Archivo mensual: agosto 2018

El Quijote de Samper en la Ermitilla de Quintanar de la Orden

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La obra se expondrá hasta el 12 de septiembre

El próximo 31 de agosto se inaugura la segunda exposición de “El Quijote de Samper” de José Luis Samper y Salvador Samper en la sala de Exposiciones de la Ermitilla de Quintanar de la Orden a las 20.30h. Una exposición que se enmarca dentro de las actividades que conmemoran el 700 aniversario de la localidad toledana de Quintanar de la Orden

En esta ocasión la colección que el pintor manchego pintó para la conmemoración del IV centenario de la publicación de la primera parte del Quijote y tras haber sido expuesta en la localidad natal del artista, Alcázar de San Juan, tanto en el Museo municipal como en el Museo que lleva su nombre, en la Sala Domus Artis de El Toboso durante el pasado mes de agosto, llega a Quintanar de la mano de Quinarte que una vez más participa en la promoción de los artistas castellano manchegos.

Un total de 50 obras se  mostrarán en la Ermitilla de Quintanar, la mayor parte de ellas acuarelas firmadas por José Luis Samper. José Luis Samper nos presenta una obra que en las postrimerías de su muerte se torna a una visión de la obra de Cervantes en tono alegre, colorida y juvenil demostrando el autor las ganas de vivir y seguir pintando que tenía en contraste a las ultimas etapas de los artistas que se suelen tornar mas  sombrías y oscuras.

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Por su parte Salvador Samper, hijo del artista José Luis Samper nos presenta sus  obras  homenajeando la obra de su mentor. Salvador Samper  cuya obra ha sido expuesta en diferentes países europeos nos presenta diferentes imágenes de la obra de José Luis rindiendo un homenaje al que fue su maestro. Una obra con mucho colorido y llena de mensajes tanto estéticos como conceptuales.

Una de las actividades que formarán parte de la exposición tendrá lugar al día siguiente de la inauguración, el 1 de septiembre a lasas 12.00h en la que se debatirá sobre la posibilidad de una escuela de artistas manchegos en el siglo XX o Movimiento Artístico Manchego a cargo de diferentes personalidades del arte relacionadas con el tema.


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La Subdelegada del Gobierno en Ciudad Real visitó Alcázar para conocer las necesidades de la ciudad en cuanto a reposición de efectivos policiales

Presidió la Junta Local de Seguridad

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A tan sólo unos días de que comiencen las fiestas de Alcázar de San Juan, la Subdelegada del Gobierno en la provincia de Ciudad Real, visitó por primera vez la ciudad para presidir la Junta Local de Seguridad de cara a la Feria y escuchar las necesidades de los diferentes organismos, especialmente de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, como es el caso de la Policía Nacional, cuya principal reivindicación es la reposición de efectivos

Garantizar la seguridad durante la celebración de la Feria y Fiestas -uno de los eventos más multitudinarios de Alcázar de San Juan- es una de las prioridades del Gobierno alcazareño que, cada año, refuerza las medidas y pone a disposición de este fin todos sus efectivos, un total de 48 policías locales que coordinan su labor con Policía Nacional, Protección Civil, Bomberos y Cruz Roja, con el fin de estar preparados ante cualquier posible incidente y responder con celeridad.

Por este motivo, en la mañana del lunes, 27 de agosto, se celebró una Junta Local de Seguridad que estuvo presidida por la nueva Subdelegada del Gobierno en la provincia de Ciudad Real, María Ángeles Herreros, que por primera vez visitó Alcázar de San Juan. Su visita fue aprovechada no sólo para trasladarle la situación de la ciudad, en cuanto a seguridad se refiere, sino para solicitar su apoyo y reclamar la reposición de efectivos perdidos durante los últimos años.

«A pesar de la buena coordinación que existe en Alcázar entre los diferentes cuerpos de seguridad, la política de no reposición de efectivos tras las jubilaciones durante los gobiernos de Rajoy ha hecho que estemos escasos de policías, especialmente nacionales, para atender las necesidades de la ciudad. Esta necesidad la hemos puesto sobre la mesa para ver si podemos recuperar lo perdido durante estos años», comentó la alcaldesa alcazareña, Rosa Melchor.

Por su parte, la Subdelegada del Gobierno aseguró que quería conocer «de primera mano» la situación, funcionamiento y organización de la seguridad en Alcázar, además de visitar la ciudad con actitud de escucha. «Vengo en disposición de escuchar las necesidades a corto y largo plazo de la ciudad en materia de seguridad y tratar de resolver la problemática que me plantean».

Durante la Junta Local de Seguridad se acordó la coordinación, los efectivos y los diferentes dispositivos que se habilitarán en la ciudad durante la próxima Feria y Fiestas que comienza el día 1 de septiembre.

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Ayto. de Alcázar de San Juan  http://www.alcazardesanjuan.es

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La Mancha del Quijote, una tierra de conveniencia, incluso hoy

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«… porque andan entre nosotros siempre una caterva de encantadores que todas nuestras cosas mudan y truecan, y les vuelven según su gusto, y según tienen la gana de favorecernos o destruirnos»

Esto aseguraba don Quijote a Sancho Panza mientras iban caminando por Sierra Morena. Pero no solo había encantadores que volvían las cosas a su gusto en tiempo de Cervantes, hoy siguen mudando y trocando el Quijote, según su gusto e intereses, son los nuevos encantadores, magos y druidas cervantinos. Hay quienes intentan enmendar la plana al mismo Cervantes, proponiendo que en lugar del título original de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, debía haberse llamado la obra El ingenioso hidalgo don Quijote de Montiel, (Parra Luna, Francisco y Fernández Nieto, Manuel.  Coordinadores. 2009. El enigma resuelto del Quijote. Un debate sobre el lugar de la Mancha. Alcalá de Henares. Universidad de Alcalá, Servicio de Publicaciones. pág. 25), para de esta forma justificar un intencionado trabajo que nadie quiere leer, y menos aprobar. Otro afirma, que en la patria de don Quijote, la Mancha, solo cabe en ella su pueblo, El Toboso y unos pocos pueblos más que formaban el Común de la Mancha (González Mujeriego, José Manuel. 2014. Lo que Cervantes calló. Madrid. Cultiva libros. págs. 69-73). También podemos encontrar quienes aseguran que la Mancha ni existió, y todo que se debe a un juego de palabras que esconden infinidad de significados cuidadosamente encriptados, entendibles sólo para unos pocos iluminados. O quienes tratan de confundir con afirmaciones de que las aventuras de don Quijote podrían haber pasado en cualquier lugar de Castilla, según los pocos datos que de la Mancha nos deja Cervantes, según ellos que viven en el siglo XXI y sentados delante de un ordenador, con acceso a millones de archivos, datos oficiales, índices y tasas, etc., se quieren comparar con un viajero del siglo XVI-XVII que a lo sumo llevaba en su maleta, colgada del arzón de la silla de su mula, un libro de notas, una pluma y una guía de caminos, para saber dónde comer o pasar más dignamente la noche.

Este artículo forma parte ya de uno de los capítulos de mi próximo trabajo a editar, que anticipo aquí, junto con otro artículo que subiré al blog en septiembre sobre el “antiguo y conocido” Campo de Montiel. Así, mis lectores del blog, conocerán estos dos espacios geográficos, la Mancha y el cervantino Campo de Montiel, que Cervantes escoge, quizá también por conveniencia, para su Quijote, y no otros espacios que los encantadores, magos y druidas cervantinos proponen y difunden a modo de propaganda, que nada tienen que ver con lo que Cervantes describió en las aventuras de don Quijote.

Dos documentos históricos, nunca antes incorporados en el estudio de la geografía del Quijote, se podrán ver en estos artículos, que no hacen sino dar más conocimiento de la geografía física y humana del tiempo de Cervantes.

Este artículo que titulo La Mancha del Quijote no está dirigido a quienes tienen claro que era, y es, la Mancha, sino para quienes habiéndose acercado al mundo cervantino, escuchan ponencias o leen artículos y libros sobre la geografía real o ficticia del Quijote, creándoles dudas sobre esta tierra real y hasta si realmente el Quijote lo escribió Cervantes, que también hay quien afirma que no lo escribió él, pero como diría Sancho Panza: ¡esto es harina de otro costal!

¡¡Ya son casi 180.000 visitas desde todo el mundo a este blog cervantino y quijotesco!! Muchas gracias a todos por vuestro seguimiento y apoyo a este humilde medio.

La Mancha del Quijote

Con la división de España en comunidades autónomas, en 1982, se constituye oficialmente la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha por las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo, con límites geográficos, administrativos y jurídicos perfectamente delimitados. Con un total de 919 municipios y dos millones de habitantes, es una de las regiones más extensas de España con una superficie de 79.463 Km².

Si hoy se realizase una encuesta por todos los municipios de Castilla-La Mancha y se preguntase a sus vecinos ¿Usted, qué es? o ¿Usted, de dónde es?, no todos contestarán, después de su orgulloso gentilicio local, «soy manchego». En gran parte de la provincia de Guadalajara dirán que son de la Alcarria, en una extensa parte de Cuenca contestarán que «serranos» y en la de Toledo podemos encontrarnos con vecinos que antes de decir que son de la Mancha dirán que son de La Sagra o simplemente toledanos. Los límites del sentimiento, en muchas ocasiones, se anteponen a los geográficos, administrativos o judiciales, aunque estos estén perfectamente delimitados.

