Archivo mensual: octubre 2021

Palabra e historia (con breve parada en la Mancha)

Decía Jacques Lacan, el conocido psicoanalista francés, que el primer instrumento que tenemos para representarnos es el cuerpo; el segundo es el lenguaje. Y es así como, a través del propio cuerpo y del lenguaje, un niño comienza a tomar conciencia de que es un sujeto. El lenguaje -la palabra- es, por decirlo de otro modo, uno de los pilares que nos constituyen como individuos y, puesto que somos animales sociales, como especie. Con el lenguaje pensamos y sentimos, nos mostramos ante el mundo y comprendemos la realidad, establecemos nuestros lazos más sólidos, nos comunicamos con nosotros mismos y con los demás; con las palabras amamos, pero también nos causamos dolor; con ellas se componen bellísimos poemas y con ellas mentimos y condenamos a muerte; con ellas rezamos, despreciamos, cantamos, nos consolamos, investigamos, enseñamos y aprendemos… Hay palabras que matan y palabras que curan. El mundo y el pensamiento están hechos de palabras. Y es una verdadera pena que, en demasiadas ocasiones y dada su importancia y su poder, no las cuidemos ni les prestemos la atención que se merecen. Un solo ejemplo: España, como las instituciones internacionales denuncian cada año, es uno de los países europeos con mayores problemas de comprensión lectora en niños y adolescentes.

La Historia está íntimamente relacionada con el lenguaje y, por tanto, con la identidad, tanto la individual como la colectiva. Conocerla no solo sirve para adentrarnos en el pasado o para el clásico tópico de no repetirla, sino que, como la palabra, nos configura y configura nuestra realidad. Somos lo que somos porque existimos en un contexto, dentro de unas coordenadas temporales y espaciales. No seríamos lo que somos de haber nacido veinte años antes o veinte años después, o en cualquier otro lugar del mundo. (Si esta simple idea la tuviéramos más en cuenta, quizás nos ahorraríamos muchos problemas generacionales con nuestros padres, con nuestros hijos o con las gentes de otras tierras y otras culturas). Pero cuando hablamos de Historia no hablamos solo del pasado, sino que fundamentalmente nos referimos al relato que hacemos de ese pasado, un relato que elaboramos en el presente y al que aplicamos nuestros filtros ideológicos personales o colectivos. Y ahí nos topamos de nuevo con las palabras, que son las que conforman los relatos.

Hay palabras que han transformado la Historia y acontecimientos históricos que han sido definitivos en la formación y la evolución de las lenguas. Los discursos de odio contra los judíos condujeron finalmente a los campos de exterminio nazis; la homofobia, la xenofobia y el racismo verbal siguen teniendo como consecuencia palizas o asesinatos de personas homosexuales, extranjeras o de diferente raza; las apasionadas proclamas de muchos líderes históricos han conducido tanto a grandes revoluciones como a profundos desastres. También la ausencia de palabras, el silencio, puede tener graves consecuencias sobre la realidad. Incluso algo tan aparentemente insignificante como la incorrecta traducción de una sola palabra puede ser la causa de importantes acontecimientos históricos, como ocurrió, por ejemplo, en la tradición religiosa occidental cuando, hace unos 2.200 años, se tradujo la palabra hebrea “almah” (doncella, mujer joven) por la griega “parthenós” (virgen) en la famosa traducción de la Biblia conocida como Septuaginta. Hasta ese punto una sola palabra puede configurar la historia. O una simple frase, como la del evangelio de Mateo: “Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos’ contestó todo el pueblo”, utilizada durante 2.000 años para justificar el antisemitismo.  

Del hecho contrario -el modo en que la Historia afecta al lenguaje- baste mencionar cómo las invasiones de Iberia por los romanos o de la Hispania visigoda por los árabes, cambiaron las lenguas y los modos de hablar y, por tanto, de pensar de la península. O cómo la decisión de Felipe II de establecer la capitalidad del reino en Madrid o el espectacular crecimiento poblacional de Sevilla al convertirse en puerto de salida y llegada de los viajes al Nuevo Mundo influyeron decisivamente en el mayor cambio fonético de la historia del castellano: la desaparición de las consonantes sibilantes y la consiguiente diferenciación entre el castellano del norte (el modelo capitalino madrileño) y el del sur (el modelo sevillano), que condicionaría también el modo en que se habla español en toda Sudamérica, ya que fueron hombres del sur los que mayoritariamente participaron en la conquista. Profundizar en ello daría para otro largo artículo. Me limitaré después a mencionar cómo el llamado “heheo” (leído con hache aspirada) es un fenómeno lingüístico, junto al seseo y el ceceo, que se genera entonces, entre el siglo XVI y el XVII, y que afecta a la variante manchega del castellano. Consiste básicamente en la tendencia a pronunciar casi todas las eses como una hache aspirada (nohotros, ehpañol, eh que…).

MULTICULTURALIDAD Y DIVERSIDAD

Las lenguas ni nacen solas ni son eternas. Tienen, como entes vivos que son, una historia. Surgen a partir de lenguas anteriores, tienen una vida normalmente larga (cientos o miles de años), se imponen sobre otras o son eliminadas por ellas, se transforman en lenguas nuevas y, tras numerosos avatares, desaparecen. Muchas de las que desaparecen, sin embargo, nunca mueren del todo, sino que parte de su acervo pervive, con más o menos cambios, en las lenguas que las sustituyen. Hay incluso lenguas que resucitan, como ha ocurrido con el hebreo, lengua que dejó de hablarse en el siglo IV de nuestra era (sólo se mantuvo su uso litúrgico y literario) y que volvió a hablarse con el impulso del movimiento sionista hasta convertirse de nuevo en el siglo XX en la lengua oficial del estado de Israel.

