Archivo mensual: agosto 2023

Vanidad feriada

Antonio Leal Jiménez

Todo tiene su momento. Inmersos en tiempos feriados. Lo que pasó años atrás, volverá a pasar: `Nihil novo habui sub sole´(nada nuevo bajo el sol). Tiempo de celebración, de compartir risas, sonrisas y alegrías. Encuentros con familiares y amigos. Diversión y magnífico ambiente de amistad y solidaridad. El  pistoletazo de salida, con  su correspondiente corte de la cinta de inauguración del recinto ferial y encendido de la iluminación decorativa, tuvo lugar anoche. La Feria de Alcázar de San Juan comenzó ayer con la diana musical  y el pregón de las fiestas y los actos  se sucederán durante ocho días… Aunque la Aemet anuncia la presencia de nubes…

Mis recuerdos me llevan a una feria de comienzos del siglo actual. Durante esos días conocía  una  persona  que  creía llevar  siempre  la  razón y  que  nos  trataba  con superioridad. Siempre quería ser el centro de atracción y del universo. Nos encontramos ante una persona vanidosa. “Hay que dejar la vanidad a los que no tienen otra cosa que exhibir” (Honoré de Balzac).

Suele  afirmarse  que  uno  de  los  defectos  más  característicos  del  ser  humano  es  la vanidad. Seguro que conocemos alguna persona que siempre quiere llevar la razón y que suele tratar con cierto desprecio a los demás. Vanidad es sinónimo de presunción y arrogancia. También “ilusión y ficción de la fantasía”. Es un tema que ha sido objeto de reflexión y estudio a lo largo de la historia de la humanidad. Desde los filósofos clásicos hasta los psicólogos contemporáneos, es considerada como uno de los defectos más arraigados en la naturaleza humana. Suele definirse como un “exceso de amor propio y una  preocupación  desmedida  por  la  apariencia  física,  el  estatus  social y el reconocimiento externo”. Es una actitud que busca constantemente la admiración y el elogio de los demás, y se caracteriza por una exagerada atención hacia uno mismo, en detrimento de los demás. Las personas vanidosas creen en demasía en sí mismas y buscan con interés que otras lo perciban ya que, sienten un deseo compulsivo de ser valoradas y reconocidas.

Su origen según la leyenda de la mitología clásica más popular nos define a Narciso, como un joven extremadamente atractivo y bello. Ello lo convertía en una persona demasiado presuntuosa, despreciando a todo aquel que se enamorara de él, y siendo incapaz de ver la belleza de nadie más, ni siquiera de la naturaleza que le rodeaba. El poeta  romano  Ovidio en  su  Metamorfosis,  relata que, cuando nuestro  protagonista contempló su bello rostro reflejado en el agua, provocó que no pudiera dejar de mirarse a sí mismo durante el resto de su vida. Este antecedente mitológico del joven Narciso, que acabó tan enamorado de su propia imagen reflejada en el agua de un estanque, que decidió lanzarse en su busca y murió ahogado. De su cuerpo fallecido surgió la flor: el Narciso.

En la antigua Grecia este mito era considerado como una enseñanza moral para que los jóvenes  no  practicaran  la  vanidad.  El  filósofo  griego  Aristóteles  calificaba a  los vanidosos en su Ética a Nicomedes, de necios e ignorantes, que “se adornan con ropas, aderezos y cosas semejantes, y desean que su buena fortuna sea conocida de todos, y hablan de ella creyendo que serán honrados”. Para el cristianismo, el pecado de la vanidad tiene su antecedente en  la conducta que, el  más  admirado de los ángeles,

Lucifer, pecó de soberbia ante Dios, siendo condenado a los infiernos. Cervantes (1605) nos habla de una vanidad como necesidad. Don Quijote,  ofreciéndole la mano a Maritornes a través de un agujero en el muro: “Tomad, señora, mi mano o, por mejor decir, ese verdugo de los malhechores del mundo. No os la doy para que la beséis, sino para que miréis la contextura de sus nervios, la trabazón de sus músculos, la anchura y espaciosidad de sus venas”. Primera parte. Capítulo XLIII.

La psicología lo trata como un trastorno de la personalidad, basado en el excesivo amor por uno mismo. Lo que le importa al vanidoso no es tanto ser verdaderamente excelente, sino que sean reconocidos como tal. Necesitan que las personas les admiren, buscan continuamente llamar la atención y carecen de humildad. Son personas enamoradas de su propia imagen y preocupadas por la manera en que se muestran a los demás. Tienen un alto concepto de sí mismos, desean parecer inteligentes y muestran un afán excesivo de protagonismo y admiración.

Suele manifestarse de diferentes formas. Algunas  personas  se  obsesionan  con  su apariencia  física,  gastando  grandes  cantidades  de  dinero  en  cirugías  estéticas  o productos  de  belleza.  Otras  buscan  constantemente  el  reconocimiento  social, acumulando bienes materiales y mostrándolos ostentosamente. También hay quienes centran su vanidad en sus logros académicos o profesionales, buscando constantemente destacar y ser reconocidos por su inteligencia o éxito. Curiosamente las redes sociales están contribuyendo de manera notable a incrementar el número de personas que están obsesionadas por su imagen  y se manifiestan de forma distinta:  compitiendo en el número de seguidores, buscando fórmulas y estrategias que les hagan tener una mayor notoriedad, etc.

La vanidad tiene sus consecuencias negativas. Las personas altivas suelen considerarse superiores a los demás y tratan a aquellos que no cumplen sus estándares de belleza o éxito como inferiores. Ello les lleva a una falta de autenticidad. Esta actitud puede crear barreras y divisiones sociales, fomentando el egoísmo y la competencia desmedida.

Además de generar una gran insatisfacción y frustración. Las personas vanidosas nunca están satisfechas con lo que tienen y siempre buscan más. Esta búsqueda constante de reconocimiento y admiración es causa de un sentimiento de vacío y desesperanza, ya que nunca llegan a encontrar la validación que tanto anhelan.

Existe una diferencia  notable  entre tener un cierto  grado de vanidad  y  poseer una autoestima  saludable,  lo  que  implica  apreciar  una  visión  realista  de  uno  mismo, aceptando tanto las fortalezas como las debilidades, y basando la autoestima en el autoconocimiento y la aceptación personal. En conclusión, la clave está en encontrar un equilibrio entre el amor propio y la aceptación personal, sin caer en la obsesión por el reconocimiento externo. La falta de humildad puede nublar nuestro juicio y distorsionar nuestra  percepción  de  nosotros  mismos  y  de  los  demás.  La  belleza  verdadera  se encuentra en nuestros actos y en nuestras intenciones, y no en la mirada de los que nos perciben. Si cada día vivimos pendientes de la impresión que podemos reflejar en los demás, estaremos comprometiendo seriamente nuestro bienestar.

Les deseo una feliz feria, que disfruten de todas las actividades programadas y, sobre todo, que sean unos días de reencuentro y charla con familiares y amigos.

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Lucidio González Leal -a quien todos conocemos por Luci- ha construido un Alcázar de San Juan en miniatura

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Cuando se jubiló encontró esta terapia maravillosa para ocupar su tiempo libre y es una bendita labor que nos permite admirar su arte y su amor por Alcázar de San Juan

Luci es una persona humilde que suele huir de cualquier protagonismo. Hasta el punto de que me consta que no soy la primera persona que le ha insistido en enseñar sus trabajos al público mediante una exposición y me contesta que no se “ve” metido en ese proceso. Dice que él hace sus maquetas por puro placer, como ocupación de su tiempo libre y que se ve totalmente colmado con ello sin aspirar a más.

Algunos hacen yoga o zen y Luci hace maquetas. Desde su pequeño taller con vistas a la Castelar, con paciencia y sabiduría, poco a poco va construyendo su Alcázar en miniatura.

Independientemente de su modestia y de no querer ser el centro de atención, su trabajo es indiscutiblemente bueno. Se nota que lleva el oficio en la sangre, el haberse dedicado al mundo de los muebles y la decoración, se nota también que diseñaba para sus clientes los espacios a amueblar para que pudieran ver previamente como iba a quedar la distribución final de los muebles en su casa, por lo que dedicarse a elaborar estas maquetas le ha facilitado esa transición entre la vida activa y la vida de jubilado, ocupando su tiempo libre en realizar los primorosos trabajos que al final se muestran.

Comenzó haciendo la iglesia de San Francisco y con motivo de la llegada de una feria, también construyó atracciones de feria que son pequeños juguetes que funcionan, una noria, unas barcas y un carrusel de tiovivo.

También ha realizado minuciosas creaciones, percheros diminutos para colgar anillos y pulseras (a petición de su hija) y tumbonas de playa iguales a las de tamaño natural que vendía en su tienda de muebles, que eran de madera, ajustables y con lona.

Reconoce que al principio de su jubilación su nuevo estado le pesaba, no se acostumbraba a no tener que cumplir horarios de trabajo y le costó un cierto tiempo de adaptación.

Todo cambió cuando su amigo José Luis Mirones le encargó algunos edificios en miniatura para su maqueta ferroviaria… y ahí empezó todo. Siguió con otros edificios, casetas, el Depósito de locomotoras, indicadores de agujas, farolas, bancos de la estación… Y obtuvo en compensación, que Pili -la mujer de José Luis- colaboró con él en el pintado de algunas de las fachadas más difíciles, como por ejemplo con la primera de la Iglesia de San Francisco que como queda dicho, fue la primera que llevo a cabo.

Y con la iglesia de San Francisco comenzó la serie de edificios civiles y religiosos de nuestra Alcázar de San Juan, de los que ya tiene hechos todos los principales.

El conjunto de la Plaza de España compuesto de 7 piezas:

1.- Ayuntamiento

2.- Casa de Álvaro Segoviano

3.- Edificio del Pasaje

4.- Los bares de la plaza

5.- La esquina de la tienda chica

6.- Edificio del Mercado

7.- Los jardines de la plaza con su fuente

Además, tiene reproducidos los siguientes edificios:

8.- El antiguo Ayuntamiento con torre, ya desaparecido

9.- Ermita de San Isidro

10.- Ermita de San Sebastián

11.- Estación de Ferrocarril (actual, dos plantas)

12.- Iglesia de Santa María

13.- El Torreón

14.- Iglesia de Santa Quiteria

15.- Iglesia de la Trinidad

16.- Iglesia de San Francisco

17.- Edificio Aguas de Alcázar (2 piezas, oficina de Aguas y…)

18.- … Antigua oficina de Turismo

19.- Casa Espadero, calle San Francisco

En cuadros, conteniendo la fachada, ha realizado:

20.- Iglesia de la Trinidad

21.- Casa Espadero, plaza Santa Quiteria

22.- Casa modernista de la Librería Mata en la Castelar

23.- Casa modernista donde estuvo el bar el Tablón en el Altozano

24.- Casa modernista de Santa Quiteria 12, en tonos azul y blanco.

25.- Colegio Sagrada Familia

Pero no para aquí su trabajo, porque tiene en proyecto, con los planos ya preparados, los siguientes edificios:

– Fonda Francesa en Paseo de la Estación (ya desparecida)

– Casa de Canalejas, 5 (Primitivo García Baquero)

Luci trabaja sin prisa, pero sin pausa. No se marca tiempos para terminar sus creaciones, pero cuando dispone de un tiempo continuado y encuentra un nuevo reto, su concentración le hace avanzar mucho.

Es increíble ver como monta los balcones con sus rejas, incluso en edificios (alguno hay como el Colegio Sagrada Familia) en que éstas son diferentes entre sí. Aleros con sus canecillos de soporte, tejados (con sus diferentes aguas), fachadas de piedra trabajadas, puertas y portones, y sobre todo la aplicación de la pintura final que hace que sus maquetas sean exactas al original, pero en pequeño.

Por el disfrute de los alcazareños y de todos aquellos que deseen venir a Alcázar de San Juan a disfrutar con estos trabajos, es necesario y urgente que pronto exponga sus trabajos y pueda recoger la satisfacción del placer que produce en los demás la admiración por su obra bien hecha.

En ello estamos.

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Constantino López Sánchez-T.