Este sentimiento manchego era, en tiempos de Cervantes, aún más impreciso, por no tener la Mancha límites geográficos, administrativos y jurídicos delimitados, simplemente era una región natural. En el Quijote se cita la “provincia de la Mancha”, pero en realidad no existía tal demarcación, tal y como ahora la concebimos. Para entender el espacio geográfico elegido por Cervantes como la patria de don Quijote, que no era geógrafo ni historiador, sino, en una parte de su vida, funcionario de la Corona y por lo tanto viajero obligado por sus funciones, también hay que comprender los sentimientos de los vecinos con los que compartió caminos, alojamientos y comidas, por esta parte de Castilla.

Si el topónimo Mancha ha llegado hasta nuestros días, sin duda alguna, es por ser la patria de don Quijote. Su uso y fama se la debemos a Cervantes, aunque nunca sepamos el motivo que realmente le llevó a fijar, en esta parte de España, el origen del Caballero de la Triste Figura. De la misma manera, en el mundo se identifica la imagen de la Mancha, e incluso de España, por la figura de los molinos de viento recortada en el horizonte manchego, estos antiguos artefactos eólicos habrían pasado también al olvido después de la revolución industrial, si contra ellos no hubiera entrado en “feroz y descomunal batalla” don Quijote.

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Y qué decir de la bacía de barbero sobre la cabeza de don Quijote. ¿Alguien se acordaría de esta herramienta de barbero si no fuese el famoso Yelmo de Mambrino? La imagen de don Quijote, y de la Mancha, van unidas también a ella.

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El origen de este topónimo, según diversas fuentes, puede ser árabe. Los árabes dominaron la Península Ibérica durante ocho siglos, a la que llamaron Al-Ándalus, como puede verse, en árabe, en el mapa realizado en 1156 por el ceutí Al-Idrisi, por encargo del rey de Sicilia Rogelio II, y que forma parte de la conocida como Tabula Rogeriana.

Aunque con distintas etimologías en árabe, el topónimo Manxa o Al-Mansha, significa «tierra seca» o «tierra sin agua». La primera constancia del topónimo Mancha es del año 1237. Después de la batalla de las Navas de Tolosa, en 1212, esta parte de Castilla queda en manos de las Ordenes Militares de Calatrava, Santiago y San Juan. En los acuerdos entre ellas para marcar sus límites, las órdenes de Santiago y San Juan deciden que:

“Entonces la Ruidera tengan los frailes de Uclés y partieron por medio con la Moraleja por soga y de este mojón a la Mancha de Haver Garat a tanto que llegue con el otro mojón que está entre Criptana y Santa María. Mancha de Haver Garat que posteriormente se conoce como Mancha de Vejezate, en el término municipal de Socuéllamos, en la Orden de Santiago”.

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En el siglo XIV, el Maestre de la Orden de Santiago, crea dentro de su jurisdicción, en la provincia de Castilla, cuatro “Comunes”, para el aprovechamiento común de pastos y tierras por los lugares asociados a cada uno de ellos: Común de Mohernando, Común de Uclés, Común de la Mancha y el Común de Montiel. Hasta 1603, al Común de la Mancha habían pertenecido los lugares de: Campo de Criptana, Pedro Muñoz, Socuéllamos, Tomelloso, Los Hinojosos, Horcajo de Santiago, Mota del Cuervo, Pozorrubio, Santa María de los Llanos, Villaescusa de Haro, Villamayor de Santiago, Cabezamesada, Corral de Almaguer, Miguel Esteban, La Puebla de Almoradiel, Quintanar de la Orden, El Toboso, La Villa de Don Fadrique y Villanueva de Alcardete.

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De nuevo, dentro de la Orden de Santiago, en el siglo XVI, el topónimo Mancha se utiliza en la división, esta vez judicial, del territorio santiaguista de la provincia de Castilla. Hasta 1560 hubo dos gobernaciones, una con sede en Ocaña, de la que dependían el Partido de Ocaña y Ribera del Tajo y el Partido de La Mancha, y otra con sede en Villanueva de los Infantes de la que dependía el Partido de Montiel.

Al Partido de La Mancha, dentro de la gobernación de Ocaña, dependían los pueblos de: Cabezamesada, Campo de Criptana, Congosto, Corral de Almaguer, Dos Barrios, Hinojoso de la Orden, Horcajo de Santiago, Miguel Esteban, Mora, Mota del Cuervo, Noblejas, Pedro Muñoz, Puebla de Almoradiel, Puebla de don Fadrique, Quintanar de la Orden, Santa Cruz de la Zarza, Santa María de los Llanos, Socuéllamos, El Toboso, Villaescusa de Haro, Villa Mayor de Santiago, Villanueva de Alcardete y Villarrubia de Santiago.

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Después, el rey Felipe II la reorganiza de nuevo judicialmente en cuatro jurisdicciones, desapareciendo el topónimo Mancha, en los partidos de: Uclés, Ocaña, Quintanar de la Orden y Villanueva de los Infantes.

Y no encontramos el topónimo Mancha hasta que en 1691 se divide el antiguo y extenso reino de Toledo, para formar dentro de él dos provincias o intendencias: Toledo y La Mancha. La Provincia de Toledo quedaría formada por los partidos de Toledo, Alcalá, Ocaña, Talavera y Alcázar de San Juan, y la Provincia de La Mancha por los partidos de Alcaraz, Infantes, Almagro y Ciudad Real. Esta Provincia de La Mancha se reordena, administrativa y judicialmente, entre 1765 y 1785, en: Ciudad Real, Partido de Almagro y Campo de la Orden de Calatrava, Partido de Villanueva de los Infantes de la Orden de Santiago y Partido de Alcaraz. Según las relaciones solicitadas a los intendentes del reino por el Conde de Floridablanca, en 1785, agregados al Partido de Villanueva de los Infantes aparecen lugares que antes habían pertenecido al Partido de Ocaña: Quintanar de la Orden, Cabezamesada, Campo de Criptana, Miguel Esteban, El Toboso, Hinojosos, Horcajo, Socuéllamos, Santa María de los Llanos, Tomelloso, Villamayor, Villanueva de Alcardete y el Real Sitio de Ruidera.

De nuevo, en 1799, la Provincia de La Mancha es ampliada con los pueblos del Partido de Alcázar de San Juan, pertenecientes al Gran Priorato de San Juan, hasta su disolución como Provincia de La Mancha en 1833. Los lugares pertenecientes a esta provincia formarían parte de las nuevas provincias constituidas de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo, y así han llegado hasta nuestros días, dentro de la región española de Castilla-La Mancha.

Pero Cervantes murió en 1616, y, evidentemente, no pudo conocer esta Provincia de La Mancha, existente entre 1691 y 1833. Entonces hay que preguntarse: ¿Qué espacio geográfico comprende la Mancha del Quijote? Lo que no cabe duda es que el espacio manchego conocido en su tiempo por Cervantes, tiene en su corazón, en su centro, la famosa Cueva de Montesinos. Hay autores que al defender sus hipótesis sobre la geografía del Quijote se olvidan, en algunos casos deliberadamente, de leer algunas partes de sus capítulos, e incluso hasta los títulos, como el del capítulo XXII de la segunda parte, que dice así: «Donde se cuenta la grande aventura de la cueva de Montesinos, que está en el corazón de la Mancha, a quien dio felice cima el valeroso don Quijote de la Mancha».

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La percepción de la imagen de un lugar o de un paisaje es subjetiva para cada uno de sus vecinos o visitantes, pero pasa a ser una imagen objetiva en el momento que se usa concretamente en la creación de una obra por su autor. Se podrá llegar a discutir hasta donde llegarían los límites del espacio natural de la Mancha por el norte, sur, este y oeste, y si este o aquel pueblo era o no de la Mancha en este o aquel tiempo, pero si se trata de la Mancha que Cervantes conoce y escoge para hacerla patria de don Quijote, es evidente que la Cueva de Montesinos está en su corazón.

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Los dos únicos espacios geográficos con límites y divisiones claras, administrativas, fiscales y judiciales, con el topónimo Mancha, que pudo conocer el autor del Quijote son: el Común de la Mancha y el Partido de la Mancha. En el mapa anterior está representado el Partido de La Mancha, con límites más extensos que el Común de La Mancha, aunque idénticos por el sur. Estos espacios administrativos o judiciales no son la Mancha del Quijote, porque, sencillamente, la Cueva de Montesinos no se encuentra en su corazón, ni tan siquiera en sus límites. Como tampoco se encuentra entre ellos Argamasilla de Alba, “lugar de la Mancha, en vida, y muerte, del valeroso don Quijote de la Mancha, hoc scripserunt” (1, 52).