En la actualidad, de las aproximadamente 7.000 lenguas que se hablan en el planeta, más de 2.000 están en peligro de extinción y aproximadamente unas 50 son habladas por un solo individuo. Muchas de ellas desaparecerán si no se implantan políticas dirigidas a mantenerlas vivas. En el caso de España, tanto el aragonés (hablado en la zona de Jaca) como el aranés (hablado en el valle de Arán) están en serio riesgo de desaparición. Ninguna de ellas es usada habitualmente por más de unos pocos miles de hablantes. Para promoverla y evitar su extinción, el gobierno catalán ha declarado el aranés, a pesar de ser hablado solo por unas 8.000 personas, lengua cooficial de Cataluña.

De las lenguas, como de las personas, se puede trazar un árbol genealógico. En el caso concreto del origen del español podemos remontarnos hasta hace aproximadamente 6.000 años, que viene a considerarse el tiempo máximo para acceder con ciertas garantías de comprensión a una lengua ya desaparecida. Tanto el español como la mayoría de las lenguas occidentales provienen de una lengua madre conocida como protoindoeuropeo. Recibe ese nombre porque a todas las lenguas que descienden de ella se les llama lenguas indoeuropeas, que son la mayoría de las que se hablan entre la Península Ibérica y la India y, evidentemente, las que llevaron los colonizadores a América. La hipótesis más común sitúa a los hablantes de esta lengua primigenia en la zona de la actual Ucrania, al norte del Mar Negro. De ella derivan las lenguas germánicas, las eslavas, las del grupo céltico, las de la familia itálica -y su continuación: el latín y las lenguas romances-, el griego, el albanés, el persa y toda la gran familia de lenguas indo-iranias, el sanscrito, el hindi y un larguísimo etcétera. Resumamos diciendo que aproximadamente la mitad de la población de la Tierra habla una lengua que procede de la que se hablaba en aquel territorio al norte del Mar Negro hace unos 6.000 años.

El español, como el resto de las lenguas romances, tiene su origen principal en el latín, que a su vez procede de una mezcla de itálico y etrusco. El itálico proviene de una lengua conocida por los especialistas como celto-ítalo-tocario, que es la que tiene su origen directo en el protoindoeuropeo.

Pero la historia de una lengua no es siempre tan lineal. A las lenguas llegan palabras y rasgos de otras muchas con las que están o han estado en contacto. Si bien aproximadamente el 70% del vocabulario del español procede del latín, no podemos olvidar que durante casi ocho siglos los árabes habitaron la Península Ibérica y dejaron en nuestra lengua una profunda huella: el 8% de los vocablos del actual castellano. Pero a través del árabe nos llegaron también palabras del arameo, del persa o del sanscrito, igual que con el latín nos llegaron palabras -y por lo tanto ideas- de origen griego (un 10%) y de otras zonas del imperio. Y hay que tener también en cuenta que antes de que los romanos conquistaran Iberia, aquí se hablaban varias lenguas, con sus correspondientes dialectos, que han dejado asimismo su marca en el castellano. Las lenguas prerromanas más habladas eran el vasco y el ibero, lenguas, por cierto, no indoeuropeas y de origen oscuro. En el castellano quedan también restos de las lenguas que hablaban los pueblos celtas, que habitaban el oeste de la península, de los celtíberos, los tartesios, los turdetanos, los lusitanos, los cartagineses o los fenicios. A través de la religión, nos llegaron multitud de palabras hebreas, especialmente antropónimos o nombres de personas. Y con las invasiones bárbaras vinieron palabras centroeuropeas. O palabras galas a través del camino de Santiago. O italianas en los siglos XVI y XVII. O, más recientemente, palabras de las grandes naciones de los últimos siglos: Francia, Gran Bretaña o Estados Unidos. También hay un ingente número de palabras que llegaron al castellano tras la conquista de América provenientes de lenguas precolombinas, como el quechua o el náhuatl. Y no es que lleguen sólo palabras; a veces la influencia de unas lenguas sobre otras es de otra naturaleza. El castellano, por ejemplo, le debe al vasco (hay quien afirma que también al ibero, que se hablaba en la enorme franja mediterránea que va de Marsella a Málaga, adentrándose incluso hasta el este y el sur de La Mancha) sus cinco sonidos vocálicos (el francés tiene once; el inglés, doce). También le debemos al vasco la transformación de la F inicial de las palabras latinas en H muda (formosus/hermoso; ficus/higo, facere/hacer…) ya que en vasco no existe el sonido F al comienzo de palabra. Esta influencia se debe a que el castellano nació en el norte, en contacto directo con el antiguo euskera, que se hablaba en un territorio mucho más extenso que en la actualidad, llegando incluso a la actual provincia de Zaragoza y a zonas del este de Cataluña y, por supuesto, en todo el sureste francés. Las famosas glosas emilianenses, que son los primeros escritos en castellano, tienen a su lado glosas escritas en euskera primitivo. Estos rasgos que las lenguas más antiguas dejan sobre la lengua que finalmente se impone recibe el nombre de sustrato. Diríamos, por tanto, que nuestros cinco sonidos vocálicos o la conversión en H muda de la F inicial en el proceso de evolución del latín al castellano forman parte del sustrato vasco.  

Veamos brevemente, para ilustrar la enorme multiculturalidad del español, algunos ejemplos de vocabulario de uso común procedente tanto de lenguas coetáneas como de lenguas anteriores al castellano y que perviven en él con ciertas variaciones.

