Camino Guerra.
Es la octava edición de la prueba y ha conseguido en poco tiempo convertirse en una de las referentes, gracias al boca a boca y a la excelente organización, según han ido valorando los participantes que suelen repetir la carrera. Este año incluso organizadores de pruebas tan reconocidas como la Titan Desert se han puesto en contacto con ellos para ofrecer su colaboración.
Ayuntamiento de Alcázar de San Juan http://www.alcazardesanjuan.es/
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