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Argamasilla de Alba y El Toboso son los únicos lugares nombrados en el Quijote como manchegos. Don Quijote afirma ante el caballero Vivaldo que:

“… sólo sé decir, respondiendo a lo que con tanto comedimiento se me pide, que su nombre es Dulcinea; su patria, el Toboso, un lugar de la Mancha; su calidad, por lo menos, ha de ser de princesa, pues es reina y señora mía” (1, 13)

El Toboso es un lugar santiaguista de ambas divisiones, el Común y el Partido de La Mancha, pero Argamasilla de Alba no formó parte de estos espacios geográficos perfectamente delimitados, aunque sí estaba en la Mancha, como lo aseguraba Cervantes en la primera parte del Quijote, y sus vecinos en las Relaciones Topográficas, en 1575:

“… el reino en que comúnmente se cuenta este pueblo es en el de Toledo, en la bailía de Alcázar, que por otra parte en donde este pueblo está sentado se llama la Mancha”

A la precisión geográfica del asentamiento de Argamasilla de Alba en la Mancha, Cervantes también nos deja evidencia de su escasa historia, al ser un lugar de fundación nueva cuando escribe el Quijote, y así se le ha conocido a Argamasilla de Alba hasta no hace mucho tiempo, como el Lugar Nuevo. En las mismas Relaciones Topográficas, sus vecinos reconocían los diversos movimientos que habían hecho a lo largo de su historia, hasta asentarse en este lugar:

“… la dicha villa es repoblación nueva de cuarenta y cuatro años a esta parte, un año más o menos, y que el fundador fue el Prior don Diego de Toledo porque era en tiempo de la orden de San Juan de que era prior y que esta población se fundó primero en la Moraleja que es término de dicha villa, habrá sesenta años poco más menos, y que por enfermedad se despobló y después se pobló en el Cerro Boñigal, cerca de los Molinos que dicen de Santa María, término de esta villa, y se decía la dicha población la villa de Santa María de Alba, y por enfermedades se trasladó a donde al presente está fundada que es en la villa de Argamasilla de Alba, habrá los dichos cuarenta y cuatro años como está dicho.”

Si a principios del 1600 “frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años”, don Quijote nacía en la imaginación de Cervantes, “en un lugar de la Mancha”, sobre el año 1550. Sólo veinte años antes, en 1531, don Diego de Toledo era nombrado prior de la Orden de San Juan y fundaba el lugar de Argamasilla de Alba, en la Mancha. Ahora se comprende, aún mejor, la precisión histórica de Cervantes, cuando se refiere a Argamasilla de Alba como “lugar de la Mancha en vida y muerte del valeroso don Quijote de la Mancha”. Mucho antes de la vida narrada de don Quijote, este lugar manchego no existía.

Los límites de la Mancha del Quijote, que algunos autores aún defienden, no son los del Común de La Mancha ni los del Partido de La Mancha. La Mancha del Quijote, la que conoce en su tiempo Cervantes, tiene en su corazón la Cueva de Montesinos y uno de sus lugares que la forman es Argamasilla de Alba.

Otros autores afirman que los topónimos o las referencias geográficas usadas por Cervantes en el Quijote, de esta parte de España, son muy pocos, e incluso los califican de imprecisos, irrelevantes o ambiguos, argumentando así el escaso conocimiento y relación de Cervantes con esta parte de Castilla. Hay que tener en cuenta que el Quijote lo escribe Cervantes para los lectores de su tiempo, para sus lectores de principios de siglo XVII, con percepciones del paisaje o conocimientos del espacio geográfico muy diferentes a los actuales. Con los conocimientos y medios geográficos actuales, en los que todos llevamos en el bolsillo un dispositivo capaz de almacenar mapas, situarnos precisamente mediante sistemas de posicionamiento global en el mundo, calificar a Cervantes de impreciso o ambiguo es, al menos, pretencioso.

Cervantes tiene intención de contar una ficción creíble a sus lectores, lejos de los autores anteriores, e incluso coetáneos, que, como él mismo los define:

“son en el estilo duros; en las hazañas, increíbles; en los amores, lascivos; en las cortesías, mal mirados; largos en las batallas, necios en las razones, disparatados en los viajes, y, finalmente, ajenos de todo artificio, y por esto dignos de ser desterrados de la república cristiana, como a gente inútil” (1, 47).

El Quijote no es una guía de viajes en la que don Quijote se orienta por carteles o señales en el camino para no perderse, y que hoy las consideramos fundamentales para cualquier viaje. Sus salidas de su pueblo por la Mancha no son disparatadas, ni en el tiempo ni en el espacio, y lo que para nosotros puede pasar por impreciso o abstracto, sin posición clara en el espacio geográfico de la Mancha actual, para sus lectores sería fácilmente ubicable. Con los topónimos empleados y las descripciones físicas del terreno, por donde Cervantes llevaba a don Quijote, era suficiente para ubicar a nuestro caballero en esta tierra por sus lectores, aunque, para muchos de ellos esta geolocalización literaria no tuviese la menor importancia, como hoy también ocurre, o quizá sí la tuviera por lo novedoso del recurso literario utilizado. Sí que la tendría para quienes, viajeros como él, eran conscientes del marco geográfico por donde transcurrían las aventuras, reconociendo los caminos y parajes reales utilizados como escenario de las aventuras.

Por tanto, Cervantes, no es impreciso, ambiguo, contradictorio o poco concreto, en lo que a la geografía concierne, porque escribe para quienes conocen, como él, el espacio natural manchego de su tiempo. Somos nosotros los que tenemos, si queremos ubicar las escenas del Quijote, los que estamos obligados a conocer el espacio natural manchego que conoció Cervantes, y sus lectores, y dejar de enmendar la plana a un autor del siglo XVII con los conocimientos geográficos del XXI.

Vamos a definir la Mancha del Quijote a través de los trabajos de geógrafos e historiadores, y del propio autor del Quijote. Antonio Blázquez, durante su conferencia leída el día 3 de mayo de 1905 en la Real Sociedad Geográfica de Madrid, con el sugerente título de La Mancha en tiempos de Cervantes, se hacía esta pregunta: “¿Qué era la Mancha, teatro de las hazañas de Don Quijote?” Para seguidamente contestarse:

“Todos sabemos lo que es hoy; algunos ignoramos lo que fue; muchos identifican escenas y pasajes con lugares de aquel entonces, quizá sin prueba cierta y convincente; más no todos nos damos cuenta exacta de su territorio y de su vida, de sus productos y caminos, de sus tradiciones y leyendas… En realidad, el país en que se desarrollan los sucesos narrados en la primera parte del Quijote estaba constituido, según interpretadores y comentaristas, por el territorio de las Órdenes militares de Calatrava, Santiago y San Juan… El campo del priorato de la Orden de San Juan, a la cual elogia Cervantes aplicándole calificativos que no emplea para las demás, es de sospechar que con ella le ligaba algún particular afecto”.

Uno de los topónimos manchegos descritos por Cervantes son las lagunas de Ruidera, de las que incluso detalla los límites jurisdiccionales precisos, entre las órdenes de Santiago y San Juan:

“…que ahora, en el mundo de los vivos y en la provincia de la Mancha, las llaman las lagunas de Ruidera: las siete son de los reyes de España, y las dos sobrinas, de los caballeros de una orden santísima que llaman de San Juan” (2, 23)

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Las lagunas de Ruidera, quedaron divididas en 1237 por los acuerdos para marcar sus límites entre las órdenes de Santiago y San Juan: “Entonces la Ruidera tengan los frailes de Uclés y partieron por medio con la Moraleja por soga y de este mojón a la Mancha de Haver Garat a tanto que llegue con el otro mojón que esta entre Criptana y Santa María”. Con la victoria de Isabel y Fernando en la Guerra de Sucesión Castellana, en 1479, los territorios de las órdenes de Calatrava y Santiago, pasan al dominio de los Reyes Católicos, nombrados desde entonces como sus Maestres. Tras ser coronado rey de España su nieto Carlos I, en 1520 comenzó una revuelta comunera en varias ciudades castellanas contra él, que terminó con la derrota de los comuneros en 1522. Un año más tarde, en 1523, los maestrazgos de Calatrava y Santiago pasan a ser definitivamente parte de la Corona de España. La Orden de San Juan no pasó a la Corona hasta mucho tiempo después, en 1802. Esta situación jurisdiccional de esta parte de la Mancha, gran parte bajo el dominio de la Corona y otra bajo la Orden de San Juan, es la que Cervantes conoce y la describe exactamente, en la segunda parte del Quijote, cuando don Quijote cuenta a Sancho y al “primo” lo que había vivido en el interior de la Cueva de Montesinos, y cómo parte de las lagunas pertenecían a los “reyes de España y las dos sobrinas, a los caballeros de una Orden santísima que llaman de San Juan”, estas dos lagunas dentro del término de Argamasilla de Alba, villa de la Orden de San Juan, son las lagunas de La Cueva de la Morenilla y La Membrilleja. Esto les contaba don Quijote de lo oído a Montesinos contar a su primo Durandarte:

“… la cual, con vos, y conmigo, y con Guadiana vuestro escudero, y con la dueña Ruidera, y sus siete hijas, y dos sobrinas, y con otros muchos de vuestros conocidos y amigos, nos tiene aquí encantados el sabio Merlín ha muchos años, y aunque pasan de quinientos, no se ha muerto ninguno de nosotros, solamente faltan Ruidera, y sus hijas, y sobrinas, las cuales llorando (por compasión que debió de tener Merlín dellas) las convirtió en otras tantas lagunas, que ahora en el mundo de los vivos, y en la provincia de la Mancha las llaman las lagunas de Ruidera, las siete son de los reyes de España, y las dos sobrinas de los caballeros de una orden santísima, que llaman de San Juan” (2, 23)

¿Qué espacio geográfico natural castellano tenía en su corazón a la Cueva de Montesinos, situada junto a las famosas Lagunas de Ruidera, de las que incluso conocía Cervantes su división jurisdiccional, y era conocido en su tiempo como la Mancha? La forma más natural y expresiva para describir un territorio es su representación en un mapa. La Mancha aparece dibujada en un mapa por primera vez en 1544, por el cartógrafo italiano Giacomo Gastaldi.

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Unos años más tarde, en 1566, en un mapa realizado por Pedro de Medina en el Libro de grandezas y cosas memorables de España, podemos apreciar a la Mancha entre Castilla, reino de Aragón, Valencia, reino de Murcia y el reino de Toledo. Es evidente que la Mancha geográfica, coetánea a Cervantes, sin límites administrativos, fiscales y jurídicos, era una parte significativa, amplia y conocida de España.