Protoindoeuropeo: son muchas las palabras o raíces de palabras que conocemos (algunas solo de forma aproximada) de aquella antigua lengua, sobre todo palabras relacionadas con el cuerpo, la familia, los números, los animales o los objetos de uso cotidiano. Debió de existir, por ejemplo, alguna palabra muy parecida a kaput para referirse a la cabeza, ya que, para nombrarla, muchas lenguas indoeuropeas usan palabras con bastantes similitudes (capitia, cabeza, cap, kéfali, kopf, kapuko, kapalam…). El concepto de madre debió de decirse de algún modo muy similar a méhter, que ha evolucionado de forma parecida en muchas lenguas (madre, mother, mère, mater, macer, mothe, mat, matr, mátar…). La palabra dios proviene del latín deus, que a su vez viene del griego Zeus, todas ellas procedentes de la raíz indoeuropea dyeu-, que significa sol, una de las deidades más comunes de las antiguas religiones. También de ella procede la palabra día. Incluso palabras más raras como espetera o espeto provienen de la raíz indoeuropea spei-, de donde también derivan la palabra espina o espiga, que son objetos, como el espeto, puntiagudos.

Latín: la gran mayoría de las palabras del español provienen de esta lengua y no es necesario abundar en ello. Algunas nos llegaron en diferentes oleadas, primero como evolución a través del latín vulgar, que se fue transformando poco a poco en castellano, y otras posteriormente, dado que el latín siguió siendo la lengua de la Iglesia y de las universidades durante siglos. La palabra delicatum, por ejemplo, se convierte en delgado y, en una derivación posterior, en delicado. La palabra solitarium nos llega primero como soltero y después como solitario. O frigidus, que nos llega como frío y como frígido.

Ibero: perro, vega, el prefijo aram (valle) de palabras como Aranjuez o Arango.

Celta / celtíbero: páramo, lanza, conejo, cerveza, camisa, bragas, colmena… El latín adopta muchas de ellas, como ocurre, por ejemplo, con la palabra celta camanom, que se convierte en camminum en latín y que luego pasa al español como camino.

De fenicios y cartagineses tenemos topónimos como Ibiza (de Ebussus), Cádiz (de Gadir) o Málaga (de Malaka).

Griego: teatro, política, tragedia, botica, aritmética, Cristo, iglesia, cementerio, Teodoro, Pancracio, Eusebio

Vasco: izquierda, chabola, cencerro, tarranco, abarca, aquelarre

Tartésico / turdetano: el sufijo -uba, por ejemplo, de Corduba (Córdoba) u Onuba (Huelva).

Gótico: muchas de sus palabras se integran en el latín. Son de los godos palabras como guerra, parra, espuela, ganso, hato, ropa… O nombres como Fernando, Rodrigo, Álvaro, Alonso, Elvira …

Árabe: es, por el tiempo que los musulmanes permanecen en Al-Ándalus, una de las lenguas que más palabras deja en el castellano: algarabía, ojalá, almohada, alcancía, azafrán, mazorca, jarca, máscara, limón, naranja, albañil, escabeche, alcuza, fanega… A través del árabe nos llegan también palabras como añil o ajedrez, que provienen del sánscrito, o azul, que procede del persa. Muchas expresiones tan cotidianas como La madre que te parió, Si Dios quiere o Dios te ampare tienen asimismo su origen en esta lengua.

Mozárabe: alpiste (que proviene del latín pistum al que se añade el artículo árabe al), pleita, asina

Lenguas americanas precolombinas: guasca (del quechua: látigo de cuero), barbacoa (del taíno: conjunto de palos), cigarro (del maya siyar: fumar), jícara (del náhuatl: vaso). Otras palabras comunes como chocolate, maíz, chapapote, cacique, chicle, hamaca, patata o tomate provienen también de América.

De Flandes, la antigua colonia española, nos llegan muchas palabras relacionadas con el lenguaje militar: furriel (y de ahí furriela), petardo, carabina, recluta

Inglés: chutar, fútbol, champú (de shampoo, que a su vez proviene del hindi), monitor, suéter, jersey, folclore, filmar, iceberg… O incluso expresiones del llanito (hablado en Gibraltar) tan comunes como Va que chuta.

Francés: restaurante, autobús, furgoneta, glorieta, chalet, edredón, champiñón, pistacho, pingüino

Italiano: facha, fachada, gamba, carnaval, fascista, gambito, mazacote, raqueta, tómbola

Alemán: acordeón, aspirina, cobalto, cuarzo, brindis

Húngaro-checo: coche, pistola, sable

Portugués: charol (de charâo, que a su vez viene del chino), Patiño, lancha (procedente del malayo), menina, barullo, catre, tanga

Caló: camelar, molar, chungo, fetén, majareta, pirar, pringar, potra

Hebreo: sábado, benjamín, edén, rabino, fariseo, cábala, aleluya, rebeca… y decenas de nombres bíblicos.

Sánscrito: añil, mantra, yoga, alcanfor, laca, ajedrez

Persa: azul, escarlata, jazmín, babucha

Chino: té, tifón, biombo, soja

Así pues, hablar español (como hablar otras muchas lenguas) significa utilizar constantemente palabras de distinta procedencia, que se han incorporado al idioma en diferentes momentos de la historia y por caminos muy diversos. Cuando mencionamos, por citar solo tres ejemplos muy breves y cercanos, al patrón de Villafranca, el Cristo de Santa Ana, estamos utilizando palabras de origen griego (Cristo), latino (Santa) y hebreo (Ana), o cuando decimos Villafranca de los Caballeros estamos usando dos palabras latinas (villa y caballeros) y una germánica (franca). O Alcázar (del árabe hispano al qasr, que a su vez proviene del latín castra) de San (del latín) Juan (del hebreo).