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Q.E.P.D, JEAN CANAVAGGIO

Fotografía de ABC/J.M. Serrano

A principios de 2011 tuve la osadía de mandarle a su casa de París uno de los primeros ejemplares de Mi vecino Alonso. Debió de ponerse a leerlo nada más recibirlo porque a los pocos días, el 28 de enero,  recibo un correo suyo que me decía:

«No quiero tardar más en comunicarle mis impresiones, una vez concluida mi lectura de su tan documentado estudio. Creo que, sin la menor duda, Cervantes estuvo pensando en Alcázar de San Juan en el momento de situar las aventuras de don Quijote de la Mancha. Varios de los muchos datos señalados y comentados por Ud a partir de sus propios y amplios conocimientos tienden a demostrarlo».

Sobre la experiencia o conocimiento in situ que tenía Cervantes de la Mancha, especialmente relacionado con el lugar de don Quijote, y que muestra en su novela, me señalaba: «Aquel lugar de la Mancha, por consiguiente, integra datos dispersos sacados de sus múltiples experiencias manchegas, entre las cuales no cabe excluir, ni mucho menos, aquellos detalles que le proporcionaron sus etapas y estancias en Alcázar de San Juan.»

Seguimos manteniendo en el tiempo conversaciones y comentarios sobre el Quijote, su geografía explícita e implícita, etc. Clases magistrales de un sabio maestro en cartas formato correo electrónico.

Hoy vuelvo a recordar este entrañable correo del profesor Canavaggio y hojeo de nuevo los documentos que me hizo llegar a casa, dedicados de su puño y letra. Sabía que por motivos académicos tendría que volver por la Mancha algún día y, si el tiempo se lo permitía, quería poder quedar para  vernos y comentar despacio el Quijote en Alcázar de San Juan alrededor de un almuerzo cervantino. No ha podido ser.

Ayer, 21 de agosto, me llegaba la triste noticia de su fallecimiento. Hoy el mundo cervantino se ha quedado huérfano. Nos dejó este enamorado de Cervantes y su obra a los 87 años de edad.

Desde el Corazón de la Mancha, que él tanto admiraba por ser la patria del hidalgo manchego, desde Alcázar de San Juan quiero transmitir mi pésame a toda su familia.

¡Que en paz descanses, amigo!

                                                       Luis Miguel Román Alhambra

Publicado en Alcázar Lugar de don Quijote 

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De paseo con Cervantes

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DEL ESTUDIO DE LA VILLA A LAS DESCALZAS REALES

De Miguel de Cervantes, escritor, casi no es posible escribir ni leer más. Pero se seguirá haciendo. Aún quedan miles y miles de artículos, conferencias, ensayos y todo tipo de trabajos por publicar sobre su obra, especialmente del Quijote, desmenuzando hasta el infinito su ingenio, su forma de escribir o su intencionalidad, si es que tuvo alguna más que la de entretener a todo el mundo, y de paso, ganar fama entre el mentidero de los representantes, autores de comedias y comediantes, y, algo muy importante, una pizca de dinero para mantener su «humilde choza». Pero del Miguel de Cervantes, persona sin más, quedan muchos vacíos en su vida que han tratado sus biógrafos de solventar, unas veces novelando y otras pasando de puntillas por ellos, con mejor o peor resultado.

Maestro de escuela por Jan Steen (1626-1679

Este es el caso, hay más, de su paso por el Estudio de la Villa de Madrid, si es que el alcalaíno se sentó alguna vez en sus pupitres, y la relación discípulo-maestro con Juan López de Hoyos, preceptor por aquel entonces de esta escuela pública municipal.

Lo que no cabe duda alguna es que en el año 1568 un tal Miguel de Cervantes asistía en el Estudio de la Villa como alumno a las clases de Gramática del maestro López de Hoyos, que  acababa de ser contratado por oposición en enero de ese mismo año como catedrático de dicho centro educativo. A estas escuelas o estudios, repartidas por muchas villas de Castilla, acudían los muchachos, que ya sabían leer y escribir, para formarse durante seis años en los «conceptos de la Gramática», y una vez terminada esta formación poder matricularse en una universidad si querían seguir sus estudios. La edad habitual para entrar a estos estudios de las villas era de entre ocho a diez años, acabando en ella no más tarde de los quince o dieciséis.

Entrada de Felipe II en Madrid por Carlos Múgica y Pérez (1862)

Este año de 1568 fue un año convulso para la Monarquía Hispánica y para la Villa de Madrid. Solo hacía siete años que la Corte se había trasladado a Madrid desde la imperial Toledo, y entre acomodos de todo tipo de personajes que la acompañan y nuevos vecinos llegados de toda España para trabajar en ella, la villa estaba patas arriba entre demoliciones de casas, construcción de nuevas, problemas de higiene y salubridad en sus casas y calles… Y en esto se muere el príncipe Carlos en las últimas horas del 24 de julio. Entre el entierro en el convento de Santo Domingo el Real, exequias oficiales con procesiones, misas y responsos, y las ofrecidas después por el ayuntamiento de la Villa, con más procesiones, misas y responsos, Madrid no entró en cierta normalidad hasta finales del mes de agosto.

Pero el sosiego, si es que en Madrid alguna vez lo hubo, duró bien poco. Casi no habían recogido los lutos oficiales cuando, el 3 de octubre, la reina Isabel de Valois, esposa de Felipe II, fallece durante el parto prematuro de una niña. Y Madrid se vuelve a alterar y enmudece de nuevo. Solo el clamoreo de las campanas llamando a muerto de las más de setenta iglesias y conventos, que envuelve el ambiente, rompe el silencio por su querida joven reina.

Isabel de Valois por Juan Pantoja de la Cruz (1553-1608), Museo del Prado

Si en el entierro y funerales del príncipe Carlos la presencia de los Grandes de España y personalidades militares, civiles y religiosas fue numerosa, ahora lo sería mucho mayor. Durante esos días, en Madrid, todavía había muchos embajadores de todo el mundo con sus séquitos para dar al rey el pésame por la muerte del príncipe Carlos.

Uno de estos personajes destacados fue monseñor Giulio Acquaviva, enviado por el papa Pío V para llevar sus condolencias al rey y, de paso, tratar con él diversas cuestiones políticas y religiosas. Monseñor Acquaviva parte de Roma el 19 de septiembre y llega a Madrid el 13 de octubre, diez días después del fallecimiento de la reina, encontrando la villa conmocionada por la pérdida de la reina. El joven Acquaviva contaba con veintidós años, «mozo muy virtuoso y de muchas letras» según el embajador en Roma Juan de Zúñiga, está en la Corte  durante las honras de la reina, y después de verse con el rey en privado parte de Madrid hacia Roma el día 30 de diciembre de ese mismo año de 1568.

Esta vez, por expresa petición de la reina poco antes de morir, el lugar donde reposarían sus restos sería el convento de las Descalzas Reales. Y el protocolo sería el mismo, primero el entierro, después se prepararían y se celebrarían las honras oficiales de la monarquía y, terminadas estas, las ofrecidas por el Ayuntamiento de Madrid.

Si hoy disponemos de los detalles de estas dos muertes, sus entierros y honras fúnebres, es porque el mismo catedrático del Estudio, Juan López de Hoyos, las escribió y las publicó poco después de cada una de ellas, con el título de: Relacion de la muerte y honras funebres del SS. Principe D.Carlos, hijo de la Mag. Del Catholico Rey D. Philippe segundo nuestro señor, e Historia y relación verdadera de la enfermedad felicísimo transito, y sumptuosas exequias fúnebres de la Serenisima Reyna de España doña Isabel de Valois nuestra señora. López de Hoyos las pudo presenciar porque, al menos, para las exequias municipales el ayuntamiento le concertó, era funcionario municipal, para que su Estudio de la Villa preparase las alegorías, jeroglíficos y epitafios necesarios para ilustrar los lienzos que colgarían en el convento mientras estas se celebrasen.

López de Hoyos pone a trabajar el ingenio de sus alumnos más aventajados nada más conocer el interés del ayuntamiento por que sea el Estudio quién se encargue de la parte artística en las honras por la muerte del príncipe Carlos. En su Relacion de la muerte y honras funebres del SS. Principe D.Carlos, al final, orgulloso del trabajo de sus discípulos, así lo anota: «…de lo sobredicho en nuestro estudio los estudiantes hicieron muchas oraciones fúnebres, stancias y sonetos muy buenos con que dieron muestra de sus habilidades. Confío en el señor nos ayudará con su divino favor y gracia, para que ellos se vayan mejorando de virtud en virtud, y yo acierte en su buena instrucción de ciencia y costumbres».

A principios de octubre, de nuevo, los discípulos del Estudio vuelven a crear nuevos epitafios, sonetos y versos que se han de incorporar pintados en los lienzos que colgarán en la iglesia del convento de las Descalzas Reales, alrededor del túmulo que se está construyendo a toda prisa en memoria de la reina.

Del resultado de estas nuevas composiciones de sus alumnos al recuerdo de la reina, siendo vistas y apreciadas por multitud de personalidades de todo el mundo presentes en las exequias, el maestro López de Hoyos se sentirá aún más orgulloso, como lo destaca en su Historia y relación verdadera de la enfermedad felicísimo transito, y sumptuosas exequias fúnebres de la Serenisima Reyna de España doña Isabel de Valois nuestra señora: «En torno al túmulo hubo todas estas letras, que de más de los ejercicios en latín que en el estudio hicieron nuestros discípulos, también compusieron en metro Castellano, y dedicado todo este tan maravilloso espectáculo, a la serenísima Reina, el ilustre ayuntamiento desta villa de Madrid».

Al contrario que en la Relación compuesta para el príncipe Carlos, que no nombra a ninguno de los discípulos del Estudio, en esta a la reina Isabel nombra a uno de esos discípulos, a Miguel de Cervantes. Y lo hace en tres ocasiones explícitamente y una más implícitamente.

La más conocida y repetida en miles de folios sobre su vida, dice el maestro: «Estas cuatro redondillas castellanas, a la muerte de Su Majestad, en las cuales como en ellas parece, se usa de colores retóricos y en la última se habla con su Majestad, son con una elegía que aquí va de Miguel de Cervantes, nuestro caro y amado discípulo»

Sin nombrarlo explícitamente, al presentar la elegía dice de él: «La elegía que en nombre de todo el estudio el sobredicho compuso. Dirigida al Ilustrisimo y Reverentisimo Cardenal don Diego de Espinosa. En la cual con bien elegante estilo se ponen cosas dignas de memoria» ¡Una elegía de más de ocho páginas! De esta elegía, en el índice final de la Relación, dice de ella: «Elegia de Miguel de Cervantes en verso Castellano al Cardenal en la muerte de la Reyna, tratanse en ella cosas harto curiosas con delicados conceptos»

También lo nombra como autor de un epitafio, en el índice: «Primer Epitafio en Soneto, con una copla castellana que hizo Miguel de Cervantes mi amado discípulo».

Es significativo advertir el cariño con el que el maestro trata a su discípulo del Estudio de la Villa de «nuestro caro y amado» y «mi amado discípulo», a la vez que elogia su composición «de colores retóricos», «elegante estilo» o de «delicados conceptos».

Por las descripciones que de las honras fúnebres hace López de Hoyos en el interior de las iglesias de los conventos, no cabe duda que las presenció personalmente. Una vez recibido el encargo de parte del ayuntamiento para dirigir su preparación artística en ambas exequias, tuvo que desplazarse andando por las calles de un Madrid en luto desde su Estudio hasta los conventos elegidos para los entierros. Al convento de Santo Domingo el Real no sabemos si lo acompañó algún discípulo de su Estudio, tampoco si lo hizo alguno al convento de las Descalzas Reales. Pero si un discípulo lo acompañó al túmulo de la reina, ese tuvo que ser Miguel, su «amado discípulo».

El recorrido que hizo Juan López de Hoyos al convento de las Descalzas Reales, desde su Estudio, es posible hacerlo hoy. Más de cuatro siglos y medio después voy a seguir esos mismos pasos por el Madrid urbano más antiguo. Me precederá un relato de ficción basado en hechos históricos reales sobre un trazado urbano también real, en la que junto al maestro irá su discípulo querido, Miguel. Ambos caminan desde las puertas del Estudio hasta las mismas puertas de la iglesia de las Descalzas Reales. El maestro lleva consigo los diseños con los trabajos realizados en el Estudio para que puedan ser expuestos durante las exequias ofrecidas por el ayuntamiento a su reina. Yo iré después, solo unos pasos detrás de la sombra que dejó Miguel en las calles de Madrid.