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Pascual Madoz, en su Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España, de 1845, afirma:

“… el terr. llamado Mancha, abraza indudablemente el país, generalmente llano, raso y árido, contenido desde los montes de Toledo á los estribos occidentales de la sierra de Cuenca, y desde la Alcarria hasta Sierra-Morena; entrando en esta comprensión, lo que se llama mesa de Ocaña y del Quintanar, los part. de Belmonte y San Clemente, los terr. de la orden de Santiago, San Juan y Calatrava, y toda la sierra de Alcaraz; sus confines al N. son el Tajo, y la parte llamada propiamente Castilla la Nueva; E. los reinos de Valencia y Murcia; S. los de Córdoba y Jaén; O. las prov. de Estremadura, estendiéndose 53 leg. de E. á O. y 33 de N. á S.; hasta el siglo XVI, la parte oriental de este terr. se denominó Mancha de Montearagón y Mancha de Aragón, abreviado por conocerse con el título de Montearagón, la sierra que media entre Chinchilla y el reino de Valencia; todo lo demás se denominó simplemente Mancha”.

Casi la misma imagen, de norte a sur, de la Mancha nos deja descrita el geógrafo alemán Otto Jessen, profesor de Geografía de la Universidad de Rostock (Alemania), en La Mancha, contribución al estudio geográfico de Castilla la Nueva, publicada en 1930. Según Jessen, “lo mismo que en cualquiera otra región natural, es difícil señalar los límites precisos de La Mancha”. Realiza este estudio después de hacer un viaje por España en 1928. Tomando como origen la Estación del Mediodía, en Madrid, se sube “en el tren expreso de los «Andaluces», que lleva la ruta Córdoba-Sevilla-Huelva”. Antes de hacer el análisis geomorfológico y del relieve de la Mancha, la delimita, de norte a sur, después de su paso por Aranjuez:

“Sin un tránsito sensible abandonamos la cuenca del Tajo para entrar en la del Guadiana, y, de la misma manera, la mesa de Ocaña pasa a convertirse en La Mancha. Al principio, el relieve es todavía movido. Cerros de rocas silúricas, triásicas o cretácicas se alzan sobre la llanura y viniendo del oeste, llegan hasta la vía los últimos ramales de los montes de Toledo; pero al llegar a Alcázar de San Juan, el país es casi llano del todo y parece como si se fuera navegando por el mar… Estamos ya en el corazón de La Mancha… No lejos de la vía divisamos Argamasilla de Alba, que se enorgullece de ser la patria del hidalgo don Alonso Quijano «el Bueno». Desde Manzanares el paisaje se torna más animado… Todavía, en los alrededores de Valdepeñas, se extiende la planicie manchega como una amplia ensenada; pero se ha perdido ya la impresión de infinitud que tenía hasta aquí. La vista queda limitada por una comarca montuosa, que forma el campo de Calatrava, al oeste, y el de Montiel, al este, en tanto que la llanura se alarga aún hacia el sur, hasta Santa Cruz de Mudela. Luego se juntan las lomas de uno y otro lado, y el tren abandona definitivamente La Mancha”.

¿Esta percepción geográfica de la Mancha corresponde a la que tenía Cervantes y sus coetáneos? Al menos, de este a oeste, podemos asegurar que sí. Pascual Madoz sitúa a la Mancha, y la delimita, al este con “los reinos de Valencia y Murcia” y al oeste con “Estremadura”, coincidiendo estos límites con los de la Mancha descrita por Cervantes en la Novela de la Gitanilla, una de las Novelas ejemplares publicada en 1613, entre los dos Quijotes:

“Esto contó la gitana vieja, y esto dio por excusa para no ir a Sevilla. Los gitanos, que ya sabían de Andrés Caballero que el mozo traía dineros en cantidad, con facilidad le acogieron en su compañía y se ofrecieron de guardarle y encubrirle todo el tiempo que él quisiese, y determinaron de torcer el camino a mano izquierda y entrarse en la Mancha y en el reino de Murcia… Dejaron, pues, a Extremadura y entráronse en la Mancha, y poco a poco fueron caminando al reino de Murcia.”

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Pocos años después de la publicación de los mapas de Gastaldi y Medina, en octubre de 1575, la monarquía española impulsó la recopilación de información sobre todos los pueblos de España, de la misma manera que ya se estaba haciendo en América. A esta ambiciosa empresa se le conoce como Relaciones Topográficas de Felipe II. La carta que acompaña a la Instrucción y Memoria, justifica el proyecto y la forma de hacerlo:

“El Rey. Por haber entendido que hasta ahora no se ha hecho ni hay descripción particular de los pueblos de estos reinos, cual conviene a la autoridad y grandeza de ellos, habemos acordado que se haga la dicha descripción y una historia de las particularidades y cosas notables de los dichos pueblos… Encargamos y mandamos os, que conforme a ella ordenéis a todos los concejos y justicias de los lugares de la tierra y jurisdicción de esa ciudad y de los eximidos de ella, se informen muy bien de todo lo contenido en la dicha Memoria, y hagan particular relación de ello, encargándoles con gran instancia tengan mucho cuidado de enviárosla, cada uno de los que tocare, la más cumplida, cierta y verdadera que sea posible, y con la mayor brevedad que se pueda…”

Muchos pueblos contestaron poco después de recibirse la carta, con la celeridad solicitada, pero otros muchos no lo hicieron, lo que provocó el envío de una nueva carta, en los mismos términos, tres años después, con amenazas de sanciones a quienes no la cumpliesen. Finalmente, los pueblos de la corona de Castilla fueron los que en mayor medida contestaron, en total 721. Y dentro de ella, el reino de Toledo contribuyó con un porcentaje alto de contestaciones.

La abundancia de datos aportados en las contestaciones, tocando gran cantidad de aspectos históricos, geográficos, sociales y religiosos, coetáneos con la vida de Cervantes y con la cercanía de la escritura del Quijote, hacen de las Relaciones Topográficas una obra importantísima para su consulta, por estar, dentro del reino de Toledo, el escenario real por el que camina Rocinante. Estas informaciones nos ayudan a tener una imagen del espacio geográfico del Quijote a través de la imagen que de cada uno de los lugares realizan “dos personas, o más, inteligentes y curiosas”. Por tanto, estamos ante la descripción más detallada y rica, en varios conceptos de la realidad de cada lugar, realizada por sus propios vecinos, según sus conocimientos, memoria y documentos localizados en sus archivos municipales, no por emisarios o viajeros encomendados para hacerlo, lo que refleja, en muchos casos, la idiosincrasia propia del lugar y sus vecinos.

En la pregunta número cuatro se solicitaba que se contestase, como a todas las preguntas del cuestionario, “breve y claramente, afirmando por cierto lo que fuese, y por dudoso lo que no fuese averiguado”, a:

“El reino en que comúnmente se cuenta el dicho pueblo, como es decir si cae en el reino de Castilla, o de León, Galicia, Toledo, Granada, Murcia, Aragón, Valencia, Cataluña, o Navarra, y en qué provincia o comarca de ellos, como sería decir en tierra de Campos, Rioja, Alcarria, la Mancha, etc.”

Esta pregunta tiene la gran importancia de poder recoger el sentimiento geográfico real de sus vecinos, y más en lo de pertenecer a comarcas sin límites geográficos, administrativos o jurídicos, como es la Mancha en esos años, nombrada específicamente en esta cuarta pregunta.

No todos los pueblos del reino de Toledo responden, y otros que sí lo hacen sus declaraciones no llegan o se pierden en los archivos de El Escorial. Pero sí encontramos en las contestaciones de los pueblos que se conservan, el topónimo Mancha, por contestar encontrarse en ella, o como referencia geográfica para determinar su situación en el espacio castellano del reino de Toledo.

Como ejemplo, dos villas cervantinas, nombradas en el Quijote: El Toboso y Argamasilla de Alba.

El Toboso, de la Orden de Santiago contesta: “Está en el reino de Toledo en la Mancha en la provincia de Castilla”.

Argamasilla de Alba, de la Orden de San Juan, contesta: “Al cuarto capítulo dijeron que el reino en el que comúnmente se encuentra este pueblo es en el de Toledo en la bailía de Alcázar, que por otra parte en donde este pueblo está asentado se llama la Mancha”.

tc 14.jpgSin embargo, resulta muy significativo que lugares muy próximos a otros, que sí manifestaban su situación dentro de la Mancha, no declarasen estar en ella. Un ejemplo muy demostrativo, por estar muy cerca de la cervantina villa de El Toboso, es Miguel Esteban. No responde estar en la Mancha, y así contestan sus vecinos encargados de hacerlo: “… esta villa de Miguel Esteban es de la orden de Santiago, y que está muy lejos de la mar, cincuenta leguas, y lo demás de la pregunta no lo saben». Lugares cercanos a Miguel Esteban, además de El Toboso, que responden estar en la Mancha son: La Puebla de Almoradiel, Quintanar de la Orden, Mota del Cuervo y Campo de Criptana, todos son pueblos de la Orden de Santiago, como Miguel Esteban. Quero no contesta y Alcázar de San Juan, aunque hay constancia de que sí lo hace, sus declaraciones permanecen perdidas a día de hoy.

El Toboso: “Está en el reino de Toledo en la Mancha en la provincia de Castilla”.