Al castellano, con toda seguridad una de las lenguas más multiculturales y, por tanto, ricas del mundo, han ido llegando palabras y expresiones porque las han traído gentes de otras tierras y otras culturas a lo largo de la historia. Y seguirán llegando, porque la especie humana siempre ha sido una especie migrante, viajera, curiosa y necesitada de traspasar los límites de su entorno cotidiano. Somos esencialmente, por nuestra historia, por nuestra geografía, por nuestra cultura y por nuestra lengua (y, por tanto, por nuestro pensamiento), multiculturales, aunque haya quienes detesten esta realidad  y asocien la palabra multiculturalidad con la palabra estercolero.

No hablaremos aquí, por falta de espacio, de la diversidad del español, de sus diferentes dialectos, heterogeneidad y variedades, tanto en España como en los numerosos países y regiones donde se habla. Son miles los americanismos de las variantes del español del llamado Nuevo Mundo. El castellano es una lengua tan rica, tan amplia, tan diversa, que no cabe hablar de una uniformidad ni lingüística ni ideológica. Sólo concluiremos que diversidad y multiculturalidad son dos conceptos esenciales al referirnos a nuestro idioma, igual que lo son al hablar de nuestra historia y, por tanto, de nuestra identidad. Todo proyecto de uniformidad en este momento de la historia es contrario al espíritu y la esencia tanto del español como de lo español.

MOMENTOS ESTELARES DEL CASTELLANO

Lo que primero marca el español, desde el punto de vista histórico, es, evidentemente, la presencia en la Península Ibérica de todos los pueblos que la han habitado o que han ejercido su influencia cultural sobre ella de uno u otro modo, como hemos visto en el apartado anterior. Las dos fechas más relevantes en las que tiene lugar la llegada de pueblos extranjeros son el año 218 a.C., año en que comienza la romanización en el contexto de las Guerras Púnicas, un proceso que dura unos dos siglos, y el 711, año en que los árabes inician su rápida invasión y cuya presencia se prolonga durante ocho siglos. Pero existen otros momentos fundamentales en la historia del español que merecen ser destacados:

Siglo XI: Las glosas emilianenses y las silenses son las primeras pruebas escritas de que el latín se ha transformado ya en una lengua romance, el castellano. Concretamente, el Códice Emilianense, conservado en el monasterio de San Millán de la Cogolla, en La Rioja, data del siglo IX, aunque las glosas son añadidos del siglo XI. No son anotaciones poéticas ni de altos vuelos. Son breves notas aclaratorias en lengua vernácula hechas por uno o varios monjes a un texto escrito en latín, lo que significa que ya había monjes que no dominaban muy bien esa lengua. Su importancia reside en que son los primeros testimonios escritos de la existencia del castellano. También son importantes para el euskera, ya que las pocas glosas escritas en una versión primitiva de la lengua vasca son los primeros documentos escritos no epigráficos (es decir, no escritos en piedra o cualquier otro material duro) que poseemos de esa lengua.

Siglo XIII: Alfonso X el Sabio y su Escuela de Traductores de Toledo son los responsables de una inmensa obra de composición y traducción al castellano de textos de todo tipo provenientes del latín, el árabe y el hebreo. La fijación por escrito de la prosa castellana de su tiempo es sumamente importante en la historia de la lengua. Hasta entonces, el romance castellano carecía de una tradición literaria asentada, tanto en el campo científico como en el humanístico. Por otra parte, a partir de su ingente obra, la norma utilizada en castellano se desplazará de la usada en la región de Burgos a la que se hablaba en Toledo.

Año 1440: invención de la imprenta. Probablemente sea el invento más importante a la hora de fijar la lengua y unificar aún más su gran diversidad de usos y variantes. Supone, además, entrar en contacto directo con las palabras de otros autores, otros tiempos y otras culturas, con lo que ello tiene de enriquecimiento de la lengua y la inculturación de los pueblos. Pero supone, sobre todo, la posibilidad de acceso al conocimiento (y a la lengua escrita, es decir, fijada) de un número de hablantes cada vez mayor. Es el germen de la democratización y la expansión del saber, que hasta entonces era exclusivo del clero y de la aristocracia (y no toda). Este germen democratizador de los libros es al que temen todos los autoritarismos, que suelen cebarse con ellos en sus intentos por destruir las democracias. 

Año 1492: los acontecimientos que tienen lugar durante este año son fundamentales en la historia del castellano: el descubrimiento de América, la derrota definitiva de Al-Andalus, el edicto de expulsión de árabes y judíos y la publicación de la gramática del sevillano Antonio de Nebrija, que es la primera gramática de una lengua vulgar que se imprime en Europa en un momento en el que las lenguas romances no eran aún consideradas lenguas de cultura. El ladino, el castellano que se hablaba en la península en el año 1492, aún pervive hoy en día, aunque en rápido proceso de extinción, en algunas comunidades de judíos sefardíes repartidas por el mundo. Sefarad era el nombre que los judíos daban a España, igual que los árabes la llamaron Al-Andalus.

Siglos XVI y XVII: reajuste del sistema de los fonemas sibilantes. De los siete sonidos sibilantes del castellano medieval sólo quedan (en el castellano estándar) el actual sonido de la S y el de la CH. En aquellos lugares donde se impuso el ceceo también desapareció el sonido de la actual S. Algunos de los que desaparecieron del castellano estándar, como el sonido /ʃ/ (el de la palabra inglesa shop), permanecieron en algunos lugares del sur en las palabras que contienen una CH (como en el andaluz chacho) o en otras lenguas de la península (como en el gallego Xunta o el catalán Xabi). Otros fonemas desaparecieron completamente, como el sonido /ts/ (similar al sonido de la doble Z de la palabra italiana pizza), el sonido /dʒ/ (como el sonido inicial de las palabras inglesas John o jacket) o el fonema /z/ (S sonora, como el de la palabra inglesa zoo). Es en este momento de la historia cuando el sonido de la X (México, Texas), que era sibilante, se transforma, primero en el de la H aspirada y posteriormente en el de la actual J (Méjico, Tejas). También entonces se separan definitivamente las variantes del castellano del norte y las del sur, generalizándose en el sur uno de los rasgos más importantes de su modo de hablar, el seseo, que es característico también de los países latinoamericanos, cuyos colonizadores fueron, en su mayoría, hablantes de los dialectos sureños de la península.