Quiero disfrutar de lo lindo por este Madrid del siglo XXI, siguiendo a Miguel por el Madrid de la segunda parte del siglo XVI. Son casi ochocientos metros, un paseo, en un día de «los calurosos del mes de Julio». Observaré que el trazado de sus calles y la alineación de sus edificios han cambiado en esta parte más antigua de Madrid. Algunos edificios civiles y religiosos siguen en pie y otros han dejado paso a nuevas construcciones, pero el suelo de Madrid que voy a pisar, con algunas capas de asfalto y nuevos adoquinados en sus aceras, es el mismo que pisó Miguel.

Antes tengo que situarme mentalmente en las calles de Madrid de 1568. En mi recorrido tengo que imaginarme la imagen física y humana de la villa que vio Miguel, para después abrir los ojos y ver la imagen de la ciudad de hoy en ese mismo lugar.

La evolución, física y humana, que vio Miguel en la villa madrileña en esos años fue espectacular. Si antes de que decidiese Felipe II cambiar la Corte de Toledo a Madrid, en 1561, esta villa contaba con unos 9.000 habitantes, al poco de llegar a ella ya tenía casi 16.000, y en el año 1568 tendría más de 30.000 almas viviendo en ella. Este aumento enorme de población dio paso a muchos problemas de habitabilidad porque no había casas para tantos nuevos vecinos. La construcción y rehabilitación de viviendas fue un reclamo para miles de trabajadores que dejaban el campo tratando de buscar un futuro mejor. Maestros alarifes, carpinteros, jornaleros y mozos se afanaban en levantar nuevas casas, mientras los carreteros se esforzaban en traer los materiales de construcción necesarios desde arenales, canteras o carpinterías. Carros con piedra, mortero y traviesas de madera entorpecían el día a día de los vecinos. Si al poco de llegar la Corte había unas 2.500 casas, en 1568 había mil casas más.

La Villa de Madrid no contaba con agua corriente ni saneamiento público en sus casas. Ante la falta del caudal necesario aportado por el río Manzanares, la villa se abastecía principalmente mediante las abundantes aguas de gran calidad de las sierras cercanas, que se recogían por filtración mediante pozos en los patios de las casas y fuentes en plazas y huertas. Famosas eran las fuentes de Lavapiés y Leganitos, las del Prado de San Gerónimo, del Caño Roto, del Olivillo y de la Sierpe, o la de los Caños Viejos, debajo mismo del Estudio de la Villa. A estas fuentes, algunas de nueve tazas grandes de piedra con llamativos caños dorados, las mujeres, mozos y cantareros iban y venían a ellas desde las casas en un trajín difícil de imaginar hoy. El agua usada para la limpieza de las casas y las necesidades fisiológicas de sus moradores era otro aspecto a tener en cuenta mientras se caminaba, porque estos residuos llegaban a la calle desde las ventanas de las casas uno o dos segundos después de oír el ¡agua va!, por lo que transitar por la calle podría resultar algo incómodo debido a los posibles restos que algún orinal había dejado en la calle, o estaba llegando.

Los servicios de limpieza, a cargo del ayuntamiento, eran escasos y no daban abasto en retirar y adecentar gran parte de las calles de la Villa. En este paseo voy a caminar por las mismas calles que conoció Miguel, pero sin tener que preocuparme por el estado de limpieza y saneamiento de sus calles.

Aunque era mucho el ajetreo en las calles, este causaba un ruido distinto y menor que el actual. Caballos y ruedas de carros formaban el sonido ambiente diurno, aderezado con las voces del pregonero informando de los últimos acuerdos municipales, escoltado por los alguaciles y todo tipo de personajes que no tenían otra cosa que hacer ese día, que también eran muchos. En los días de mercado el trajín aumentaba considerablemente. Por la noche el silencio era casi total, solo roto por  alguna discusión o juerga fuera de la ley.

Plano del recorrido desde el visor de SignA (IGN)
Plano del recorrido sobre el plano Topographia de la Villa de Madrid (1656) de Pedro Texeira

Voy a manejar en mi recorrido el plano callejero del visor SignA, del Instituto Geográfico Nacional, y el plano de Madrid que en 1656 publicó el portugués Pedro Texeira, con el título de Topographia de la Villa de Madrid. No es el más antiguo, disponemos de otro conocido que pudo realizarse entre 1618 y 1621 por el italiano Antonio Marcelli. Mucho más reproducido, el de Texeira es también un vista de pájaro y más fiel al plano real de la Villa que el de Marcelli. Las fachadas de palacios, iglesias y conventos están dibujadas del natural con mucho detalle, por lo que me servirá también para imaginar lo que hoy no puedo ver.

Inicio mi ruta cervantina-madrileña. Me dirijo al mismo lugar donde estaba el Estudio de la Villa, que ahora lo ocupa este edificio nº 2 de la calle de la Villa. Lamentablemente, para las imágenes que iba a tomar, tiene la fachada cubierta de andamios y redes de protección al encontrarse en restauración. Rebusco en mis archivos para poder componer esta imagen, en la que puedo leer lo que en su placa ubicada en la fachada pone: «AQUÍ ESTUVO EN EL SIGLO XVI EL ESTUDIO PÚBLICO DE HUMANIDADES DE LA VILLA DE MADRID QUE REGENTABA EL MAESTRO JUAN LÓPEZ DE HOYOS Y A QUE ASISTÍA COMO DISCÍPULO MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA» Esta calle unía la calle Mayor y la fuente de los Caños Viejos, en la vaguada que luego sería la calle Nueva, hoy calle de Segovia.

El maestro López de Hoyos sale por la puerta del Estudio. Lleva debajo de su brazo, en un viejo cartapacio de badana, los papeles que acaban de terminar de escribir sus alumnos de Gramática, algunos están firmados por el discípulo que le sigue a unos pasos, Miguel. En rápidas zancadas sube esta empinada calle, dejando a su izquierda las casas de las familias Porras y Bozmediano, hasta la mitad del final de la calle Mayor. El maestro sigue su camino, pero Miguel se queda un momento en mitad de la calle, dirige una mirada a la iglesia de Santa María la Mayor y se santigua, así se lo enseñaron hacer sus padres. De la iglesia entran y salen feligreses de hacer su plegaria a la Virgen de la Almudena por la reina Isabel.

Miguel ve que su maestro, que sigue a paso firme, se le ha adelantado mucho habiendo ya pasado por debajo del arco de la antiquísima Puerta de Santa María. Miguel no quiere alejarse de su maestro y aligerando el paso atraviesa también este arco de piedra.

Subida por la calle Pretil de los Consejos

Dejo atrás el edificio recordatorio del Estudio de la Villa y subo un desnivel de unos diez metros por la calle Pretil de los Consejos, desde la parte trasera del edificio de los Consejos hasta la calle Mayor. El desnivel es apreciable, lo demuestra la diferencia de las fachadas del edificio de los Consejos, que me queda a mi izquierda, por detrás veo cinco plantas y por delante veré solo tres.

Iglesia de Santa María la Mayor

Llego a la calle Mayor, pero a mi izquierda, al oriente, no veo la iglesia de Santa María la Mayor. Esta iglesia, marcada en el plano de Texeira con A, era la matriz de Madrid, la más antigua de todas, y en ella se veneraba la imagen de Nuestra Señora de la Almudena, que fue hallada, según cuenta la tradición, el día 9 de noviembre de 1085, en una hornacina oculta dentro de uno de los cubos de la muralla antigua, junto a la Puerta de la Vega, un poco más abajo. Allí había estado escondida durante casi cuatro siglos para salvaguardarla de la invasión árabe a esta parte de la península. Templo de origen romano o godo, durante la invasión sirvió de mezquita siendo consagrada nuevamente, después de ser expulsados los árabes, por el rey Alfonso VI. En un incendio de la iglesia la imagen desapareció y tuvo que realizarse una nueva talla que es la que hoy podemos apreciar y venerar.

Como se aprecia en el plano de Texeira, la cara sur de la iglesia estrechaba la calle Mayor y con la intención de reordenar esta calle principal con la calle Bailén, el ayuntamiento, con la oposición de gran parte de la Villa, ordena la demolición de la iglesia en 1868. La imagen de Nuestra Señora de la Almudena fue trasladada a la iglesia del convento vecino del Santísimo Sacramento de las Madres Bernardas, actual Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas, y allí estuvo hasta que se terminó en 1911 la Cripta de la nueva catedral, a la que se trasladó. Después de la Guerra Civil, ante los daños sufridos en la Cripta, se volvió a llevar a las Madres Bernardas, hasta el 10 de junio de 1993 que se llevó en solemne procesión a la recién terminada catedral de Santa María la Real de la Almudena.

En su lugar veo un edificio que ocupa casi toda la superficie que albergaba la iglesia. Solo unos pocos vecinos actuales del inmueble saben que moran sobre los restos de la iglesia más antigua de Madrid. Al otro lado de la calle Bailén veo la fachada de la Cripta y el crucero de la catedral de Nuestra Señora de la Almudena.

Cruzo la calle Mayor. Junto a la esquina de este edificio con la estrecha calle de la Almudena, que lo rodea por detrás, puedo apreciar una pequeña maqueta en bronce de la antigua iglesia de Santa María.

Capitanía General y Consejo de Estado

Ahora, enfrente veo este magnífico edificio, que no lo pudo ver Miguel ese día de otoño de 1568 ya que se empezó a construir en 1610 por orden de Cristóbal Gómez de Sandoval y Rojas, duque de Uceda, e hijo del todopoderoso Duque de Lerma, pero sí lo pudo contemplar durante sus últimos años de vida en esta Villa. En los terrenos que ocupa estaban las casas pertenecientes a las influyentes familias de los Porras y Bozmediano. En una de ellas vivió don Juan de Austria, hermanastro del rey Felipe II y capitán general de la flota cristiana que derrotó a la armada turca en Lepanto, en octubre de 1571.  Adquirido por el Estado en 1747, ha sido utilizado como sede de los Consejos Supremos de Castilla e Indias, Órdenes y de Hacienda, Contaduría Mayor y Tesorería General, y en nuestros días como Capitanía General Militar y Consejo de Estado. De piedra y ladrillo dispone de dos patios interiores, que se conservan tal y como dibujó Texeira, no así las dos torres laterales iniciales.

Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas

En la subida por la calle del Pretil de los Consejos, a la derecha, pocos metros antes de llegar a esta calle Mayor, he dejado la Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas de España, que ahora observo de frente. Otro edificio que tampoco vio Miguel. Se mandó construir en 1615 por el mismo duque de Uceda, para albergar un convento de monjas bernardas con el nombre del Santísimo Sacramento, aunque no se comenzó a levantar hasta casi medio siglo después, en 1671. Del convento solo queda esta iglesia. Desde 1980 es la sede del Arzobispo Castrense, cambiando su nombre a Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas.

Instituto Italiano de Cultura

Enfrente, del Edificio de los Consejos y de la Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas, veo otro magnífico edifico palaciego construido entre 1653 y 1655, que ya es dibujado por Teixeira con un torreón con chapitel al lado derecho. Mandado construir por Juan de Valencia, el edificio ha pasado por diversos propietarios. Comprado en 1842 por los duques de Abrantes fue reformado tomando la apariencia actual. En 1888 es vendido al estado italiano para su embajada en España, reformándose la imagen de la fachada con las pinturas en el tercer piso, que hoy distinguimos. Al trasladarse la embajada italiana a otro edificio de la capital pasó a ser la sede del Instituto Italiano de Cultura.

Entre la calle Factor y el actual Edificio de los Consejos estaba la Puerta o Arco de Santa María, una de las puertas de acceso con las que contaba la muralla musulmana de Madrid, que por el deterioro se reformó en un arco grande del mismo pedernal de la muralla. En 1569, un año después de pasar Miguel por ella se demuele para ensanchar el paso por esta calle Mayor, que servirá para  preparar la entrada solemne de la reina Ana de Austria, nueva esposa de Felipe II, a Madrid en el otoño de 1570.

En la fachada del edificio de la calle Mayor, entre las calles Factor y San Nicolás, sobre uno de los restaurantes centenarios de Madrid, hay una placa que dice: «Junto a este lugar se situó hasta 1569 la Puerta o Arco de Santa María perteneciente a la muralla de la Almudena, fortaleza del Madrid musulmán».