Puebla de Almoradiel: “Que esta villa está fundada en el reino de Toledo y provincia de Castilla y Mancha de Aragón en el partido que pocos años ha era de la villa de Ocaña y al presente es el partido y gobernación de la villa del Quintanar de la Orden”

Quintanar de la Orden: “Esta villa del Quintanar se encuentra en el reino de Toledo porque cae el dicho reino en la Mancha de Aragón.”

Mota del Cuervo: “Al cuarto capítulo declararon que esta villa cae en el reino de Toledo en la Mancha.”

Campo de Criptana: “Está en la Mancha arrimada a la sierra de Criptana”.

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Y en el lado opuesto podemos encontrar a pueblos que declaran estar en la Mancha y sus pueblos vecinos, que también contestan, no dicen encontrase en ella. Bolaños de Calatrava, que dice ser “… del reino de Toledo, tierra de la Mancha, a la fin de ella”, sus localidades vecinas de Daimiel, Manzanares, Miguelturra, o Valenzuela de Calatrava, nada dicen de estar en la Mancha. Todos ellos, como Bolaños, pertenecen a la misma jurisdicción, de la Orden de Calatrava, aunque Valenzuela en 1575 pertenecía a un vecino de Almagro desde 1553, como así declaran. De la villa cercana de Almagro, se tiene constancia de que contestó pero, como otras declaraciones, los documentos se encuentran perdidos en El Escorial.

Daimiel: “… decimos que esta villa de Daimiel está en el reino de Toledo y Campo de Calatrava”.

Miguelturra: “… decimos que esta villa cae y está en el reino de Toledo y así se dice comúnmente porque está en el reino de Toledo. Y el reino de Toledo es Castilla y no está en ninguna frontera por estar como está dicha villa en el partido y Campo de Calatrava y reino de Toledo”.

Manzanares: “… que esta villa está situada en el reino y arzobispado de Toledo en el maestrazgo de Calatrava”.

Valenzuela de Calatrava: “… que esta villa de Valenzuela como dicho está hoy se cuenta una legua de Almagro en el reino de Toledo… es de Diego Alfonso, vecino de la villa de Almagro, … y que era de la orden de Calatrava”.

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Los lugares que dicen estar en la Mancha, en 1575, abarcan un extenso territorio castellano, desde Uclés y Villarrubia de Santiago, al norte, a Argamasilla de Alba y Membrilla, al sur, y desde Tirteafuera y Almodóvar del Campo, al oeste, a Iniesta y Chinchilla, al este. Están repartidos, mayoritariamente, entre los espacios geográficos gobernados por las órdenes militares de Santiago, San Juan y Calatrava.

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Fijándonos en los lugares más extremos que contestaron estar en la Mancha, como bordes geográficos, obtenemos un espacio muy amplio. ¿Es esta la Mancha de don Quijote? Observando que la Cueva de Montesinos no está en su corazón, ni en sus imprecisos límites, evidentemente este espacio geográfico no es la patria de don Quijote.

La Cueva de Montesinos se encuentra en el término municipal de La Ossa de Montiel. Es un topónimo muy antiguo conocido por sus vecinos y lugares cercanos. En sus respuestas a las Relaciones Topográficas afirman:

“… dijeron que en esta villa hay una ermita, que se dice San Pedro de Saelices, que está a una legua de esta villa, en la ribera del Guadiana, muy antiquísima, la cual está labrada la ermita en cruz. Y más arriba de ella hay una cueva, la cual se dice que era la cueva de Montesinos, que pasa un río grande por ella…”

La Ossa de Montiel junto a otras villas y aldeas formaban el Campo de Montiel, el Partido de Villanueva de los Infantes en la Orden de Santiago, cuando se elaboraron las Relaciones Topográficas, y Cervantes escribió el Quijote. Estos lugares eran: Villanueva de los Infantes, Alcubillas, La Solana, Membrilla, Torrenueva, Castellar de Santiago, La Torre de Juan Abad, Villamanrique, Almedina, La Puebla del Príncipe, Terrinches, Albaladejo, Cózar, La Ossa de Montiel, Villahermosa, Fuenllana, Alhambra, Carrizosa, Ruidera, Montiel, Torres, Cañamares y Santa Cruz de los Cáñamos.

De estos lugares santiaguistas solo Membrilla contestó estar en la Mancha: “… decimos que esta villa está en el reino de Toledo y su asiento es Mancha, y es el primer pueblo del partido del Campo de Montiel viniendo de Toledo hacia el sol a mediodía”.

El resto de lugares, de este Partido de Villanueva de los Infantes, no solo no respondieron pertenecer a la Mancha, sino que la mencionaban precisamente para excluirse de ella, como por ejemplo:

Villanueva de los Infantes: “Cae esta villa en el reino de Toledo, en las vertientes de los principios de sierra Morena que llaman en el Campo de Montiel que es entre la Mancha y sierra Morena”.

Almedina: “Esta villa está fundada en el reino de Toledo, en la provincia que llaman el Campo de Montiel, que es una gobernación de quince villas y tres aldeas situadas entre la Mancha y el Andalucía y tierra de Alcaraz y orden de Calatrava”.

Puebla del Príncipe: “Está en el reino de Toledo, en el Campo de Montiel, entre la Mancha y sierra de Segura, casi en las faldas de sierra Morena”.

Terrinches: “… está en la orden de Santiago, en el partido del Campo de Montiel… no es Mancha ni serranía ni sierra Morena; está entre medias de sierra Morena y sierra de Alcaraz y Mancha”.

Esto declaraban a finales del año 1575, con lo que se podría afirmar que el Campo de Montiel no es Mancha, al menos para aquellos vecinos elegidos para hacer las contestaciones. ¿Y para Cervantes, es el Campo de Montiel una parte de la Mancha?

Dos de estas villas, Villanueva de los Infantes, residencia del gobernador, y La Ossa, término en el que se encuentra la cervantina Cueva de Montesinos, en las diligencias realizadas a su favor, por Mateo López, en cumplimiento de las Reales Cédulas sobre fomento de la raza caballar, registro de yeguas y señalamiento de dehesas, mandadas hacer por el mismo rey Felipe II, en julio de 1576, argumentan ahora todo lo contrario, que están en el Campo de Montiel y ¡son pueblos de la Mancha!:

“Las villas de Villanueva de los Infantes y La Osa que son en el Campo de Montiel dicen que las dichas villas son pueblos de Mancha y estan distancia del puerto Muladar quince y veinte leguas a esta parte. Y las yeguas que hay en los dichos pueblos…”

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¿Por qué no todos los pueblos, o la mayoría de ellos, de la Orden de Santiago, especialmente del cervantino Campo Montiel, de la Orden de Calatrava y del Marquesado de Villena, no declararon estar en la Mancha en las Relaciones Topográficas, aunque si lo estuvieran? La razón es porque los límites de la Mancha no eran administrativos, jurisdiccionales o eclesiásticos, sino solo sentimentales, o incluso de conveniencia, de pertenecer a este espacio geográfico natural. Los vecinos elegidos para contestar, en las Relaciones Topográficas, lo hicieron precisamente por su conocimiento administrativo, judicial y religioso del momento, y con su sentimiento, o conveniencia, ante lo que no tenía límites precisos, como era la Mancha.

Para algunos vecinos, el sentimiento de pertenecer a la antigua Mancha árabe era irrelevante, en su contestación al cuestionario oficial en ese momento, y para otros, ese sentimiento manchego era parte de la antigua tradición de su lugar, anteponiendo, a veces, el sentimiento al conocimiento. Unos lugares, se sentían pueblos manchegos, y otros, aunque fueran vecinos, prevalecía más su pertenencia sanjuanista, santiaguista, calatraveña o montieleña, al menos en esas «dos personas, o más, inteligentes y curiosas» elegidas entre los vecinos para contestar al interrogatorio oficial.

Hoy es impensable que un montieleño contestase que no es manchego, porque en su antigua tradición y sentimiento lo son, aunque en su primera contestación sea la de montieleño, cómo es lógico en un territorio que ha llegado así hasta nuestros días. Con la evidencia del documento sobre las Reales Cédulas sobre fomento de la raza caballar, registro de yeguas y señalamiento de dehesas, y siempre teniendo en cuenta la afirmación de Cervantes que la Cueva de Montesinos está en el «corazón de la Mancha», podemos afirmar que el Campo de Montiel era una parte indiscutible de la Mancha de don Quijote. Este es el sur de la Mancha de don Quijote, el Campo de Montiel, el sur de las órdenes militares de Santiago y Calatrava, con Sierra Morena como frontera natural con Andalucía.

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Los bordes de los términos municipales reflejados en este mapa son, al menos, la Mancha de límites imprecisos que conoció Cervantes, y que la elige como patria de su famoso caballero don Quijote. Lejos de reinos imaginarios y fantásticos, lo sitúa en un espacio inmenso, de pocos recursos, donde casi no hay nada, ni nunca pasa nada, quizá también por conveniencia. Tierra de paso, muy conocida por viajeros, arrieros y trajinantes de su época, por donde llevará al hidalgo manchego a través de sus monótonos caminos y parajes. Con este simple recurso literario, sitúa a sus sencillos protagonistas, un viejo hidalgo y un pobre labrador, en un terreno también muy sencillo, sin relevancia, monótono y polvoriento, pero real y creíble, en la Mancha. Conocida en su España, todos sus lectores viajeros, con solo leer el título de su novela sabrían dónde se iban a desarrollar las aventuras de don Quijote, e incluso al leer los capítulos reconocerían los mismos caminos y parajes por donde tantas veces han pasado, lentamente, sobre una mula o un carro. Lentitud que hoy nos falta a los viajeros para percibir el paisaje como lo percibían en el siglo XVI-XVII. A veces, solo viendo las innumerables fotografías que hacemos con nuestros dispositivos digitales, días, semanas o meses después, nos parece entonces reconocer matices en el paisaje que, cuando estábamos in situ, no supimos apreciar.