Año 1713: creación de la Real Academia Española bajo el reinado de Felipe V, inspirada, dado el origen de la dinastía borbónica, en la Academia Francesa. Su función es la de preservar el buen uso y la unidad de una lengua en permanente evolución. Su creación ayuda aún más a fijar o a desechar los cambios producidos por los diferentes usos, los errores o el desconocimiento normativo de muchos de sus hablantes, tanto en España como en el resto de países en los que se habla, aunque no siempre lo logra. En lo específicamente relacionado con la Historia de la Lengua, su misión, más que crear nuevas leyes o censurar novedades, es la de ser testigo y certificar aquellos cambios que la mayoría de los hablantes de un territorio, por diversas circunstancias históricas, sociales o culturales, acaba convirtiendo en uso común y cotidiano.

Segunda parte del siglo XX hasta nuestros días. En 1969 nace internet. Aún no sabemos el alcance real y completo de lo que las telecomunicaciones -especialmente la red- acabarán afectando a nuestra lengua, pero la globalización, los nuevos modos de escribir, la creatividad propia de los jóvenes, la avalancha de palabras procedentes del inglés, el acceso directo a hablantes de cualquier origen o condición, la inmediatez y rapidez en la comunicación, así como la brevedad en la exposición de ideas que exigen o permiten ciertas plataformas con cientos de millones de usuarios tendrán, a buen seguro, un importante impacto sobre la lengua y sus usos. Igual ocurre con la revolución cultural y sexual que nace en los años 60 del pasado siglo. Con los movimientos feministas y LGTBI (así como con los movimientos que se oponen a sus reivindicaciones) se siguen introduciendo nuevas palabras y transformando o creando otras, de las que probablemente quedarán muchas en la lengua. De no existir el movimiento feminista, una palabra como señoro (varón típicamente machista) no habría sido elegida como principal neologismo del año 2020, por ejemplo.

PALABRA Y DEMOCRACIA

Afirma Irene Vallejo, autora del reciente y excelente ensayo El infinito en un junco que “para que la democracia sea saludable, también tienen que serlo las palabras”. Es decir, si las palabras no son sinceras, si mienten, si manipulan, si tergiversan, si corrompen, si insultan, la democracia será una democracia enferma. Pero siendo esta una idea que merecería ser analizada con detenimiento tanto desde la Filología como desde las Ciencias Políticas y de la Comunicación, en este apartado nos vamos a limitar a hacer una breve reflexión sobre la relación, desde el punto de vista de la Historia, entre los dos conceptos principales de la cita: palabra y democracia.

¿En qué sentido afecta la idea de democracia a una lengua?

Digamos, como punto de partida, que la democracia es un concepto más vinculado a la horizontalidad (poder que proviene de todos o de una mayoría) que a la verticalidad (poder que se impone desde arriba, normalmente por una minoría). Si hablamos de palabras, ¿quién tiene más poder sobre ellas a la hora de acomodarlas y fijarlas en la lengua: la autoridad de instituciones como la RAE o el pueblo que las usa?; ¿la norma impuesta por las gramáticas y los diccionarios o un uso que a veces proviene de la ignorancia y el error?; ¿el poder y el conocimiento de los sabios o el descarado atrevimiento de la juventud y la influencia de los movimientos sociales? ¿Quién tiene -por utilizar una expresión relacionada- la última palabra? Veamos.

Hace unos días, en la viñeta de un periódico nacional, aparecía la imagen de un camino que se bifurca. En cada uno de los dos nuevos caminos hay dibujado un cartel que indica hacia dónde conduce. En uno se lee “almóndigas”; en el otro, “lenguaje inclusivo”. Un numeroso grupo de sesudos personajes vestidos de negro, representando a los académicos de la RAE, enfilan, como una piña, la misma dirección: la de las “almóndigas”, un lugar que debe de estar cerca de otros como “papichulo”, “asín” o “toballa”, términos también aceptados por la Academia recientemente. El objetivo de la viñeta no es, evidentemente, criticar la aceptación de palabras tan castizas como las que representa el camino elegido, sino denunciar la postura y las preferencias de los académicos, que dictaminan en contra de aplicar el lenguaje inclusivo a la Constitución o que demoran hasta al menos el año 2026 la aceptación formal de expresiones como “violencia de género”, que en la actualidad es una expresión utilizada por la inmensa mayoría de la población y que tiene repercusiones sociales más relevantes que, pongamos por caso, la palabra “almóndiga”.

Pero independientemente de que uno esté de acuerdo o no con la decisión de los miembros de la RAE -allá cada cual-, hay algo por encima de tal decisión: tanto en un caso (lo castizo) como en otro (la creación de un modo de hablar no discriminatorio), su elección, aun siendo importante, no va a ser el factor que determine el éxito o el fracaso del “papichulo” o del “nosotres”. Son los hablantes y no los académicos los que tendrán la última palabra. Ellos, los académicos -mal que les pese en ocasiones-, no pueden hacer otra cosa  que limitarse, como han tenido que hacerlo siempre, a ser notarios del triunfo o la derrota de las palabras que utilizan las mayorías sociales. El consenso, más que el corsé, será quien determine qué se queda y qué desaparece de la lengua. Más que de verticalidad tenemos que hablar, pues, de horizontalidad. Más que de dictadura de unos pocos, de democracia. No hay regla impuesta que pueda funcionar bien sin la aceptación de aquellos a los que se les exige su cumplimiento. La Historia lo demuestra.