No había andado Miguel más de cien metros cuando a su izquierda dos señoras enlutadas entran por la puerta del convento de la Salutación de Nuestra Señora. Un sentido clamoreo a muerto, de sus nuevas campanas,  recuerda a la reina Isabel.

Lugar en el que se encontraba el convento de la Salutación o de Constantinopla

Llego enfrente de un edificio civil que ocupa parte del solar donde estuvo el convento de la Salutación. Este convento fue mandado construir unos pocos años antes de pasar Miguel por delante de él, para acoger la comunidad de monjas de Santa María de Rejas. En el altar de su iglesia se veneraba una imagen de la Virgen traída desde Italia, donada por una de las primeras monjas en su ingreso a esta comunidad, y que había estado en la cueva de un monje ermitaño cerca de Constantinopla. Por este motivo también se le conocía como convento de Constantinopla. En el plano, Texeira dibuja la fachada del convento y la iglesia en su parte trasera, anotándolo como «XXXIV Convento de la Salutacion que se Entitula N. Sra de Constantinopla».

El convento estuvo aquí hasta que fue desamortizado por el Estado en 1836 y sus monjas tuvieron que marcharse al convento de la Concepción. En 1840 fue demolido dando paso a las nuevas calles de Calderón de la Barca y Juan de Herrera.

Casa palacio del marqués de Cañete, hoy Centro Sefarad-Israel

Enfrente de la fachada de este edificio veo una casa palacio que ocupa una manzana entera. Aunque es coetáneo a Miguel, aún no estaba construido cuando él pasó por aquí en 1568. Es el palacio del marqués de Cañete, construido entre finales del siglo XVI y principios del XVII, por lo que sí lo pudo ver en su parte final de su vida. Texeira lo dibuja enfrente del convento de Constantinopla. Residencia del marqués de Cañete, después lo fue del duque de Nájera y del marqués de Camarasa. En el siglo XIX pasó a ser propiedad y de uso municipal al estar junto al edificio del Ayuntamiento de la Villa. En 2006, el Ministerio de Asuntos Exteriores, junto a la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid instituyen el Centro Sefarad-Israel, que actualmente se encuentra albergado en este edificio.

Miguel ya ha alcanzado a su maestro. Justo después de pasar delante del convento de Constantinopla, detrás de un muro, unos gritos desesperantes le inquietan. Son de algún recién encarcelado que está en la cárcel de la Villa suplicando justicia.

Pero los gritos se diluyen en el bullicio que encuentra en la Plazuela de la Villa. De la torre y las casas de los Lujanes cuelgan grandes colgaduras de terciopelo negro. Del pórtico de la iglesia del Salvador acaba de salir un pregonero con el bando del último acuerdo que los alcaldes y regidores acaban de tomar en su interior. Gran cantidad de gente se agolpa a su alrededor, y la plaza enmudece. El maestro López de Hoyos y Miguel a su lado, se paran en mitad de la plazuela, junto a la fuente, y escuchan los acuerdos voceados con el retintín popular del pregonero, que tiene que elevar su voz todo lo que puede ante el clamoreo de las campanas, que tiene justo encima de su cabeza. El ayuntamiento manda a los madrileños a mantener el recato y la compostura durante los días en los que se están celebrando las exequias reales por la reina y les insta a que asistan a las procesiones que en sus calles harán personalidades reales, de la Corte y la Iglesia, muchos llegados para este fin desde diversos lugares de España, así como embajadores de otros países del mundo. Así mismo, hace saber que una vez terminadas estas honras reales se harán los actos municipales en memoria de la reina Isabel, con el encargo expreso al Estudio de la Villa para su ornamento y puesta en escena en el interior de la iglesia de las Descalzas Reales, de epitafios y demás obras en recuerdo a la reina. Miguel alza su cabeza y mira a su maestro, este, con semblante serio, asimismo le mira poniéndole la mano encima de su hombro. A Miguel, un escalofrío que nunca antes había sentido le recorre el cuerpo.

El respeto por la muerte de la reina, muy querida en la Villa, se aprecia en el silencio sepulcral que hay en este momento en la plazuela, aun cuando el pregonero termina y a paso largo, seguido de dos alguaciles, se dirige a otra parte cercana de la Villa con el bando. López de Hoyos reanuda su camino y Miguel, después de beber un poco de agua fresca de uno de los caños dorados de la fuente, le sigue a unos pasos.

Edificios construidos sobre el lugar donde se encontraba la iglesia de San Salvador

Llego a la Plaza de la Villa. Una de las más antiguas de Madrid, conocida como plazuela de la Villa o plaza de San Salvador en tiempo de Miguel, por la iglesia que presidía la plaza, que además de parroquia servía de sala de reuniones, a veces casi a diario, del Concejo madrileño. Texeira marca esta iglesia parroquial con la letra B.

Alcaldes y regidores se reunían en una pequeña sala capitular, situada encima del portal de la iglesia. La torre de la iglesia, conocida como la Atalaya de la Villa, sus campanas y el reloj eran propiedad de la villa. En 1842 se derribó la iglesia dando paso a un edificio civil. En su fachada hay una lápida de granito, de reciente fábrica, recordando la ubicación de la iglesia.

Edificio del Ayuntamiento de Madrid

A la derecha, en el espacio que hoy ocupa el edificio del Ayuntamiento de la Villa  estaban los muros de la Cárcel de la Villa, que Texeira marca en su plano con el 25, y las casas propiedad de Juan de Acuña, que llegó a ser presidente del Consejo de Castilla y del Consejo de Indias. En una de estas casas estaba una de las dos carnicerías públicas que contaba la villa, pero esta solo servía carne a los hidalgos sin sisa, sin impuestos. En 1615, el Concejo madrileño compra estos terrenos para construir el edificio de su ayuntamiento. En mitad del siglo XVII comienzan las obras de este magnífico edificio terminándose en 1692. Es la sede del ayuntamiento desde entonces, aunque la alcaldía se trasladó en 2007 a la plaza de la Cibeles.

Al fondo la trasera de la casa del Cardenal Cisneros

Al fondo de la plaza, vemos la trasera de la casa del Cardenal Cisneros, construida por orden de Benito Jiménez de Cisneros, sobrino del Cardenal Cisneros, en el año 1537. Aquí estaban las antiguas caballerizas de la casa, como así las vio Miguel y Texeira las dibuja en su plano. Rehabilitada en el siglo XX forman parte de las dependencias municipales.

Torre y casas de los Lujanes

El lateral opuesto al edificio del Ayuntamiento de la Villa está ocupado por la torre y las casas de los Lujanes, poderosa y rica familia aragonesa. De estilo gótico-mudéjar fue construida en el siglo XV y aún conserva los escudos de la familia. Son los edificios civiles más antiguos de Madrid.

Casi en el mismo lugar donde estaba la fuente de la plaza, se encuentra la estatua de bronce a don Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz. A este personaje, capitán general de la Mar Océano durante el reinado de Felipe II, bien pudo verlo Miguel aquellos días de otoño fúnebre madrileño. Obra magnífica de Mariano Benlliure.

No habían andado cien metros cuando el maestro pasa por la calle de San Miguel. Un poco más abajo está la iglesia dedicada al arcángel protector, en la que también clamorean sus dos viejas campanas. Miguel mira la torre de la iglesia y vuelve a persignarse sin parar de andar, esbozando una sonrisa cómplice, de agradecimiento, susurra ―¿Quis sicut Deus?―.

A su izquierda, Miguel mira a un niño que está sentado en el poyo de la puerta de una casa con la mirada perdida en unos papeles que tiene entre sus manos. Se para delante de él, a Miguel le atraía cualquier papel que tuviese algo escrito, y los dos se miraron.

    ―¿Qué son esos papeles que miras con tanto provecho?― le preguntó Miguel.

    ―Mi madre dice que es poesía, pero no la entiendo muy bien todavía ― le contestó el niño.

   ―Yo estudio gramática en el Estudio, allá más abajo ―volviéndose a señalar hacia el oriente― y también me gusta la poesía, ¡ya he escrito varias composiciones! Mi maestro es aquel del gabán marrón oscuro con un cartapacio en la mano, se llama don Juan López de Hoyos― le dijo orgulloso Miguel.

   ―Tengo casi seis años y ya se leer y escribir. Mis padres me han dicho que pronto podré ir yo también al Estudio, a lo mejor nos hacemos amigos ―le dice el niño.

    ―Seguro. Me voy que mi maestro no espera, ¿cómo te llamas? ―le preguntó Miguel.

    ―Lope, me llamo, ¿y tú?

    ―Miguel.

Miguel, siguió presuroso los pasos de su maestro, mientras Lope le miraba con cierta envidia.

Pasan por debajo de la Puerta de Guadalajara. Al otro lado, Miguel vuelve la cabeza y mirando hacia arriba se persigna de nuevo, una imagen de la Virgen con el Niño en brazos situada en una hornacina de la muralla custodiaba la antigua entrada a la Villa. Aquí de nuevo hay mucha gente arremolinada alrededor del pregonero. Ellos siguen su camino, ya conocen el bando. A su derecha queda la plaza del Arrabal, llena de gente vendiendo y comprando. Dejan la calle Mayor y comienzan a caminar por la calle de San Ginés.

Plaza de San Miguel

Llego a la pequeña plaza de San Miguel. Muy bulliciosa durante todo el día. El edificio modernista del Mercado de San Miguel, de principios del siglo XX, acoge ahora a multitud de puestos de todo tipo de gastronomía gourmet. Pocos de los que hoy están dentro, disfrutando de la cuidada gastronomía madrileña y española, saben que este edificio se construyó sobre el antiguo asentamiento de la iglesia de San Miguel de los Octoes, una de las más antiguas de Madrid, que fue demolida en 1803 al verse muy afectada por el devastador incendio de la plaza Mayor en 1790. Desde aquí pudo ver Miguel la torre de su iglesia. Texeira dibuja la iglesia con la letra L.

Lugar donde se encontraba la Puerta de Guadalajara

Unos metros más delante por la calle Mayor, a mi izquierda, una placa en la fachada de un edificio convertido hoy en hotel, horriblemente pintada su fachada bajo mi punto de vista, recuerda que en otro edificio existente aquí en el siglo XVI nació Lope de Vega «llamado Fénix de los Ingenios». Unos días después, el 6 de diciembre de 1562, lo bautizaban sus padres en la cercana iglesia de San Miguel. Enfrente de esta placa, en la otra acera, veo otra que dice: «Junto a este lugar se levantó hasta 1582 la Puerta de Guadalaxara la más importante de la muralla medieval madrileña».

La Puerta de Guadalajara, adosada a la muralla medieval, fue uno de los accesos más antiguos e importantes a la villa. Por ella se salía de la villa con dirección a Alcalá de Henares y Guadalajara, por eso su nombre. Alrededor de esta puerta había siempre mucha animación por su cercanía a la plaza del Arrabal, hoy plaza Mayor, donde se arremolinaban gentes variopintas.

Según la describía el mismísimo López de Hoyos en otro de sus trabajos a la Villa, la puerta tenía dos torres laterales unidas con un matacán, una especie de pasillo almenado muy útil para la defensa de la puerta, construida toda de pedernal y sillería berroqueña. Sobre la puerta había una capillita en una hornacina de la muralla con una imagen de la Virgen con el Niño en brazos.

Estuvo en pie hasta 1582. Durante las fiestas conmemorativas de la victoria de la flota española, mandada por don Álvaro Bazán, el mismo que he visto en la plaza de la Villa, sobre la flota francesa cerca de la isla Terceira, en julio de 1582, y que reafirmó al rey Felipe II como también rey de Portugal, el ayuntamiento de la Villa mandó instalar en la Puerta de Guadalajara gran cantidad de luminarias, que descontroladas prendieron fuego a toda madera de la puerta, arruinando también el resto. Poco después se mandó demoler por completo, favoreciendo así el ensanche de esta parte de la calle Mayor. Aunque no quedó vestigio alguno de ella, durante mucho tiempo se siguió conociendo esta parte de la calle Mayor junto a la plaza de san Miguel como la Puerta de Guadalajara, como también anota Texeira en su plano sobre la calle Mayor.