Y esta inmensa Mancha es dibujada en otro mapa, pocos años después de la publicación de la segunda parte del Quijote, y de la muerte de Cervantes. El rey Felipe IV, al iniciar su reinado en 1621, impulsa otro nuevo proyecto de hacer un mapa detallado de España, y ordena que se realice un Atlas de España, con el máximo detalle. Este encargo es conocido como el Atlas del Rey Planeta y lo dirige su cosmógrafo, Juan Bautista Labaña, pero este muere y no es hasta 1634 cuando lo termina uno de sus discípulos, nombrado también cosmógrafo real, Pedro Teixeira, publicándose como Descripción de España y de las costas y puertos de sus reynos. Este atlas, encontrado recientemente en la Biblioteca Nacional de Austria, en el año 2000, contiene un mapa de la Península Ibérica, que aunque no está realizado mediante procedimientos matemáticos y topográficos precisos, si muestra una aproximación de la imagen de la península, y, dentro de ella, la de la inmensa Mancha castellana.

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En uno de los doce mapas de las regiones de la Península Ibérica, el titulado “Tabla del Reyno de Andaluzia”, Texeira, representa precisamente el sur de la “Parte de la Mancha”, junto a Sierra Morena, donde transcurren tantos capítulos de la primera parte del Quijote. Y limítrofe a la Mancha, a su oeste, representa a la “Parte de Extremadura”.

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La Mancha de don Quijote, la que conoce Cervantes y sus coetáneos es inmensa. Y es dibujada así en los mapas por Gastaldi y Medina, antes de la escritura de la primera parte del Quijote, y por Labaña y Texeira, pocos años después de salir de la imprenta la segunda parte. La Mancha, que al oeste limita con Extremadura y al este con el antiguo reino de Murcia, que atravesó caminando “la gitanilla Preciosa, dejando Extremadura y entráronse en la Mancha, y poco a poco fueron caminando al reino de Murcia”. El sur es la cervantina Sierra Morena, frontera natural entre Castilla y Andalucía. Sólo nos queda delimitar el borde norte de la Mancha. Quizá Cervantes nos lo quiso definir en el soneto que el “Paniaguado, académico de la Argamasilla”, dedica a Dulcinea:

“Pisó por ella el uno y otro lado
de la gran Sierra Negra y el famoso
campo de Montiel, hasta el herboso
llano de Aranjuez, a pie y cansado”

Don Quijote no llega en ninguna de sus salidas al río Tajo, que forma la llanura de Aranjuez, pero sin duda alguna Cervantes lo cruzó por sus puentes o embarcaderos en sus viajes a Andalucía y Murcia, sintiendo que, desde ese momento, se encontraba ya en la Mancha. Esta sensación de estar en la Mancha se describía en las guías de caminos, como en el Itinerario Español, ó Guia de Caminos, para ir desde Madrid á todas las Ciudades, y Villas mas principales de España (1760), de Josef Matìas Escrivano, cuando al cruzar el río Tajo, y entrando en Ocaña, el viajero ya estaba en la Mancha, aunque la división administrativa del territorio del momento fuese desde el río Tajo la Provincia de Toledo, estando la Provincia de La Mancha en 1760, mucho más al sur. De nuevo, el sentimiento prevalece a la política administrativa del territorio:

“Madrid para Cadiz: Paffa por las Ciudades de Andujar, Cordova, Ecija, Xerez, y Puerto de Santa María, y Firve de Guia al margen para otras muchas Ciudades, y Villas grandes de la Mancha y Andalucia. Es camino de Ruedas. Se fale por la Puerta, y Puente de Toledo en el Rio de Manzanares…”

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Esta Mancha, entre el río Tajo y Sierra Morena, y Extremadura y Murcia, sí tiene en su corazón a la Cueva de Montesinos, “a quien dio felice cima el valeroso don Quijote de la Mancha”. Esta es la Mancha que conoció Cervantes y la hizo patria de don Quijote, la Mancha de don Quijote.

Cervantes describe, sin la nitidez que hoy precisamos, a sus lectores de su tiempo, la geografía que él conoce y con la que sus vecinos se sienten pertenecer y los viajeros también conocer. Del conocimiento real de Cervantes, de esta tierra, tampoco hay acuerdo, por la ausencia de evidencias documentales de su estancia en la Mancha, aunque, al menos, es necesario su paso por ella en los traslados como funcionario desde Castilla a Andalucía y Granada, o a los puertos del Levante. Es esa supuesta falta de nitidez o imprecisión, la que hoy induce a algunos autores a contradicciones geográficas en el estudio del Quijote, ¡achacándoselas incluso al mismo Cervantes!, sin tener en cuenta que somos nosotros, los lectores actuales del siglo XXI, los pocos que creemos que el Quijote es una obra de ficción por una geografía real, los que tenemos que entender aquellos límites geográficos tan imprecisos, sin mojones ni señales, como los bordes de la imagen que de la Mancha tiene Cervantes y sus coetáneos, para poder interpretar geográficamente su novela, y, por qué no, poder caminar por los mismos caminos y parajes que el autor por algún motivo pasó y su personaje, sobre Rocinante, pisó.

Cervantes fue viajero por necesidad. En sus obras nos retrata al ser humano, la sociedad y, también, la geografía física y humana de su tiempo. ¿Impreciso en la geografía?, nuestro autor vivió hace más de cuatro siglos y escribió el Quijote para los de su época, que conocían que la imprecisa Mancha comenzaba en el río Tajo y terminaba en Sierra Morena, y desde Extremadura a Murcia. Para sus lectores no cabía imprecisión alguna.

Luis Miguel Román Alhambra

Publicado en Alcázar de San Juan Lugar de don Quijote  https://alcazarlugardedonquijote.wordpress.com/2018/08/24/la-mancha-del-quijote-una-tierra-de-conveniencia-incluso-hoy/

 

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En 2018. La Feria y Fiestas mantiene toda su actividad con pequeños cambios y algunas novedades

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Con un gasto parecido a las anteriores a pesar de ser año preelectoral

Juegos de agua para la infancia, verbena con espectaculo musical para familias, teatro en el parque, feria matinal en la plaza, demostraciones gastronómicas de dia y de noche, fuegos artificiales con novedad, conciertos solidarios desde el dia 2, folklore, flamenco, teatro infantil, toros y verbenas en el programa de las fiestas 2018, presentado por el concejal de festejos, Gonzalo Redondo

El programa de la feria y fiestas 2018 ya ha salido de la imprenta y en los próximos dias se distribuirán 14.000 ejemplares a domicilio. Esta revista no lleva publicidad, para no competir con los medios de comunicación privados, y contiene algunos reportajes sobre la el desarrollo de la ciudad y la totalidad de las actividades de todo tipo de estas fiestas que se presentan más largas de lo habitual, porque abarcan dos fines de semana, entre el 1 y el 8 de septiembre, de sábado a sábado. Según el primer teniente de alcalde, se trata de una fiesta dificil de organizar con un coste sólo un poco superior al del año pasado, pese a que este es año preelectoral y otros ayuntamientos suelen subir el gasto de forma casi «histórica».

El coste exacto de la feria solo se puede conocer después de las fiestas, cuando se hace balance. En ejercicios anteriores la cifra ha estado en unos 165.000 euros, que este año pueden aumentar entre 5 y 10.000, aunque también hay ingresos, como las tasas de la asociación de feriantes, licitadas por varios años con la asociación provincial. A la ciudad la feria le viene a costar 100.000 euros, aseguró el concejal, recordando que en Alcázar este es el primer gobierno local que rinde cuentas. «En el conjunto de la región creo que somos el único ayuntamiento», señaló Redondo, «que publica factura a factura cada uno de los gastos que llevamos a cabo en la ferias y fiestas».

PREGONERO: EL COMPOSITOR ÓSCAR ESCUDERO, CARTEL DE ÁUREO

En cuanto al contenido del programa, el también primer teniente de alcalde comenzó por el cartel, una portada encargada al pintor Aureo Gómez que ha realizado una obra muy personal y colorista que representa en un cuadro «con colores muy vivos, los sentimientos que sentía cuando era pequeño y visitaba la feria», explicó.
El concejal señaló que el ayuntamiento actual ha apostado siempre por las personas que destacan en cualquier ámbito. El primer pregonero fue el jefe del servicio de oftalmología, Fernando González del Valle, como representante de los profesionales que sostuvieron la sanidad pública en la peor época de los recortes. Luego pregonó Antonio Moreno, catedrático de fisica y maestro, representando a la educación. El año pasado, Alba Reguillo representó al mundo del deporte y este año el pregonero invitado es Óscar Escudero, jóven compositor que ha investigado la musica de vanguardia, recorriendo Europa y recibiendo becas y premios. Según Redondo «está preparando un pregón especial, diferente y no es casualidad que hayamos pensado en Óscar porque cuando comenzamos la legislatura el equipo de gobierno nos planteamos que queriamos reconocer a los alcazareños valorados fuera pero que probablemente nunca lo hayan sido suficientemetne en su pueblo »

PÓLVORA EN EL ARROYO DE LA SERNA

Desgranando todos los puntos del programa, el concejal fue dia por dia, comenzando por la imposición de los pañuelos por la peña La Bota (fundada en 1989) y la pólvora. Recordó que los fuegos artificiales se licitaron por tres años con la misma empresa con un coste total de 30.000 euros que dan para 4 pólvoras por año (Feria, dia de la virgen, virgen del rosasrio en la vendimia y Moros y Cristianos). Este año se desplaza un poco, y se va a disparaar desde detras del Arroyo de la Serna, que será especial, señaló el concejal ya que va a permitir «lanzar con un calibre mayor que en estos años de atrás, dándose la circunstancia de que, gracias a que ha vuelto el dinamismo económico y hay movimiento pues se está haciendo un bloque de pisos justo en la parcela donde se lanzaba en años anteriores».