Ello no significa que cada uno pueda utilizar la lengua como le venga en gana. El consenso implica unas normas que nos hemos dado entre todos y que, consciente o inconscientemente, aceptamos la totalidad de los miembros de una comunidad de hablantes, ya sea universal (las normas generales comunes a todos los dialectos y variantes de la lengua) o particular (aquellas que afectan a un entorno más reducido, sea nacional, regional o local).   

En sus comienzos, en el siglo XVIII, la RAE cosechó numerosos fracasos. Los académicos pretendían imponer a toda costa el modo de hablar de las personas cultas, que en aquellos tiempos eran las minorías poderosas (una costumbre de la que aún quedan restos). Pero poco a poco no les ha quedado más remedio que rendirse a la evidencia de que su misión no es la de imponer nada sino la de sugerir, la de ser testigo y notario, la de ordenar los materiales lingüísticos que la gente común crea y usa para comunicarse cotidiana o artísticamente. ¿Quién le puede prohibir a los jóvenes que digan finde, Insta o porfi en lugar de fin de semana, Instagram o por favor, o a los niños que digan seño o cumple (en lugar de señorita y cumpleaños), a un andaluz que diga asín, a un activista LGTBI que diga todes o nosotres o a un poeta que diga montañas como abismos, aunque ambas palabras hagan referencia a realidades radicalmente opuestas? Digan lo que digan los académicos, todas esas personas lo seguirán diciendo o, si lo desean, dejarán de decirlo.

La Academia unas veces gana y otras pierde. Y los motivos a veces son inexplicables o azarosos. Sin saber muy bien por qué, hay palabras y expresiones muy usadas que, a pesar de estar ampliamente extendidas, no acaban de ser aceptadas por la mayoría de los hablantes como correctas. Un caso paradigmático es el del uso de me se  (me se ha caído) en lugar de se me: muchas madres, incluso las que ni han oído hablar de la RAE, siguen corrigiendo a sus hijos cuando cometen este error. Algo tiene esa expresión que sigue rechinando tanto a los académicos como a la mayoría de la gente.

En el siguiente ejemplo es la Academia la que ha salido perdiendo a favor del uso de los hablantes: la expresión “ir a por agua” (o “a por pan”, o “a por una silla”), con la preposición “a” (lo apropiado era decir “voy por agua”), ha sido incorrecta según las reglas hasta que, con la fuerza que impone el uso, ha tenido que ser aceptada como correcta. Ha ocurrido con infinidad de palabras a lo largo de la historia, algunas ya mencionadas, como almóndiga, asín, murciégalo, descambiar o vagamundo, que hoy en día son aceptadas, aunque sea como vulgarismos o coloquialismos, que en algún momento podrían dejar de serlo. Lo mismo les pasa cada año a un buen número de neologismos, que tras un tiempo en ese extraño limbo de la incorrección, pasan a ser admitidos en la lengua como miembros de pleno derecho, como recientemente ha ocurrido con palabras como tuit, espanglis, cederrón, culamen, amigovio o palabro. O como pronto pasará con palabras como señoro, que ya hemos mencionado.

Y así es, entre otras muchas causas, como han avanzado, se han transformado y enriquecido las lenguas a lo largo de la historia. Y como siguen haciéndolo. La fuerza de las palabras es la de los caballos salvajes: raramente admiten riendas. Las palabras nacen, triunfan o desaparecen no según decisión de los entendidos, sino de la colectividad. Por ello lenguaje y democracia son dos conceptos tan íntimamente ligados a lo largo de la historia, existan o no existan instituciones reguladoras. ¿Quién nos iba a decir que una palabra tan común en los años ochenta como yupi (moderno, joven y exitoso hombre de negocios) iba a pasar en tan poco tiempo al rincón del olvido? Pues ha ocurrido, independientemente de que la RAE le diera entrada o no en su diccionario.

Es ingente la cantidad de palabras comunes que o bien porque su referencia ha entrado en desuso (como manteo, entremantilla, garrotín, jubón, chambra, celemín, odre, pelaire, saya o tartana) o por la decisión más o menos caprichosa de la colectividad (cuchipanda, niqui, dandi, piscolabis, endilgar, yupi, dabuten, okey Makey, efectiviwonder) o bien por comodidad (un poco de azafrán, de sal o de chocolate en lugar de una brizna de azafrán, una pizca de sal o una onza de chocolate) se están quedando o se han quedado obsoletas. Es verdad que uno tiene la impresión de que la desaparición de una palabra supone un empobrecimiento irremediable de la lengua, una pequeña tragedia, pero sírvanos de consuelo que si bien son centenares las que han desaparecido en los últimos siglos, continúan siendo más las palabras que nacen que las que mueren (sean usadas o no por todos los hablantes; ese es otro cantar).