El bullicio que hay en esta zona de Madrid es similar a la que Miguel pudo sentir también cuando pasara por aquí en 1568. Junto a ella el pregonero voceaba los bandos delante de mucha gente de todo tipo y condición.

Esa imagen y fama de la gente que por allí trajinaba la trasladó después Cervantes a sus obras. Por ejemplo, en el entremés El vizcaíno fingido dice Brígida: «Has de saber, hermana, que, viniendo agora a verte, al pasar por la puerta de Guadalajara, oí que, en medio de infinita justicia y gente, estaba un pregonero pregonando que quitaran los coches, y que las mujeres descubriesen los rostros por las calles».

En otro de sus Ocho entremeses, el titulado El Juez de los divorcios, Doña Guiomar comenta de la fama de este lugar: «Quiero decir que pensé que me casaba con un hombre moliente y corriente, y a pocos días hallé que me había casado con un leño, como tengo dicho; porque él no sabe cuál es su mano derecha, ni busca medios ni trazas para granjear un real con que ayude a sustentar su casa y familia. Las mañanas se le pasan en oír misa y en estarse en la puerta de Guadalajara murmurando, sabiendo nuevas, diciendo y escuchando mentiras».

En el Quijote vuelve a criticar el tipo de gente que por alrededor de la puerta de Guadalajara se podía encontrar a diario. Esto le cuenta Doña Rodríguez a don Quijote: «Acudieron dos lacayos suyos a levantarla, y lo mismo hizo el alcalde y los alguaciles; alborotose la puerta de Guadalajara, digo, la gente baldía que en ella estaba; vínose a pie mi ama, y mi marido acudió en casa de un barbero diciendo que llevaba pasadas de parte a parte las entrañas» (Q 2, 48).

Calle de entrada a la Plaza Mayor

Sigo unos metros, a mi derecha, de nuevo, veo el edificio del bullicioso Mercado de San Miguel, y de frente veo una calle estrecha que da por uno de sus arcos a la plaza Mayor.

Esta plaza no la vio así Miguel. Aunque durante el reinado de Felipe II la irregular plaza del Arrabal fue acomodándose lo mejor que se pudo al comercio que en ella se ofertaba, las casas eran de muy pobre factura. Su sucesor Felipe III mandó su demolición completa y la construcción de una nueva plaza a la altura de la Villa y Corte madrileña. La empresa fue encomendada a Juan Gómez de Mora, discípulo de Juan de Herrera, el arquitecto de El Escorial, que la terminó en 1619, en solo dos años de trabajos. 

Calle del 7 de Julio. Al fondo la plaza Mayor

Sigo unos pocos metros por la calle Mayor. A mi derecha queda la estrecha calle del 7 de Julio que también hace de acceso a la siempre concurrida plaza Mayor.

Maestro y discípulo bajan por la calle de San Ginés. El sonido de las campanas de la iglesia atruena la calle. En unas casas municipales que hay junto a la iglesia, muchos madrileños hacen su compra en la carnicería, en silencio.

Mientras Miguel se persignaba y miraba los escudos reales adosados a su muro, su maestro también se para y le dice con voz entrecortada:

―Hace exactamente un año bautizó aquí don Juan de Austria a su sobrina la infanta Catalina Micaela, y hoy, con solo un añito de vida, llora a su madre, la reina.

―Con la alegría del nacimiento yo le escribí a la reina un soneto ―dijo Miguel.

Es la primera vez que Miguel ve los ojos de su maestro inundados de lágrimas. Unos segundos después reanudan su camino a las Descalzas Reales, que ya alcanzan a ver a lo lejos.

Cruzan la calle del Arenal. Hace unos meses que se había canalizado el arroyo que vertía las aguas, limpias y sucias, en la Huerta de la Priora y no les hizo falta vadear su cauce por el antiguo puentecillo.

A unos ciento cincuenta metros después llegan a la plazuela de las Descalzas Reales. A la izquierda de la plazuela, la iglesia convento de San Martín también toca a muerto. Los campaneros de ambos conventos tocan al unísono y algo más lento que el resto de iglesias y conventos por los que han pasado. La plaza retumba a cada golpe de las campanas. El olor penetrante a incienso del aire y este clamoreo tan lastimoso estremecen a Miguel mientras cruza la plazuela. Unos pocos pasos más y llegan delante de las puertas de la iglesia de las clarisas descalzas. Las puertas están cerradas, el maestro aporrea la puerta con su mano mientras Miguel, perturbado aún, contempla las ricas colgaduras y pendones reales de la fachada, y se aproxima instintivamente todo lo que puede a su maestro, rozando con la mano su gabán. Se entreabre la puerta, el maestro susurra su nombre y vuelve a cerrarse. Al poco vuelve a abrirse y los dos entran.

Calle de San Ginés, hoy de Bordadores, desde la calle Mayor

Enfrente de esta estrecha calle del 7 de Julio veo la iglesia de San Ginés. Cruzo la calle Mayor por el paso de cebra y avanzo por la calle de los Bordadores, conocida así por concentrarse en ella gran cantidad de maestros en este oficio.

Iglesia de San Ginés

La iglesia de San Ginés es también de las más antiguas de Madrid. Se edificó en el siglo XII a las afueras de las murallas de la Villa. La fábrica de la iglesia que veo hoy no es la misma que vio Miguel. La antigua iglesia de estilo mudéjar fue casi totalmente demolida en 1641 y reestructurada tal como la vemos hoy, siendo dibujada ya pocos años después por Texeira que la marca en su plano  con la letra D. Después de varios incendios, durante los siglos XVIII y XIX, la fachada de la calle Arenal es reformada con estilo neo-plateresco, que es la que hoy vemos con las reformas necesarias después de la Guerra Civil.

Dejo a mi derecha la iglesia de San Ginés, cruzo la calle del Arenal y encaro la calle de San Martín. Al fondo ya veo una parte del convento de las Descalzas Reales.

Casa de las Alhajas

El edificio último a la izquierda, que hace esquina con la plaza, es el Casa de las Alhajas, construido sobre el solar que ocupaba la iglesia del convento benedictino de San Martín. Este convento era también de los más antiguos de Madrid, llegando a ser una de las parroquias de la Villa. A principios del siglo XIX, con la invasión francesa, para dar más ensanche a esta plaza, José Bonaparte manda derribar la iglesia que daba a la plaza, y en 1836, con la desamortización de Mendizábal el convento pasa a ser propiedad del Estado, siendo demolido totalmente en 1868. Unos años después se construye este edificio para albergar las subastas de las joyas empeñadas en la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid.

Convento de las Descalzas Reales

Al fondo de la plaza está el convento de las Descalzas Reales, donde fue enterrada y se oficiaron las exequias de la reina Isabel. Juana de Austria, hermana menor del rey Felipe II, fue la fundadora de este convento para clarisas descalzas de Nuestra Señora de la Consolación, en 1554. El convento se construye entre los muros de una casa-palacio que fue de Alonso Gutiérrez, tesorero del rey Carlos I, que después lo cedió a la Corona. En este palacio nació la propia fundadora. Al estar en obras el Alcázar, la reina Isabel de Portugal, esposa del Carlos I, dio a luz aquí a la princesa Juana en 1535.

El 15 de agosto de 1559 las monjas ocupan el convento, aún estando en construcción la iglesia, que se terminó en 1564.  Juana de Austria se retira a pasar el resto de sus días en este convento, más o menos en clausura, hasta su muerte en El Escorial en 1573, siendo enterrada en él.

Además de su fundadora, entre las paredes de este convento moraron su hermana, la emperatriz María y su hija Margarita, además de otras muchas mujeres relacionadas, de una manera o de otra, directamente con la Corona española, lo que justifica la estructura y decoración de parte del convento y las grandes obras de arte que atesora.

En este convento de clausura, la fundadora establece que un máximo de treinta y tres monjas y siete novicias, un total de cuarenta mujeres. Hoy solo hay quince. La casa-palacio original tenía un gran huerto que se conservó para el convento, siendo las monjas autosuficientes con los productos que de él recolectaban. Hoy se sigue conservando y cultivando este huerto por las monjas.

Desde 1960 es en parte visitable, siendo las visitas gestionadas y dirigidas por Patrimonio Nacional. Actualmente está catalogado como Bien de Interés Cultural y Museo Europeo. Hace un mes pude visitarlo, con el privilegio de escuchar a las monjas cantar en el coro. No pude ver la iglesia donde se celebraron las honras fúnebres de la reina Isabel, porque solo está abierta los domingos en el oficio de la misa de mediodía. Volveré.

Como dibujó en el plano de Texeira, el convento de las Descalzas, marcado con XXXIX, estaba unido por medio de un pasadizo elevado con un edificio que se encontraba enfrente, marcado con LXII. Es el convento y hospital de la Misericordia, también fundado en 1559 por Juana de Austria para dar cobijo a sacerdotes y religiosos pobres.

Enfrente del convento de las Descalzas, el rey Felipe V dona un edificio en 1724 para albergar en él el Monte de Piedad de Madrid, fundado en 1702 por el padre Francisco Piquer, capellán de las Descalzas. La capilla se construyó en la esquina de la calle de los Bordadores, hoy de San Martín, enfrente del convento benedictino de San Martín. El acceso a esta capilla tenía desde 1773 una hermosísima puerta barroca, labrada por Pedro de Rivera, que ha sido conservada hasta nuestros días.

Panorámica de la plaza de las Descalzas

En 1838 se fundó la Caja de Ahorros de Madrid, ocupando el mismo edificio que el Monte de Piedad. Ambas instituciones se fusionan en una sola en 1869. Justo un siglo después se derriba todo el edificio para construir una sede central nueva. La puerta de Rivera se desmontó y se trasladó a la fachada principal de este edificio, enfrente del convento de las Descalzas. Hoy es el acceso a un hotel que ocupa los antiguos terrenos del Hospital de la Misericordia y del Monte de Piedad de Madrid.

Me siento en un banco junto a la puerta de Pedro de Rivera, a la sombra. Son las cinco de la tarde y no entra ni sale nadie del hotel.  Tampoco veo a nadie por la fachada del convento de las Descalzas, completamente al sol. Madrid sestea. Mirando desde aquí el convento varias consideraciones y preguntas me surgen después de recorrer el espacio que separa el Estudio de la puerta de su iglesia.

Si López de Hoyos había sido nombrado para el cargo de catedrático del Estudio de la Villa de Madrid en enero de 1568.

Si a este Estudio de Madrid acudían los muchachos que ya sabían leer y escribir con una edad de entre ocho a diez años, para formarse durante seis años en los conceptos de la Gramática, saliendo con una edad de entre los quince o dieciséis años preparados para ingresar en una universidad.

Si el maestro López de Hoyos afirma explícitamente en la Relación de las honras fúnebres a la reina que «en torno al túmulo hubo todas estas letras, que de más de los ejercicios en latín que en el estudio hicieron nuestros discípulos…», que «estas cuatro redondillas castellanas, a la muerte de Su Majestad, en las cuales como en ellas parece, se usa de colores retóricos y en la última se habla con su Majestad, son con una elegía que aquí va de Miguel de Cervantes, nuestro caro y amado discípulo», y que en esta «elegia de Miguel de Cervantes en verso Castellano al Cardenal en la muerte de la Reyna, tratanse en ella cosas harto curiosas con delicados conceptos».

Si se conocen datos biográficos de otros autores de su época, incluso coetáneos al Miguel alcalaíno, como los de Mateo Alemán. El autor del Guzmán de Alfarache, también en dos partes (1599 y 1604), nace en Sevilla en 1547, el mismo año que el alcalaíno, y muere en México en 1614, dos años antes que el alcalaíno, se gradúa bachiller en Artes y Filosofía en junio de 1564, con diecisiete años, y termina el grado de medicina en la universidad de Alcalá de Henares en 1568, con veintiún años.

Si el mismo Mateo Alemán, en su Ortografía Castellana, publicada en México en 1609, criticaba la forma de enseñar a leer antes que a escribir, perdiéndose mucho tiempo de aprendizaje, afirmando: «… pues comenzábamos niños, y salíamos casi barbados a la Gramática, pasándose lo mejor de la vida, entre coplas del marqués de Mantua y fecha la plana».