Redondo también se detuvo en los toros, conla gandería de Las Monjas y tres figuras: Enrique Ponce, Morante de la Puebla y Morenito de Aranda, lo que a juicio del concejal de festejos consolida la tarea que inició el anterior concejal de asuntos taurinos «que ha conseguido levantar la plaza de toros involucrando a la afición taurina», con festejos que el ayuntamiento no subvenciona por lo que todos los gastos corren a cargo del empresario «que se ha volcado con la feria».

Novedad será también una de las actividades matinales destinadas a la infancia. Volverá a haber cada dia teatro en el parque Alces a las 12 del mediodía, desde el domingo dia 2 hasta el viernes 7. Con una excepción el dia 5, que la actividad es en la piscina municipal, para niños y niñas de entre 6 y 12 años. Tienen que saber nadar.

Y también para la infancia este año se repite el espectáculo musical destinado al publico familiar en el escenaario de la piscina, donde cada noche entre los dias 2 y 5 habrá verbena con orquestas. El dia 6, a las 9 y media, la verbena infantil estará animada por el Musical Caramelo Rock.

El programa incluye, flamenco, folklore, música popular y los grandes conciertos solidarios con Rosana, el domingo 2, y el festival de rock el lunes con Manuel España (de La Guardia), Javier Ojeda (Danza Invisible) y Javier Andreu (La Frontera). El martes, también en el campo de fútbol, es la noche de los 40 Pop, de la cadena SER, con 9 artistas en el escenario en un cartel que encabeza Blas Cantó. La Feria de Dia vuelve a situarse en la plaza de españa, con pinchadiscos  y la orquesta Daikiri (el dia 7). Justo al lado, serán las demostraciones gastronómicas matinales (del 2 al 6), con la zurra, la pipirrana, el machacón, la ensalá de limón y la bizcochá. Los mismos días, por la noche son las demostraciones gastronómicas con el pisto, los duelos y quebrantos, la tortilla y las migas. Todas ellas en el aparcamiento de la plaza de caravanas, junto a la plaza de toros. El dia 7 es la noche popular de gachas, en su edición número 35. Las inscripciones se realizan a partir del 23 de agosto.

PROGRAMA DE FERIA 2018

 

Ayto. de Alcázar de San Juan:  http://www.alcazardesanjuan.es 

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La imagen de la Mancha, agosto

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Hemos pasado el ecuador del mes de agosto, todavía verano en la Mancha. Hoy la imagen que veo desde Montón de Trigo poco difiere a la que vi el mes pasado. Quizá todo aún más seco. A lo lejos veo a un ciclista sobre la antigua plataforma ferroviaria que debió de unir Alcázar de San Juan y Quintanar de la Orden, y que hoy la conocemos como la Vía del Hambre. Se realizaron los terraplenes, trincheras y puentes, pero nunca tuvo la piedra, el balasto ferroviario. Piedra sobre la que las brigadas de construcción alinearían las traviesas de madera de roble creosotadas y atornillarían firmemente, en ellas, los carriles con tirafondos. Antes, especialistas con las azuelas cajeaban las traviesas, dando con milimétrica precisión la inclinación que debía de tener el carril. Todo para unir Quintanar de la Orden con el gran nudo ferroviario de Alcázar de San Juan. Pero solo quedó terminada la plataforma.

A Quintanar fue Sansón Carrasco a comprar unos buenos perros pastores para regalárselos a don Quijote: “… y que ya tenía comprados de su propio dinero dos famosos perros para guardar el ganado, el uno llamado Barcino, y el otro Butrón, que se los había vendido un ganadero del Quintanar”. Alcázar de San Juan, el lugar de don Quijote, y Quintanar de la Orden, de donde también era el cruel ganadero Juan Haldudo, ya quedaron unidas por la pluma de Cervantes, mucho antes que el tren lo intentase, o este ciclista lo haga hoy.

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Al poco tiempo, el ciclista se pierde de mi vista. Sigo contemplando este paisaje desde mi altozano. Al fondo veo la Laguna del Salicor, y rozando con el horizonte diviso la localidad manchega de Quero, ya en la provincia de Toledo. Todo está muy seco y la laguna también. De formación endorreica solo tiene agua unos pocos meses al año, cuando las lluvias de invierno y primavera se escurren hasta su fondo. Decido ir a pisar su suelo, como hicieron los romanos muchos siglos antes para recoger la preciada sal de este humedal hipersalino. Alces, la antigua villa romana está localizada por estos entornos. Los varios centímetros de sal que se acumula en su superficie quizá fueron decisivos en la decisión de fundar un asentamiento, una ciudad romana, la antigua Alces.

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Dejo mi vehículo a unos doscientos metros del borde de la laguna, su aspecto es lunar. Desciendo a su fondo y cada paso que doy es como si pisase en una alfombra increíblemente suave y blanda. Pellizco el suelo y lo chupo, es salado. Y ante mí un milagro de la vida, de la naturaleza, una planta que encuentra el agua debajo de la sal, el salicor. Aquí se registran temperaturas de más de + 40º C en verano y de – 10º C en invierno, más de 50º de amplitud térmica anual, con una concentración de sal muy alta, y ¡hay vida! Merece la pena llegar hasta aquí, no hay nadie, solo escucho al aire, algún pájaro a lo lejos, mi respiración y mis tripas.

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Dejo este increíble lugar para bordear la laguna y  encontrarme con más vida. Ahora es un sisón, una hembra de sisón. Sabe que no soy su depredador y me deja de acercarme lo suficiente como para hacerle esta foto. Y para que compruebe por qué se llama así emprende el vuelo, dejando en mis oídos ese silbido o siseo de sus grandes alas, tan singular, y del que toma nombre.

Estamos al final del verano en la Mancha. Por aquí decimos que ya “en agosto, frío al rostro”, y la mañana es fresca. Tengo que continuar un poco el camino, la Senda de los Canteros, para llegar a contemplar más vida vegetal. Vida cuidada por el agricultor para crear uno de los productos, junto al queso, más conocidos de la Mancha en el mundo, el vino. Llego a un viñedo de uvas tempranillo, a las que les falta madurar un poco más. La primavera ha sido muy lluviosa, el verano atípicamente más fresco, han hecho que la vendimia se retrase unas semanas este año. Me llevo una uva a la boca, algo ácida aún, pero de un sabor intenso, como el vino que saldrá de estos apretados racimos tempranillode las bodegas de este inmenso viñedo manchego.

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Vuelvo a casa, pero junto al camino hay un montón de piedras calizas de gran tamaño, que los agricultores retiran de sus tierras. Tengo la sensación de que desde su cresta podré ver mejor esta viña de uva tinta.

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Y lo que me encuentro es con un nuevo paisaje de mi tierra, de la Mancha, y sus contrastes. Continúo camino a Alcázar de San Juan, el lugar de don Quijote y Sancho, y el mío. Los usos del suelo han cambiado el paisaje que pudo conocer Cervantes, pero quizá esta tierra tan sencilla,  pero llena de contrastes, le hizo pensar en ella como patria de sus dos personajes. Sobre un plano inmenso de tierra, una línea divide sus dos personalidades, tan distintas, pero tan arraigadas una a la otra, como sus dos personajes principales, Alonso y Sancho, como la vida de cualquier ser humano.

En septiembre, volveré. Será mi última imagen desde esta atalaya, desde Montón de Trigo.

                                  Luis Miguel Román Alhambra

 

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La estrella de Cervantes 2018

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Esta exposición “La Estrella de Cervantes” comienza su andadura  un 16 de agosto en la Sala Domus Artis, en El Toboso en 2018, lugar en el que Miguel de Cervantes Saavedra cita dejando constancia durante toda su obra, “El ingenioso hidalgo D Quijote de la Mancha”.

Con motivo del último gran descubrimiento del S XXI, una nueva estrella junto con sus cuatro planetas, habitan en el Universo; impulsado por la Sociedad Estatal de Astronomía, y posteriormente a nivel internacional (www.estrellacervantes.es), Cervantes ha encontrado un lugar en los “altos cielos”. Este hecho me llevó a leer con gran detenimiento su obra “estrella”, y buscar a lo largo de sus dos tomos,  la Estrella de Cervantes

Cuan fue mi sorpresa, que descubrí que cada capítulo pudiera contener un sueño de su autor, bajo la figura de El Quijote, sus principios y valores, y cuantos le rodean durante toda su obra.

Capítulo tras capítulo, perseguí sus sueños, su estrella, hilando con la vida de su autor, y lugares de paso.

Es una exposición pensada y preparada desde que tuve el privilegio de exponer en la Sala Domus Artis , de la mano de Juan Alfonso García-Donas, a quien agradezco la presente oportunidad. Por la extensión de la obra de Cervantes, no he podido plasmar todos sus capítulos, pero sí los que he considerado de relevancia para exponer en El Toboso.