Como decimos, este tipo de movimientos ha existido siempre en la historia de las lenguas vivas. Por eso afirmamos que están vivas, porque cambian, porque evolucionan, porque incorporan nuevas realidades, porque inventan, porque se deshacen de palabras o recursos innecesarios o simplemente por moda o por capricho. Como la vida misma, como la historia de los pueblos. De haber triunfado la tendencia más conservadora, de no haber acogido las palabras venidas de otros mundos, de habernos guiado por leyes inmutables y eternas, de no habernos saltado el ordeno y mando, de no haber incorporado los errores de los menos cultos o la creatividad de los más jóvenes, el castellano, como cualquier otra lengua, jamás habría nacido. Ni el castellano ni otras muchas cosas que hacen del mundo un lugar fascinante y hermoso. En España seguiríamos hablando, con ligeras variaciones, la lengua que hablaban Julio César, la emperatriz Livia Drusila o Marco Tulio Cicerón (que a lo mejor, ahora que lo pienso, tampoco estaría tan mal).

LA VARIANTE MANCHEGA EN ESTE CONTEXTO

Hay que decir que lo manchego, tanto su modo de hablar como otros rasgos de su idiosincrasia, es más conocido últimamente a causa de la presencia pública de destacados cineastas, humoristas, cantantes o escritores manchegos que favorecen de alguna manera el orgullo regional. Conocidos políticos hacen incluso alarde exagerado de determinadas características lingüísticas propias del habla manchega, como ocurre con el heheo del antiguo presidente José Bono (en su caso quizás deberíamos decir jejeo). Ello ha contribuido, entre otras causas, a que la diglosia (utilización de distintos modos de hablar dependiendo del entorno en el que nos encontramos, familiar o ajeno) sea un fenómeno cada vez menos común en nuestra región. En ocasiones, muchos manchegos se han sentido o se sienten acomplejados por su modo de hablar, considerado vulgar e incorrecto incluso por ellos mismos, e intentan ajustarse a la normas del llamado castellano estándar, con lo que ello conlleva de desaparición de vocabulario, expresiones o rasgos propios de pronunciación. Pero el asunto es bastante más complejo y va más allá de hablar bien o hablar mal, al menos desde el punto de vista de la Historia, que es el que nos ocupa.

Tanto lo que consideramos errores como los cambios que se producen en las palabras no son, por lo general, nada nuevo. Lo que en origen era considerado error acabó en multitud de ocasiones convertido en norma. Veamos algunos ejemplos:

Los antiguos ya se comían la D intervocálica, incluyendo a veces las vocales que la acompañaban: frigidum se convirtió en frío, crudelem en cruel o limpidum en limpio. Nosotros, como ellos, eliminamos la D en muchas palabras de diferentes categorías gramaticales: comío, cantao, almuá, ná, agotá, enzorruzaor, azaon, nublao…

Los antiguos también cambiaban el orden de las letras (metátesis): Inter se convirtió en entre, quattor en cuatro, parabola en palabra. En La Mancha es común oír Grabiel por Gabriel o trempano por temprano.

También ellos cambiaron la R por la L (lambdaísmo): carcerem acabó siendo cárcel en lugar de cárcer; arborem se convirtió en árbol; papyrus primero cambió a paper y luego a papel (aunque también derivó en la palabra papiro). En la variante manchega se sigue oyendo (ahora se mantiene sobre todo en hablantes de bajo nivel cultural) primel en lugar de primer, Arcázal en lugar Alcázar, o se acaba el infinitivo de los verbos en L: comel, dormil, cantal. El lambdaismo llega a términos exagerados pero aceptados en lugares como Cuba o Puerto Rico, donde es la norma.

En el latín tardío también se hizo rotacismo (cambiar determinadas consonantes por el sonido de la R), como nosotros hacemos cuando decimos murlo por muslo, arbañil por albañil o cardo por caldo. La palabra latina sanguinem se convirtió en sangne y luego en sangre; asenam dio arena; hominem pasó a ser omne, luego omre y definitivamente hombre. Los genitivos de muchas palabras que en un principio se construían con S, como flosis (genitivo de flos) cambia a floris, que en castellano da flor.

El fenómeno de la epéntesis (añadir un fonema a una palabra), como en las palabras Ingalaterra, arrescuñar, cobete, huéspede, comistes o hablastes tampoco es nuevo. La palabra latina calvaria, por ejemplo, debería haber dado calvera en lugar de calavera; chronicus llegó a convertirse durante siglos en corónico, aunque luego esa epéntesis se revirtiera y acabara en la actual palabra crónico.

Lo que ha cambiado no es tanto el tipo de “errores”, que, como hemos visto, en muchos casos tienen la misma naturaleza, sino el control sobre ellos. Ahora el control se ejerce a través de la RAE, de los programas de estudios, de los medios de comunicación que unifican las diferentes variantes del habla… Hace unos siglos esos controles no existían, por lo que los cambios  no tenían los frenos que tienen ahora y eran más frecuentes. ¿Hablamos así porque somos unos garrulos? No. Nuestra lengua tiene tendencia -y siempre la ha tenido- a propiciar determinados cambios, a evolucionar en una determinada dirección. ¿Cuál es esa dirección? La misma de todas las lenguas: la eficacia (ven acaquí tiene más fuerza en determinadas ocasiones que ven aquí), la economía de recursos (un kilo patatas en lugar de un kilo de patatas), la facilidad (más fácil pronunciar dende que desde). Pero ¿por qué no todas las lenguas sufren los mismos cambios? Porque parten de rasgos diferentes. Una lengua en la que las consonantes sean más importantes que las vocales para ser comprendida, como es el caso del inglés, no puede evolucionar del mismo modo que el español, en el que la nitidez de las vocales para que la palabra sea comprendida tiene mayor importancia. Hay tendencias de pronunciación generales que afectan a determinados sonidos: las eses, por ejemplo, tienden a ser eliminadas o transformadas en otros fonemas siempre que ello no afecte a la comprensión de la palabra (nohotros, ehpaña, lohombre, dende…); la D intervocálica también tiende a desaparecer, arrastrando a veces con ella a la vocal que la acompaña (na, to, ca uno, volcao, bebío…). Ambos rasgos tienen su origen en la cercanía del dialecto andaluz.  