¿Cómo es posible que en la última biografía de Cervantes, publicada en abril de 2022 y titulada Cervantes, según algunos la más actualizada y completa escrita hasta ahora, escrita por Santiago Muñoz Machado, actual director de la Real Academia Española de la Lengua, se afirme que: «Aprende de niño en la escuela de López de Hoyos. Permanece solo unos cuantos meses y no ha sido concretado si como alumno o, dado que Cervantes ya pasaba de los veinte años y su edad ya desentonaría con la de los demás estudiantes, más jóvenes, tal vez como colaborador del maestro»? ¿Colaborador del maestro, cuando este mismo maestro llama a Miguel explícitamente su «amado discípulo»?

¿Por qué se trata de mantener todavía hoy que en octubre de 1568 el alcalaíno siga sentado en el Estudio de la Villa,con veintiún años y posiblemente bien barbado, cuando otro innovador de la literatura española, Mateo Alemán, acababa de licenciarse hacía unos meses como médico en Alcalá de Henares?

Si como ya sabemos, después de haber estado más de cien años guardado el documento en un cajón de un archivo estatal español, en la relación de ayudas que don Juan de Austria dio a los heridos en la batalla de Lepanto, que aún estaban en el hospital de Mesina en marzo de 1572, había dos Migueles con el mismo apellido de Cervantes.

¿No es posible que el autor de estas composiciones poéticas a la muerte de la reina en 1568 sea otro Miguel distinto al alcalaíno, con una edad más idónea para estar formándose en el Estudio de López de Hoyos? ¿Quién era ese otro Miguel?

Si monseñor Acquaviva estaba presente en Madrid durante las honras de la reina y fácilmente, por su condición de embajador del Papa, pudo asistir a las honras donde estaban expuestos los trabajos de los alumnos del Estudio, entre los que destacaban los de Miguel de Cervantes.  

Si en el prólogo de  La Galatea (1585), Miguel de Cervantes indica con orgullo ser «su camarero en Roma», refiriéndose a Giulio Acquaviva, esta estrecha relación con tan importante personaje de la curia romana debió de mantenerse al menos entre mayo de 1570, fecha de nombramiento como cardenal, y su decisión de alistarse en la escuadra cristiana, que derrota a la turca en Lepanto de octubre de 1571. 

¿Se pudo interesar monseñor Acquaviva en el autor de esos trabajos?  ¿lo conoció personalmente? ¿le propuso viajar a Roma donde seguir formándose en su palacio de rica y completa biblioteca, convirtiéndose en uno de sus camareros?

Si todo esto pudo ocurrir entre octubre y diciembre de 1568 ¿lo nombra explícitamente López de Hoyos en la Relación a la reina, publicado en 1569, porque conoce que se ha ido con el séquito de Acquaviva a Roma? ¿Se estaba despidiendo de su «amado discípulo»?

Mi conclusión, después de estas consideraciones y preguntas que me he hecho, es que el Miguel que he seguido en la ficción por este corto recorrido por el Madrid más antiguo, entre las puertas del Estudio de la Villa y de la iglesia del convento de las Descalzas Reales, no es el Miguel alcalaíno. Este, en octubre de 1568, contaba ya con veintiún años, edad imposible para sentarse en los estrechos y destartalados pupitres del Estudio madrileño. El «amado discípulo» del humanista Juan López de Hoyos, que ya «usa de colores retóricos» y «delicados conceptos» en ese octubre de 1568 es, sin duda alguna, otro Miguel de Cervantes.

Y me surge otra pregunta, antes de marcharme a un lugar más fresquito, ¿quién era este Miguel? Pero, como respondería Sancho Panza, “esto es harina de otro costal”.

Termino este artículo el día 15 de agosto, festividad de la Asunción de Nuestra Señora, también de Nuestra Señora del Alcázar, de Begoña, de la Paloma, de Los Reyes, del Sagrario, del Prado… Felicidades a todos los lugares de España, y del mundo, que hoy están de fiesta grande entre sus calles y plazas.

                                                   Luis Miguel Román Alhambra

Para leer y mirar más entretenido:

Relacion de la muerte y honras funebres del SS. Principe D. Carlos, hijo de la Mag. Del Catholico Rey D. Philippe segundo nuestro señor. Juan López de Hoyos. Madrid, 1568. BNE

Historia y relación verdadera de la enfermedad felicísimo transito, y sumptuosas exequias fúnebres de la Serenisima Reyna de España doña Isabel de Valois. Juan López de Hoyos. Madrid, 1569. BNE

Alvar Ezquerra, Alfredo. El Madrid que se habría encontrado Cervantes en La Corte de las Letras, Imprenta Municipal, Madrid 2017.

Marín Perellón, Francisco José. Madrid entre dos centurias: Cervantes en la Corte de las Letras, Imprenta Municipal, Madrid 2017.

Mesonero Romanos, Ramón. El antiguo Madrid, paseos históricos-anecdóticos por las calles y casas de esta villa, Establecimiento Tipográfico de don F. de P, Mellado, Madrid, 1861. BNE

Escritura de fundación del Convento de monjas franciscanas descalzas de Madrid, por Doña Juana de Austria, 9 de Agosto de 1572. Monasterio de las Descalzas Reales. BNE.

Texeira, Pedro. Topographia de la Villa de Madrid, 1656. BNE.

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El alcazareño Antonio Leal Jiménez, miembro de la Sociedad Cervantina, impartió la conferencia “El Quijote como filosofía del Marketing del siglo XXI”

Antonio Leal Jiménez es Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, así como Doctor en Ciencias de la Comunicación y Académico de Santa Cecilia, tuvo un recuerdo muy cariñoso para su ciudad, el Corazón de la Mancha: Alcázar de San Juan y para la Sociedad Cervantina a la que valoró su gran trabajo cultural  

El pasado martes 8 de agosto, en la Iglesia del monasterio de la Victoria de El Puerto de Santa María (antiguo convento erigido a principios del siglo XVI por los señores de la entonces villa, los duques de Medinaceli), tuvo lugar la conferencia “El Quijote como filosofía del Marketing del siglo XXI” a cargo del alcazareño Antonio Leal Jiménez, afincado en la ciudad portuense.

En monasterio se encuentra en la actualidad restaurado y alberga diversos actos culturales y oficiales. Esta conferencia se enmarca dentro Los veranos en el Puerto de Santa María y el Ciclo cultural de Los Martes de la Academia.

En la apertura del acto a cargo de Gonzalo Díaz-Arbolí, también académico, se presentó a Antonio Leal destacando su enorme compromiso con los colectivos más desfavorecidos, habiendo recibido el Premio Eolo como reconocimiento a su trabajo con personas con discapacidades físicas, sensoriales y mentales. Sus tesis doctorales han contribuido a aportar herramientas de marketing para el colectivo de familiares de esquizofrénicos y paliar el suicidio en la población joven. Hijo Predilecto y miembro de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan.

Finalizó su presentación dirigiéndose al alcazareño en estos términos:  

«Y a vuecencia me dirijo, Hidalgo Caballero, D. Antonio Leal del Corazón de la Mancha, ilustre alcazareño y admirado amigo, noble y gallardo a quien, con el acatamiento que debo a tanta grandeza, suplico reciba benévolamente esta presentación y fío que no desdeñará la cortedad de tan humilde servicio. En fe y con los rasgos típicos de la obra cervantina al buen hacer y con la inclinación al agradecimiento que su atención me merece.

Y si desde mi modestia le parece vacía de ornamento y elegancia esta presentación, digo que tiene la fuerza de enajenar, pero que solo vuestra erudición compensará con la caridad precisa contar las verdades humanas. Sin raíces, sin historia profunda no somos nada. Feliz semana y que vuelvan los ruiseñores a cantar en los atardeceres de las dilatadas llanuras y claros horizontes de la Mancha» 

Antes de tomar la palabra Antonio Leal, sonó el 3er movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven que representa la lucha contra la adversidad, el dolor, el sufrimiento: una confianza ilimitada en las posibilidades del ser humano.

Y ya metido de lleno en su conferencia, Leal Jiménez hizo mucho hincapié en el aspecto humanista y de los valores aprendidos en la obra de Cervantes y afirmó que el Quijote se paladea de forma diferente según la edad con la que uno lo lea y cuando más se disfruta es cuando ya tienes cierta madurez y vivencias.

¿Qué tiene que ver el Quijote con el Marketing del siglo XXI? ¿Puede tener algo en común don Quijote con el Marketing actual? y ¿Es posible pensar que el mundo de los sueños puede relacionarse con los sistemas empresariales?

Estas tres preguntas que el mismo se hizo, resultaron el hilo conductor de la conferencia, asegurando que en las tres preguntas la respuesta es afirmativa, pasando a hilvanar de forma magistral el contenido de su exposición.

Analizado el estado de la cuestión nos encontramos con que debemos apoyarnos en estas tres patas principales: la empresa (que debe ofrecer, credibilidad, reputación y responsabilidad social, así como servicio al cliente y ser capaz de generarle entusiasmo), el Marketing (calidad, nichos de mercado, innovación) y Cervantes, que no era un hombre de empresa, pero su manera de ver las cosas tenía muchísimo fundamento y es digno de ser tenido en cuenta. El marketing es una media de ciencia y arte, es el equilibrio entre técnica y creatividad.

Analizó lo que ocurre cuando dos empresas rivales hacen campañas de marketing contrarias, atacando los productos del contrario, lo que los lleva a tomar decisiones erróneas como bajar los precios o reducir los costes. El resultado es estrechar el mercado y perjudicar el empleo.

Mientras que, si se dedican a un marketing creativo, lo que harán será ampliar el abanico de posibilidades, generar oportunidades y abrir el mercado de trabajo. Apuntó que don Quijote es un modelo de liderazgo empresarial por el convencimiento de la misión que tiene que cumplir y el empeño que pone en conseguir este objetivo.

Para triunfar, ofreció unos sabrosos consejos basados en el Quijote: poner pasión en todo lo que se hace, valorar a las personas, rodearse del mejor equipo, ser fiel a uno mismo, no tener miedo a los gigantes que son simples molinos.

Impartió un consejo fundamental: “No dejen de leer, siempre que puedan, unos párrafos de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”. Aseveró que “el idealista no conoce límites, la persona con ideales es una persona con los pies en la tierra y el corazón en el cielo, lo importante es marcarse metas y poner toda tu alma en cumplirlas”.

Y cerró la conferencia exhortando a los presentes a leer, releer y practicar el Quijote, confesó que cada vez que vuelve a las páginas del Quijote le hacen renovar su fe en los hombres que se atreven a soñar y no sólo eso, sino que con su lectura se permite construir nuevas ilusiones personales porque siempre hay una aventura que nos está esperando.

“No se necesita una varita mágica para cambiar las cosas, dentro de nosotros mismos yace la magia que nos impulsa a hacer grandes cosas”.

A lo largo de su conferencia realizó constantes alusiones a su ciudad Alcázar de San Juan y se refirió con cariño a la Sociedad Cervantina -de la que es socio-, valorando el gran trabajo cultural que llevan a cabo de forma incansable.

Manifestó su orgullo de pertenencia a la ciudad manchega e invitó a la audiencia a visitarla para conocer la esencia de la Mancha, de su gastronomía y de su tradición cervantina.

Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan

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Ha tenido lugar el XX Concurso de Pintura al Aire Libre «Gran Prior de Alameda de Cervera»

Alcázar, 8 de agosto de 2023.-

En el día de ayer, se desarrolló el XX Concurso de Pintura al Aire Libre Gran Prior de Alameda de Cervera, el cual contó con la participación de 11 pintores llegados de diferentes regiones. A las 9 de la mañana se daba comienzo con el sellado de los cuadros y tablillas que iban a realizar, siendo un total de 18 cuadros y 53 tablillas.

