El año 1896 se publica, en Nueva York, On the Trail of Don Quixote, escrito por el editor y escritor francés, nacionalizado estadounidense, August F. Jaccaci e ilustrado por el español Daniel Urrabieta Vierge. Un libro de viajes por la tierra de don Quijote que Jaccaci recorre en 1894. Un año antes lo hace Vierge haciendo los bocetos necesarios para las ilustraciones.
Vierge recorre Alcázar de San Juan en dos ocasiones, al principio y al final del mes de octubre de 1893. En su libreta dibuja a lápiz, acuarela y tinta china unos bocetos que más tarde en su estudio pasan a ser minuciosamente terminados, gracias a su prodigiosa memoria. Los bocetos se conservan en la Hispanic Society of América, en Nueva York.
125 años después voy a mirar Alcázar de San Juan desde el mismo lugar que lo hizo Vierge.
El Torreón que Vierge dibuja en boceto el 20 de octubre de 1893 no aparece publicado en On the Trail of Don Quixote. Esta antigua torre que formaba parte de la muralla fue construido a finales del siglo XIII y formó parte del palacio del gran prior de la Orden Hospitalaria de San Juan. Actualmente es conocido como El Torreón de don Juan José de Austria y se encuentra a escasos metros de la iglesia de Santa María la Mayor. El desarrollo urbanístico de la ciudad impide realizar la fotografía desde el mismo lugar que lo hizo Vierge.
Vierge estuvo en Alcázar en dos ocasiones durante el mes de octubre de 1893. El día 2 esboza la fachada de la iglesia de Santa Quiteria, parroquia desde principios del siglo XVII. Según el profesor Enrique Herrera Maldonado: “El clasicismo herreriano tiene su mejor muestra en la Iglesia de Santa Quiteria de Alcázar de San Juan, obra de discutible atribución a Herrera. Fue terminada en 1604, interviniendo los maestros Juan de Oza, Rodrigo de Argüello y Andrés de Astián; también interviene en la Capilla del Rosario Francisco de Mazas, maestro cantero que trabajó en el Monasterio de Uclés.”
Así es dibujada después y publicada en On the Trail of Don Quixote, pero erróneamente aparece en la lista de ilustraciones como A corner of the plaza, Campo de Crijitano, the church´s principal entrance on the left (Una esquina de la plaza de Campo de Criptana con la entrada principal de la iglesia a la izquierda). Además del carro tirado por una mula, que sí asoma en el boceto, aparecen varias personas que se dirigen a la iglesia y dos pobres de rodillas junto a sus muletas apoyadas en el muro pidiendo limosna junto a la puerta principal.
Obras por el deterioro de parte de la fachada de la iglesia impide hoy apreciar con detalle la misma imagen que dibujó Vierge. También echo en falta la magnífica puerta de entrada con escudo nobiliario que existió en la casa del fondo que ha desaparecido, si bien la decoración modernista actual de la casa de al lado suple, en parte, su pérdida.
Vierge dibujó y un año después Jaccaci describió magníficamente el trajín de la plaza de Alcázar de San Juan. Vierge dibuja a un vendedor junto al poste de bandos, donde el pregonero los colgaba después de vocearlos por las calles de la ciudad para conocimiento de todos los vecinos. Al fondo la fonda y junto a su puerta dos tinajas que por sus dimensiones y formas son de El Toboso.
Jaccaci dibuja, ahora con palabras, así este mismo entorno: “Nos asomamos desde la torre del ayuntamiento, descansamos y desayunamos rápido en la fonda, cuya monumental fachada daba a una gran plaza, la del mercado, donde se desarrollaba un divertido espectáculo bajo la atenta mirada de un empleado municipal que llevaba una escobilla”. Y de la fonda nos dice que “a pesar de la inevitable suciedad y dejadez, esta posada tenía un inconfundible aspecto de prosperidad… el ama, grande y recia, con la cara igual que un senador romano, recorría el lugar a zancadas, manteniéndose atenta a los detalles y dando órdenes con una voz que resonaba como un toque de corneta” Esta traducción está realizada por Esther Bautista Naranjo en su trabajo Un americano en La Mancha tras las huellas de don Quijote.
Vierge esboza a un aguador en un camino junto a un pequeño edificio que alberga una cruz donde una mujer está arrodillada, “en las afueras de Alcázar de San Juan” Esta imagen no es posible verla hoy, la Cruz del Humilladero ha desaparecido hace muchos años. Y me surge la pregunta: ¿dónde se encontraba esta Cruz del Humilladero?