Cada capítulo que aquí se muestra, con textos extraídos de los capítulos, es reflejado por la obra pictórica que le acompaña, para su buen entendimiento; en ocasiones, por el lugar que algunos Cervantinos citan como posibles en ese capítulo, y en otras, remarcando el carácter que ilustra.

Un año de preparación, un año de lectura de El Quijote, y un año de investigación de técnicas pictóricas nuevas, ha sido la base para desarrollar no sólo una exposición de obra pictórica variada y en cierto modo inédito, sino la Obra completa que forma “La Estrella Cervantes”:  Fusión entre dos Siglos (XVII y XXI), entre lo clásico y lo inédito, entre Cervantes  y su Estrella, recreado en la gran obra literaria de D. Miguel de Cervantes, “El Quijote”

Tan sólo espero le sea de su agrado, y si le gusta alguna de mis obras, no duden en contactar conmigo a través del correo electrónico (deliayarte@gmail.com), o por este medio.

Video exposición individual «La estrella de Cervantes» en el Toboso

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«Desde el interior» nueva exposición de Salvador Samper en Daimiel

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Desde el 23 de agosto al 21 de septiembre tendrá lugar la exposición de Salvador Samper “DESDE EL INTERIOR” en la sala de Exposiciones de la Casa de la Cultura de Daimiel. El arista manchego presenta para la ocasión medio centenar de obras, la mayoría de reciente creación que se exponen por primera vez al público, acompañadas de otras de gran formato que han recorrido diferentes lugares dentro de la geografía española, así como en ferias internacionales en París, Gante, Utrecht y en el Festival Sete Sois Sete Luas tanto en Portugal como la Toscana Italiana.

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Según el artista  Enrique Pedrero, Doctor en Bellas Artes, Cum Laude

Miembro de la Asociación Madrileña y Española de Críticos de Arte, AMCA y AECA, Salvador Samper tiene un original estilo, muy personal y totalmente opuesto al de su ancestro, el conocido artista manchego José Luis Samper,  derivando a una tendencia más actual, pudiendo definirlo dentro del campo conceptual con varias interpretaciones, que pueden ir unas veces en la nueva figuración, otras en el pop-art, incluso hasta el cómic, pero su fin primordial es la crítica, siempre con un fin estético, adaptando el estilo o la forma al fin deseado, que hace visible  a través de la representación plástica.

Salvador Samper intenta, según sus palabras,  con la muestra “DESDE EL INTERIOR” mostrar sobre el pincel y a través de él, el alma que evoca desde la realidad presente a un futuro idealizado y a la nostalgia de recuerdos, mostrando una dualidad  en su obra para despertar la curiosidad del espectador, siendo el mensaje  fundamental para la interpretación de la obra  con un fuerte valor estético.

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El historial artístico de Salvador Samper se nutre de una decena de premios en diversas escalas, destacando entre ellos 6 premios de Artistas Jóvenes que la desaparecida Caja Madrid otorgaba a los jóvenes creadores, así como el primer premio del Certamen Internacional de Alcázar de San Juan en el 2015 o el primer premio del prestigioso portal de Internet Arte10 dotado con una obra del artista internacional Rafael Canogar,  ha realizado una veintena de exposiciones individuales en numerosas ciudades españolas y en el extranjero, más una docena de colectivas en diversos lugares, la dos últimas en la sala de Exposiciones Domus Artis, de El Toboso (Toledo) la primera, en el mes de abril en las “Jornadas Cervantinas” de la Villa de Dulcinea, organizadas por el Grupo Quinarte, y el Excmo. Ayuntamiento y la última en el mes de mayo con el título “El Quijote de Samper” junto a la obra de su padre.​

La exposición que forma parte de la programación de  las Ferias Fiestas de Daimiel organizada por la Concejalía de Cultura a través de la coordinadora de Área Josefina Villegas y la concejala de Cultura Lourdes Cencerrado  podrá visitarse de 12:00 A 14:00 de lunes a viernes y domingos, tendrá su inauguración del 23 de agosto a las 21.00

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Museo José Luis Samper: X Edición de la Noche del Patrimonio de Alcázar

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El Museo José Luis Samper se suma, como de costumbre, a la interesante experiencia cultural del próximo sábado 4 de agosto. Bajo el lema “Alcázar, te quiero” el pueblo celebra un año más su ya tradicional Noche del Patrimonio

Esta X Edición trae consigo una cincuentena de actividades, previstas de 21:00 a 1:00 horas y, cómo no, un programa de visitas libres y guiadas a monumentos y museos.

Sin duda, una ocasión idónea para dejarse impresionar por las numerosas obras de Samper. Con una colección de más de mil obras formada por óleos, acuarelas, dibujos… se convierte en una parada indispensable para este peculiar evento nocturno. Merece la pena hacer un hueco esa noche y dejarse fascinar por el arte de este pintor alcazareño que cuenta, desde 2007, con el título de “Hijo predilecto”.

NOCHE DEL PATRIMONIO EN EL MUSEO

Este año, las visitas al museo José Luis Samper (son libres y no requieren inscripción) obtendrán un detalle muy especial: cada persona que se pase por la galería recibirá de regalo una lámina con un dibujo de este importante artista.

Museo José Luis Samper                                https://www.joseluissamper.com/eventos/noche-del-patrimonio/

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Alcázar de San Juan continúa fiel a su tradición cervantina

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Alcázar de San Juan. Jueves 2 de agosto de 2018.-  Después de conocer, a través de los medios de comunicación, que en el Pleno del mes de julio del Ayuntamiento de Alcázar de San Juan se comunicó la noticia de que “Alcázar se integrará en la Red de Ciudades Cervantinas en noviembre”, la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan quiere expresar su satisfacción por varios motivos:

La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan impulsó la propuesta al Ayuntamiento de pertenecer a la Red de Ciudades Cervantinas  el 16 de junio de 2017 (mediante carta -a la que acompañaba un completo dossier- a la Alcaldía), cuando nuestra ciudad no había sido considerada como miembro en el inicio de esta Red. Los propósitos fundacionales de la Red ya los viene asumiendo nuestra ciudad  hace muchísimo tiempo, desde el descubrimiento de una partida de bautismo atribuida al autor del Quijote en nuestra ciudad, en 1748, origen de nuestra tradición cervantina, que debemos  preservar, aunque la disputa sobre la cuna de Cervantes ya quedara cerrada hace, también, muchos años.

El último punto del Decálogo de la Red de Ciudades Cervantinas dice: «Yo sé quién soy» afirma en un momento don Quijote, en diálogo con un vecino suyo, a quien respeta a pesar de las diferencias, y con voluntad de defender su identidad. Este «Yo sé quién soy» debe ser el lema de la Red de ciudades cervantinas para avanzar en el desarrollo sostenible gracias a las enseñanzas de Miguel de Cervantes. Alcázar de San Juan “sabe quién es”, en el mundo cervantino, y su adhesión a esta Red de Ciudades Cervantinas, aportará y nos aportará más conocimiento y desarrollo, tanto cultural como turístico, y por lo tanto económico, a nuestra ciudad.

Nuestra Sociedad Cervantina tuvo como invitado en su actividad “Almuerzo de don Quijote” a José Manuel Lucía, director de la Red de Ciudades Cervantinas, este pasado mes de junio, con el que compartimos mesa cervantina y sus enormes conocimientos sobre la vida y obra de Cervantes (pronto publicará la tercera, y última, parte de su biografía) y también visitó el archivo parroquial de Santa María, donde pudo ver la partida de bautismo de un niño al que su padre Blas de Cervantes Saavedra le puso de nombre Miguel. También, cómo no, se habló de nuestra solicitud al Ayuntamiento a que se propusiera la pertenencia a la Red que él dirige, a su polémica declaración, y a la buena disposición de todos a que la adhesión se llevase a cabo.

Esperamos que en noviembre, tal y como ha comunicado el portavoz del Grupo Municipal Socialista Gonzalo Redondo -en el Pleno Ordinario del mes de julio-, Alcázar de San Juan sea una más, entre las ciudades cervantinas de esta asociación.

Luis Miguel Román Alhambra. Presidente

 

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Alcázar de San Juan entrará a formar parte de la Red de Ciudades Cervantinas el próximo mes de noviembre

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El próximo mes de noviembre, dentro del marco del encuentro de ciudades cervantinas que tendrá lugar en la ciudad, se hará oficial la entrada de Alcázar de San Juan en esta red a la que pertenecen lugares como Alcalá de Henares, Ciudad Real, Esquivias, Argamasilla de Alba, El Toboso, Toledo, Barcelona y Madrid, entre otras. La noticia la adelantó el portavoz del Grupo Municipal Socialista, Gonzalo Redondo, en el Pleno Ordinario del mes de julio celebrado el martes, día 31.

Tras la polémica suscitada por las declaraciones del presidente de la Red de Ciudades Cervantinas, José Manuel Lucía, tras la solicitud de Alcázar de San Juan para formar parte de la misma, relacionadas con la cuna de Cervantes y la partida de nacimiento existente en Alcázar, en contraposición con la de Alcalá de Henares. El Gobierno alcazareño ha estado trabajando por resolver el conflicto de intereses y mejorar el programa cervantino que ofrece la ciudad. Así, tras diferentes reuniones mantenidas con los representantes de la red -la última el pasado mes de junio en Ciudad Real, durante la celebración del II Congreso Internacional Cervantino- y tras preparar un informe sobre la vinculación, lugares y actividades cervantinas que ofrece Alcázar de San Juan, se oficializará la entrada de la ciudad en la red el próximo mes de noviembre.

Ayuntamiento de Alcázar de San Juan  http://www.alcazardesanjuan.es

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