Durante el día se podían ver a los pintores, por diferentes lugares de la pedanía, así como refugiándose de las altas temperaturas en las zonas arboladas, terminando sus obras. Aunque durante este tiempo se amplió la participación de patrocinadores

Tras la entrega de las obras, fue el momento de los diferentes patrocinadores de elegir las obras para entregar los diferentes premios quedando de la siguiente manera:         

Categoría de cuadros

1º.    Rubio C.B. – 300€ – Feliciano Moya (Aldea del Rey – Ciudad Real)

2º.    Cooperativa San Lorenzo – 250€ + 2 cajas de vino – Mª Victoria Moreno (Madrid)

3º.    Bar José Ángel – 250€ – Natalia Zhylitska (Ciudad Real)

4º.    Construcciones Vicente Gómez – 250€ – Miguel Ángel Medina (Socuellamos – Ciudad Real)

5º.    Talleres Disfran Moreno – 250€ – Manuel Martínez (La Carolina – Jaén)

6º.    Grupo de Integración Almida – 250€ – Miguel Ángel Medina (Socuellamos – Ciudad Real)

7º.    Venakal – 200€ – Mª José Muñoz Arias (Orgiva – Granada)

8º.    Piscina Alameda – 200€ – Rosa Castro (Alcázar de San Juan – Ciudad Real)

9º.    Pinturas Juan Vela – 150€ – Natalia Zhylitska (Ciudad Real)

10º.  Agro Panadero – 150€ – Mª Carmen Sepúlveda – (Campo de Criptana – Ciudad Real)

11º.    Tarimas y Parques Esteban Izquierdo – 150€ – Mª Victoria Moreno (Madrid)

12º.    Pizzería Las Candelas – 150€ – Miguel Ángel Medina, (Socuellamos – Ciudad Real); descartando la elección de cuadro y eligiendo 2 tablillas del pintor.          

Categoría de tablillas, siendo todas por el importe de 60€

1º.    Gran Prior – Natalia Zhylitska (Ciudad Real)

2º.    Enrique Lubian – Mª Carmen Sepúlveda (Campo de Criptana – Ciudad Real)

3º.    Las Corveteras – Mª Carmen Sepúlveda (Campo de Criptana – Ciudad Real)

4º.    Electricidad Bora – Natalia Zhylitska (Ciudad Real)

5º.    Tardíos Viejos – Feliciano Moya (Aldea del Rey – Ciudad Real)

6º.    EVR MOTORSPORT – Feliciano Moya (Aldea del Rey – Ciudad Real)

7º.    Gasóleos Alameda – Argelio Casado (Alcázar de San Juan – Ciudad Real)

8º.    Antonio Parra – Mª Victoria Moreno (Madrid) 

Tras terminar con la entrega de premios, se procedía a la venta de las obras restantes con el público asistente, así como dando las gracias a todos los participantes y patrocinadores, y quedando convocado el próximo concurso de Pintura al Aire Libre XXI PAL.

Comunicado de Prensa

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El quintanareño Vicente Gálvez Nuño es artesanía pura

En sus ratos libres ha concebido un increíble mundo en miniatura realizando maquetas a escala de los diferentes edificios civiles y religiosos de su pueblo

El próximo día 12 de agosto tendrá lugar la inauguración de la exposición de maquetas de Vicente Gálvez Nuño a la que estáis todos invitados.

El acto de inauguración será a las 20:00 horas en la Sala de Exposiciones La Ermitilla, lugar en que podremos disfrutar de su visita hasta el 3 de septiembre.

Este quintanareño de profesión militar (actualmente en la reserva) ha dedicado innumerables horas de su ocio a reproducir a escala reducida los edificios más emblemáticos de Quintanar de la Orden.

En los últimos cuatro años ha construido en miniatura un mundo increíble, con toda suerte de detalles, que lo forman -de momento-, las maquetas de estos edificios:

1,- Ayuntamiento

2.- Casa de Piedra

3.- Ermitilla

4.- Escuela de Colón

5.- Antigua estación de tren

6.- Convento Franciscanos de la TOR

7.- Iglesia Parroquial de Santiago de la Espada

8.- Instituto Infante don Fadrique

9.- Plaza de Toros

10.- El Recreo

11.- Ermita de San Antón

12.- Ermita de San Sebastián

13.- Ermita de Santa Ana

14.- Ermita de la Virgen de la Piedad (Extramuros)

15.- Ermita de la Virgen de la Piedad (Intramuros)

16.- Fábrica de Anís de la Asturiana

17.- Residencia Ntra. Sra. Del Rosario (Asilo).

Pero no es que Vicente sea pura artesanía, que lo es, sino que su meticulosidad llega al extremo de que para realizar las maquetas comienza con la toma de medidas del edificio a reproducir, lo fotografía desde diferentes ángulos con el fin de tener a disposición el mayor número de detalles posibles que le permitan reflejarlos de forma exacta en la maqueta.

En la visita a su taller hemos visto que incluso se ayuda de un dron para obtener las mejores perspectivas aéreas de cada edificio.

Una vez realizado este trabajo de campo procede a realizar los planos a escala.  A partir de estos planos comienza la fabricación de cada pieza ya sea en madera o plástico (elementos principales) y posteriormente las ensambla y las pinta en los mismos colores que las imágenes reales.

Es alucinante ver en su taller las herramientas con las que hace sus trabajos, todas ellas en miniatura, sierras de calar, taladros, un pequeñísimo torno manual  para fabricar las piezas metálicas y un sistema de corte por láser que le ahorra mucho trabajo, aunque tratándose de este tipo de manualidades es ocioso decir que el tiempo no cuenta y que corre a su favor ya que nos ha comentado que no le importa trabajar las horas necesarias ya que es un tiempo en el que está disfrutando de lo que le gusta, disfruta de su afición y pone en juego sus grandes conocimientos de maquetación.

Nos cuenta, que ha empleado miles, de euros en su taller, en adquirir sus herramientas y que los materiales básicos madera, plásticos, pinturas y otros materiales con los que fabrica árboles y mobiliario urbano no son excesivamente caros, pero todo va sumando y es a costa de su bolsillo…

Según el trabajo a realizar, Vicente puede emplear entre 500 a 2000 piezas dependiendo de la complejidad y detalles que a veces es necesario añadir. El tiempo de realización puede variar entre dos y seis meses.

Para la exposición, el propio Vicente ha elaborado unas urnas de metacrilato en cuyo interior que se expondrán las maquetas, al objeto de que no puedan ser tocadas por los visitantes, aunque son totalmente transparentes y facilitarán que las personas puedan admirar todos sus detalles desde cualquier ángulo.

Para finalizar, diremos que el comisario de la exposición es Tomás Verdugo y que los textos descriptivos que acompañan a cada maqueta los ha preparado nuestro gran amigo Zacarías López-Barrajón Barrios, Historiador-Arqueólogo y miembro destacado de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan.

Os recomendamos que no dejéis de visitar esta increíble exposición, para disfrutar de estos maravillosos trabajos y por si queréis hacerle algún encargo concreto a Vicente, que seguro lo estudia para tratar de daros satisfacción.

No obstante, os vamos a reproducir aquí sus maquetas:

Ayuntamiento

Otra vista del Ayuntamiento

Casa de Piedra

La Ermitilla

Escuela de Colón

Antigua estación de tren

Convento de Franciscanos de la TOR

Iglesia parroquial Santiago de la Espada

Instituto Infante don Fadrique

Plaza de toros

El Recreo

Ermita de San Antón

Ermita de San Sebastián

Ermita de Santa Ana

Ermita de la Virgen de la Piedad Extramuros

Ermita de la Virgen de la Piedad Intramuros

Fábrica de Anís de la Asturiana

Residencia de Nra. Sra. Del Rosario (Asilo)

Para los interesados en ver el proceso que sigue Vicente Gálvez para la fabricación de sus maquetas, facilitamos también el enlace a la Guía que con motivo de la exposición se ha elaborado:

Constantino López Sánchez-T.

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Exitosa ruta Cervantin@lcázar en la noche del sábado con excepcional asistencia de público

Dentro de la programación del Fin de Semana del Patrimonio organiza anualmente el Ayuntamiento de Alcázar de San Juan, ha tenido lugar en la noche del sábado 5 de agosto la Ruta Cervantin@lcázar con la mayor asistencia que se recuerda

Un numeroso público que rompió todas las previsiones, incluido un grupo de jóvenes adolescentes, conoció las numerosas y fuertes vinculaciones de la ciudad con Miguel de Cervantes y el Quijote

Alcázar de San Juan, 6 de agosto de 2023.- A las 22:00 horas del sábado, desde la estatua de Alonso Quijano con su gato, obra del escultor valdepeñero José Lillo Galiani, daba inicio la ruta guiada que coordinó la Sociedad Cervantina de Alcázar, enmarcada dentro de la programación del Fin de Semana del Patrimonio del Ayuntamiento de Alcázar, que mostró al numerosísimo público inscrito en la actividad (provenientes de Almería, Madrid, León, Alicante, Alcázar y también de Italia), la gran vinculación que tiene la ciudad de Alcázar de San Juan con Miguel de Cervantes y su obra. Como por ejemplo que el nombre oficial de la ciudad fue “Alcázar de Cervantes” durante algunos años de la Segunda República Española en el siglo XX, siendo identificada así en toda documentación oficial correspondiente a este periodo.

A continuación, los asistentes se desplazaron a la Plaza de Palacio, donde tuvieron ocasión de conocer -a través de las explicaciones de Luis Miguel Román-, la historia que encierra el Quijote Cósmico, busto que Eulalio Ferrer, santanderino exiliado en México tras la Guerra Civil y padre de la Fundación Cervantina de México, regaló a la ciudad de Alcázar de San Juan unos meses después de su nombramiento como hijo adoptivo en marzo de 1992, según cuenta en Salitre nº 8, Javier Calamardo Murat:

Ferrer, que había fundado el Museo Iconográfico del Quijote en Guanajuato en 1987, quiso agradecer el reconocimiento obsequiando al pueblo alcazareño con un busto de Don Quijote. La escultura se colocó en la plaza de Palacio y la inauguración se llevó a cabo el 9 de julio de 1993, en presencia de Eulalio Ferrer, el alcalde Anastasio López, el escultor Santiago de Santiago y varios miembros de la corporación municipal, así como de numerosos vecinos de la localidad.

Precisamente en el pasado mes de julio se ha cumplido el trigésimo aniversario de su instalación.

En este lugar, Luis Miguel Román mostró a los asistentes una edición del Quijote igual al adquirido el 7 de febrero de 1939 a un miliciano en su camino al campo de refugiados de Argelès-sur Mer y que le marcaría para toda la vida:

“Fue una gran fortuna para mí que esta apretadísima edición de 1902, de Calleja, cayera en mis manos; libro de cabecera, como le llamo. Cuando aquel miliciano extremeño me ofreció el libro, en Port-Vendres, a cambio de la cajetilla de cigarros que llevaba, sin ser fumador, me pareció natural, sin duda ventajosos para mí. Nunca podré agradecer suficientemente la bondad de un regalo así. Nunca el más grande loco de nuestra historia estuvo mejor acompañado. Y no lo digo por mí, que no sé en qué grado lo estaré, sino por todos estos admirables locos con quienes comparto el confinamiento. En cada uno de ellos creo ver un gesto, una mirada, una ilusión de don Quijote”. (“Entre alambradas».- Eulalio Ferrer).

Posteriormente y en el atrio de la Iglesia de Santa María, la más antigua parroquia de la diócesis de Ciudad Real, fundada en 1226, conocieron la existencia de la partida de bautismo de un niño llamado Miguel, hijo de Blas de Cervantes Saavedra y Catalina López, hecho acontecido en esta misma parroquia el 9 de noviembre de 1558 y que fue el inicio de la tradición cervantina de Alcázar de San Juan, que perdura hasta hoy.

Los asistentes hicieron una breve parada en la calle San Juan, justo en el lugar en el que Manuel Rubio explicó a los presentes que estuvo la casa de don Juan López Caballero, que del matrimonio con Inés de Cabrera tuvo tres hijos, Catalina Vela, Pedro Barba y Juan Barba (nótese la diferencia de apellidos entre hermanos ya que entonces no era obligatorio registrarse con el primer apellido del padre y el primero de la madre, como en la actualidad). Según las crónicas de la época dos caballeros llamados Pedro Barba y su primo Gutiérrez Quesada, salieron de Castilla para cumplir una misión de armas en la corte de Felipe de Borgoña, midiéndose en duelo con los hijos bastardos del conde San Polo, y en el capítulo XLIX Primera Parte del Quijote, refiriéndose a estos dos personajes dice don Quijote: «de cuya alcurnia yo desciendo por línea recta de varón».