Durante los mismos días que Vierge dibujaba en Alcázar de San Juan un equipo de topógrafos también estaba dibujando Alcázar de San Juan. Para hacer el primer mapa topográfico de España se crea en 1870 por Decreto el Instituto Geográfico, bajo la dirección del Coronel de Ingenieros Carlos Ibáñez de Ibero. En 1875 se edita la hoja de Madrid, siendo la primera del Mapa Topográfico Nacional. La última, por lo que se dio terminado el MTN, fue en 1968 con la hoja de San Nicolás de Tolentino. Para cada término municipal se dibujaron dos minutas, una planimétrica y otra altimétrica, y en muchos lugares el plano urbano. En la ciudad de Alcázar de San Juan se levantó durante seis meses de trabajo un plano urbano a escala 1:5000 con las minutas realizadas a 1:1000, firmándose en abril de 1894
En este plano se observa casi en las afueras de la ciudad unas marcas de construcción en mitad de una plaza.
En la minuta 130922, firmada en Alcázar de San Juan el 7 de noviembre de 1883, un mes después de dibujar Vierge la Cruz del Humilladero, el topógrafo sitúa con medidas precisas la Cruz del Humilladero en la plaza entre la Calle de Toledo y la Calle de la Cruz del Humilladero, en las afueras de la ciudad, coincidiendo con la nota al pie de la ilustración «On the Outskirts of Alcazar de San Juan» (En las afueras de Alcázar de San Juan).
Sitúo el marcador en el mismo lugar donde estuvo la Cruz del Humilladero y anoto sus coordenadas: 39º 23 37.81 N – 3º 12 51.67 O.
Vecinos de Alcázar de San Juan y multitud de viajeros que utilizaban este transitado camino de Toledo a Murcia vieron esta imagen a lo largo de los siglos. Con los dibujos de Vierge y los datos precisos de los topógrafos del Instituto Geográfico bien se podría volver a edificar esta Cruz del Humilladero en Alcázar de San Juan al principio de la Calle Toledo. Sin duda alguna sería otro incentivo más en el patrimonio cultural y turístico de la ciudad.
En la pág 126 de On the Trail of Don Quixote aparece una ilustración en la que se aprecia en primer plano una mujer delante de una ermita junto a un ajetreado camino. En la Lista de Ilustraciones se menciona como A bit of Alcázar de San Juan (Un poco de Alcázar de San Juan). Esta imagen de Alcázar de San Juan, que Vierge dibujó en octubre de 1893, es la antigua ermita de San Sebastián. El camino es el de Villafranca que al unirse aquí con el de Quero entraban por la Calle de San Sebastián a la Plaza del Arenal.
Utilizando el SignA, la ubicación de esta ermita es posible situarla en las coordenadas 39º 23ʹ 42ʺ N – 3º 12ʹ 50.40ʺ O, en medio de la pequeña placita sin nombre formada actualmente por las calles Norte y Urosas, junto a la Calle San Sebastián.
A unos pocos metros de donde estaba esta ermita está construida la actual ermita de San Sebastián, que ocupa un lugar del antiguo cementerio de San Sebastián, dibujado con detalle por los topógrafos en la minuta 130946.
En la imagen de Vierge una mujer aparece arropada con la parte de atrás de la saya sobre su cabeza. Esta misma imagen de mujer alcazareña “cobijá” es también vista, y dibujada con su pluma, por Azorín pocos años después, en 1905. Siguiendo también los pasos de don Quijote, Azorín comienza y termina su ruta por la Mancha de don Quijote en la estación de Alcázar de San Juan. Con el éxito recogido en los artículos publicados en el periódico El Imparcial, meses después se editan todos juntos en La ruta de don Quijote. El último de sus artículos, con el título La exaltación española, publicado el 25 de marzo de 1905, describe sus sensaciones paseando por las calles y plazas de Alcázar de San Juan, poco antes de subirse al tren con dirección a Madrid:
“Quiero echar la llave, en la capital geográfica de La Mancha, a mis correrías. … oigo que unas campanas tocan con toques desgarrados, plañideros, a lo lejos; apenas si de tarde en tarde transcurre por las calles un labriego enfundado en su traje pardo, o una mujer vestida de negro, con las ropas a la cabeza, asomando entre los pliegues su cara lívida; los chapiteles plomizos y los muros rojos de una iglesia vetusta cierran el fondo de una plaza ancha, desierta…”
Este artículo está dedicado a Guillermo, mi hijo, el autor de la ilustración que acompaña al grabado de la mujer “cobijá” que dibujó Vierge. ¡Ciento veinticinco años separan estos dos dibujos!
Luis Miguel Román Alhambra
Publicado en Alcázar Lugar de don Quijote
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