También se explicó a los asistentes que un bisnieto de Juan López Caballero, llamado Alonso de Ayllón Gutiérrez de Quijada había perdido la razón y su mujer, Teresa de Mendoza, pide en su testamento que la justicia nombre a su yerno Pedro de Cervantes -primo hermano de Miguel de Cervantes-, tutor de su hija Clara de 8 años, para proteger su patrimonio de la demencia de su padre: «que no tiene juicio y le está defendida la administración de los bienes» tal y como Cervantes describe en el capítulo I a Alonso Quijano.

En la Plaza de Cervantes antiguamente llamada de los Rosqueros y de las Rubias, frente al lugar donde se encontraba la casa natal de Cervantes, se recordó la figura del moteño Fray Alonso Cano Nieto quien fue uno de los grandes valedores de Alcázar de San Juan como cuna del Quijote por la tradición oral que le había llegado, transmitida de forma directa a través de personas que habían vivido en la época del escritor, como fueron los abogados Rodrigo Ordóñez de Villaseñor (coetáneo de Miguel de Cervantes), Francisco de Quintanar y Úbeda, que fue pasante del anterior  y Juan Francisco Ropero y Tardío (abogado de los Consejos Reales) quien puso al corriente de Fray Alonso Cano de la tradición cervantina de Alcázar que se había ido transmitiendo desde la época del propio nacimiento de Miguel, como queda recogido en el Proemio a la edición de 1780 de la Real Academia Española, realizado por el militar y académico Vicente de los Ríos.

La ruta finalizó en esta misma plaza dando un repaso al resto de los lugares del recorrido, como el Museo del Hidalgo donde se recrea la vivienda y el modo de vida de un hidalgo manchego del siglo XVII, o dando a conocer a los presentes los azulejos quijotescos del Parque Cervantes que son un patrimonio único en España, en os que se pueden ver gráficamente representadas todas las aventuras de la Primera y Segunda Parte del Quijote y que además están colocadas en perfecto orden cronológico.

Ya en las estatuas de don Quijote y Sancho Panza de la Plaza de España, recientemente remodeladas, se comentó la inspiración del escultor leonés, Marino Amaya, en la persona de Tico Medina para la estatua de Sancho Panza, que junto con don Quijote, forman desde 1971 la imagen icónica de Alcázar de San Juan que acoge a nuestros visitantes.

En la despedida, los miembros de Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan agradecieron al público la acogida masiva que ha tenido esta edición de la ruta, por la gran aceptación que ha tenido y sobre todo por la presencia de un grupo de jóvenes de ambos sexos que hace presumir que la obra de Cervantes cala también entre los lectores más jóvenes y que la lectura y el conocimiento de su obra está asegurado en las siguientes generaciones.

Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan

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Maigual & Bartan: «En un lugar»

Un viaje literario musical y visual: «En un lugar» se inspira en los pensamientos de Cervantes para crear una experiencia única unidos a visuales creados por IA.

Esta canción está basada en la frase célebre inicial del libro de Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha. Posiblemente la frase más universal de la literatura:

“En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero”.

Música y video se entrelazan para dar forma a los hipotéticos pensamientos de Cervantes, aquellos que atravesaron su mente mientras creaba su obra maestra. En instantes de inspiración, finalmente se alcanza la claridad de personajes, tramas, aventuras y otros elementos que cobrarán vida en sus escritos.

La creatividad y la literatura clásica se unen en un ambicioso proyecto artístico con la colaboración del guitarrista Bartan, donde anteriormente ha colaborado con nosotros en el tema “Dulcinea”.  

La mezcla de imágenes reales grabadas a nuestro actor “Chico Zambrana” interpretando a Cervantes, recrea de manera auténtica esos momentos de soledad y meditación que todo escritor experimenta antes de empezar a plasmar sus pensamientos.

Parte 1: Música electrónica – Un viaje literario y musical que rinde homenaje a los pensamientos de Cervantes

La creatividad y la literatura clásica se unen en un ambicioso proyecto musical electrónico que ha cautivado a la comunidad cultural. Anunciamos con entusiasmo nuestro próximo lanzamiento musical junto con el Guitarrista Bartan titulado «En un lugar», una obra que rinde homenaje a los pensamientos del célebre autor Miguel de Cervantes y su legendaria obra “Don Quijote de la Mancha”. La inspiración para este proyecto proviene de los momentos de soledad y concentración que tiene un escritor antes de plasmar su novela. El viaje creativo de un escritor se simboliza paralelamente con los primeros pasos de “Don Quijote de la Mancha”, donde el icónico caballero de la triste figura inicia su búsqueda por la justicia y el idealismo.  “En un lugar” ofrece una experiencia auditiva cautivadora, con composiciones originales que mezclan sintetizadores analógicos y guitarras, capturando la esencia de la narrativa cervantina y transmitiendo el espíritu aventurero de Don Quijote. El lanzamiento de “En un lugar” está programado para el 4 de agosto en diversas plataformas como Spotify, Amazon Music, Apple Music y Beatport, lo que permitirá a los seguidores y amantes de la literatura disfrutar de esta experiencia única desde cualquier rincón del mundo.

Parte 2: Video – Por primera vez, el Quijote se pasa a la IA en una experiencia visual sin precedentes

 No solo nos bastan adaptar la obra literaria española más internacional a la música electrónica, sino que también hemos fusionado en un proyecto audiovisual sin precedentes grabaciones reales con Inteligencia Artificial. Dándole un trasfondo a la obra que va más allá de la realidad y se acerca a los pensamientos, paranoias y experiencias que pudieron pasarle por la cabeza a Miguel de Cervantes, aunque nunca lo sabremos con exactitud.

Lo que sí que podemos saber es que Cervantes era tan avanzado en su época, que seguro le agradaría ver imágenes futuristas de su obra echas por IA.

«En un lugar» es mucho más que un videoclip; es una experiencia visual y sonora que da vida a la narrativa cervantina de una manera innovadora e invita al oyente a explorar el mundo imaginario que Cervantes forjó hace siglos.  Por primera vez, el Quijote se pasea por la inteligencia artificial (IA), llevando al espectador a un mundo donde lo clásico y lo moderno se funden en una amalgama única.

Maigual ha colaborado con Álvaro H. Molina, como parte del equipo creativo audiovisual. Experimentado con artes visuales, música electrónica y ahora con herramientas generativas de inteligencia artificial (IA), está detrás en el desarrollo del videoclip «En un lugar», capaz de interpretar y encarnar la esencia de Cervantes, del Quijote y de escenas recreadas de la obra. El lanzamiento de este videoclip, que presenta un enfoque innovador en el uso de IA, está programado para el 4 de agosto y estará disponible en el canal de YouTube de Maigual.

Canción disponible en el siguiente enlace:

Video en YouTube disponible a partir del día 4 de agosto a las 14h

Información facilitada por Maigual & Bartan

Ventanitas

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20 edición del concurso de pintura al aire libre «Gran Prior de Alameda de Cervera»

Un año más con motivo de la festividad de San Lorenzo Mártir, el próximo 6 de agosto (domingo), celebraremos la XX edición del Concurso de Pintura al Aire Libre (PAL) Gran Prior de Alameda de Cervera.

Iniciando el sellado de los lienzos y tablillas desde las 9:00 en el salón de actos de la pedanía, hasta las 15:00, pudiendo sellar todas las superficies deseadas.

La entrega de las obras será de 19:00 a 19:15, hora en la que los diferentes patrocinadores y colaboradores, procederán a la elección de las obras.

Para posteriormente alas 19:30 proceder a la entrega de premios.

¡Os esperamos!

Asociación de Vecinos de Alameda de Cervera

***

BASES:

En ALAMEDA DE CERVERA año 2023,
Los promotores (abajo firmantes) junto con los patrocinadores y diversos ciudadanos de Alameda de Cervera convocan el “XX CONCURSO DE PINTURA AL AIRE LIBRE “GRAN PRIOR”.


El concurso será el día 6 de agosto (domingo) en la pedanía de Alameda de Cervera, Situada en Autovía de los viñedos, a medio camino entre Alcázar de San Juan y Tomelloso.

-Se pueden presentar a sellar cuantas superficies se deseen. Tamaño y técnica libre. Opción “lienzos”, “tablilla” y “miniatura”.

Retomando la idea inicial del concurso, se pinta la luz del día en sus diferentes fases, como la mañana, medio día, tarde o el atardecer.

“Sugerencias” para las diferentes modalidades:


 Cuadro: Cualquier tamaño. Aconsejable lados rectos.

 Tablilla: Lado mayor no exceda de 21 cm. y el menor no sea inferior a 10 cm. Es una sugerencia cuya decisión es del pintor y es aceptarán otras medidas, siempre y cuando así lo comuniquen los autores. Precio para las «tablillas» 60€. Se pueden presentar cuantas tablillas se sellen.
 Miniatura: Lado mayor y menor no exceda de 10 cm. A partir de ahí cada cual es libre de dar el tamaño y proporción que desee. Precio por miniatura 10€. Se pueden presentar cuantas miniaturas se sellen. Las miniaturas se podrán adquirir a pie de calle, si el pintor lo permite.

Las obras deben ser perfectamente identificables con el entorno paisajístico y urbano de Alameda de Cervera. Facilitando a los diferentes participantes, ubicaciones de los lugares o parajes emblemáticos de la zona de Alameda, los cuales son: Puente Gran Prior, Puente Vado Lancero, Castillo de Cervera (conocido como la casa grande), Villacentenos, Cooperativa, Parroquia de San Lorenzo, entre otros entornos y campos de la pedanía.

  • Hora y lugar de sellado de las superficies: A partir de las 9:00 de la mañana el día 6 de agosto, en el salón de actos, junto al parque, D. Juan de Villanueva. Se puede sellar durante todo el día, las superficies deseadas, finalizando el sellado a las 15:00. En ningún caso se sellará una superficie ya pintada o parcialmente pintada. Sello e inscripción se debe realizar antes de comenzar a pintar. Se pueden sellas cuantas superficies se deseen.
  • Hora y lugar de entrega de las obras: Salón de Actos a partir de las 19:00 hasta las 19:15.
    -Inmediatamente se procederá a elegir las obras, a puerta abierta. No hay jurado. Por riguroso orden cada patrocinador va eligiendo/adjudicando su premio. El orden de elección de las obras, está sujeto al importe del premio. En caso de varios premios con el mismo importe, se respetará el orden de inscripción.

Los premios pueden quedar desiertos (aunque nunca ha ocurrido) como también pueden ser rechazados por el autor (tampoco ha ocurrido).

LOS PREMIOS PARA CUADROS SON: (El listado continúa abierto hasta el día del concurso)

BLOQUE CUADROS 2023:
1º Rubio C.B. – 300€
2º Cooperativa San Lorenzo – 250€ y 2 estuches de vino
3º Bar José Ángel – 250€
4º Cosntrucciones Vicente Gomez – 250€
5º Grupo de Integración Almida – 250€
6º Talleres Disfran Moreno – 200€
7º Venakal – 200€
8º Pinturas Juan Vela – 150€
9º AgroPanadero – 150€
10º Tarimas y Parques Esteban Izquierdo – 150€
11º Pizzería Las Cancelas – 150€

BLOQUE TABLILLAS: (PREMIOS 2023. Importe 60€)
1º La Párraga para tablilla.
2º Gran Prior para tablilla.
3º Enrique Lubián.
4º “Las Corbeteras”
5º Electricidad Bora
6º Tardios Viejos
7º EVR MOTORSPORT

-Tras la entrega de premios se procederá a la compra, por parte del público asistente, de la obra restante. Cada pintor se colocará en una mesa con su producción de tablillas y miniaturas. Para evitar en lo posible aglomeraciones y poder realizar una visión y adquisición de las obras más fluida.

-Cada concursante se presenta a esta convocatoria libremente y bajo su estricta responsabilidad y cargos.
NOTA: Las obras deben ser perfectamente identificables con el entorno paisajístico y urbano de Alameda de Cervera.


PD. Cualquier duda, omisión en las bases u otras serán aclaradas y resueltas en el momento de su planteamiento:


Asociación de Vecinos de Alameda de Cervera
vecinosalamedadecervera@gmail.com
Antonio Martínez Meco: 605148182 / sirenido@gmail.com
Ana Sánchez-Mateos Lizcano 649278795 ana.sanchezmateos@gmail.com
Inmaculada Rubio Octavio 660303078 inmavera12@hotmail.com

Agradecer este tercer año también a la unión de la Asociación de vecinos de Alameda de Cervera, por esta nueva convocatoria.

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