Es interesante comprobar cómo, a pesar de los muchos controles, los “errores” siguen siendo los mismos que hace tantos siglos, en muchos casos cuando el castellano ni siquiera existía. Pero gracias a ellos se convirtió en la lengua que hoy hablamos.

Las migraciones y los cambios poblacionales a los que hacíamos referencia anteriormente también han sido fundamentales en la configuración de la variante manchega del castellano. La presencia de los árabes dejó más huella en nuestra zona que en regiones más septentrionales, que fueron conquistadas antes por los reinos cristianos. La palabra alcancía, por ejemplo,se ha usado hasta hace muy poco tiempo más que la palabra hucha, procedente del francés huche, que a su vez procede del latín medieval hutica. Igual ha ocurrido con la palabra azogue, que fue mucho más usada que la palabra mercurio. O con la palabra mandil, que aún es más común en muchos lugares que la palabra “latina” delantal. Es decir, cuanto más al sur de la península, mayor pervivencia de palabras procedentes del árabe. Hay ocasiones, sin embargo, en que la palabra latina se impuso muy pronto sobre su correspondiente árabe, como ocurrió con la palabra panocha sobre mazorca, aunque por esas fuerzas caprichosas de las lenguas, actualmente se haya impuesto la árabe mazorca sobre la latina panocha, en claro riesgo de extinción en España.

Al ser La Mancha territorio fronterizo y poco poblado, los reyes cristianos lo repoblaron con gentes de otros lugares, que, además de sus costumbres, aportaron sus palabras, en algunos casos de lenguas peninsulares distintas del castellano. Con las repoblaciones, muchos términos árabes fueron sustituidos por los correspondientes latinos, como ocurrió con la palabra alfayate, sustituida por la catalana sastre. También remor (ej: no te da remor ponerte a estudiar) proviene del catalán. Tarranco (ej: no va a quedar ni tarranco) llegó del vasco. Del astur-leonés vinieron cocote, relenco (salvaje, asilvestrado) o pochaca (allí cueva o hueco de la nuca).  Asobinarse vino del navarro-aragonés ensobinarse. De Murcia llegan palabras como chusmear, solanera, mieja o páer (de donde procede también el diminutivo paerecilla). De los mozárabes mantenemos términos como pleita, capacho o asina. Es decir, la variante manchega del castellano (que comparte palabras con otras variantes), participa, aunque en menor medida, de la multiculturalidad característica del castellano estándar y de parecida diversidad: cada pueblo o cada zona tiene vocabulario o fonemas que los diferencian de otros pueblos, aunque sean muy cercanos geográficamente.

Finalmente, ¿tiene el habla manchega algún momento histórico estelar como los que hemos mencionado del castellano? No, pero participa de todos ellos en tanto en cuanto es una variante suya. El hecho de seguir siendo frontera entre el castellano llamado estándar o del norte y el dialecto andaluz hace que posea características de ambos. Además de lo ya dicho sobre la supresión de la S o la D de muchas palabras, también compartimos con Andalucía el heheo, que se desarrolla junto al seseo y el ceceo andaluces a partir del siglo XVI, un rasgo que se extiende incluso hasta el habla popular de Madrid. La cercanía del dialecto murciano llamado panocho hace también que la variante manchega comparta algunos rasgos con él. Cuando oímos ciertas expresiones o palabras del dialecto murciano se ve claramente que tienen gran parecido con el habla manchega, especialmente la de hace varias generaciones, e incluso pueden confundirse con ella. Algunos ejemplos de panocho: “Ahí sus quedáis”, “Ca uno s’aprete er zaragüel como puea”, “Dar er campanazo”, “De pocas chichas”, “Echarle azaite a un candil que no tie torcía”. Sin embargo, en líneas generales, actualmente tenemos cada vez más rasgos del castellano estándar capitalino y siguen desapareciendo algunas de las características típicas del habla de anteriores generaciones.

Quizá uno de los momentos más trascendentales de lo manchego en la historia no sea lo relacionado con su habla (aunque, de alguna manera, también), sino con su espíritu, algo que ha trascendido todas las fronteras. Me refiero a la escritura, a comienzos del siglo XVII, de Don Quijote de la Mancha, posiblemente el libro traducido a más idiomas después de la Biblia y que es considerado la primera novela moderna de la historia, con influencia en toda la narrativa occidental posterior. Pero eso se aleja del objeto de este artículo, además de requerir de muchísimo más espacio para hablar de ello, del que no disponemos.

En resumen, muchas veces, cuando se habla de la grandeza del castellano, es común referirse a cuestiones más relacionadas con cantidades que con cualidades: es una lengua hablada por aproximadamente 580 millones de personas, 460 millones la tienen como lengua materna, es la cuarta más hablada del mundo, es la lengua oficial de 21 países, el diccionario de la RAE contiene unas 93.000 palabras, sin contar los miles de americanismos, etc. Siendo ello importante, yo he querido recalcar en este artículo sus cualidades, que están, como las cifras, íntimamente relacionadas con su historia y construyen su esencia: su multiculturalidad, su diversidad, su carácter abierto históricamente a otras lenguas, tanto españolas como extranjeras, la riqueza de sus dialectos y numerosas variantes, el carácter democrático de su evolución, la creatividad y belleza de sus composiciones literarias o su gran capacidad para generar nuevas palabras y expresiones. Una lengua, en definitiva, muy viva, con un rico pasado y, sin ninguna duda, un excelente futuro.

_____________________________________________

Deja un comentario

Archivado bajo Alcázar de San Juan

Cervantes censurado y tachado de vulgar

La “ofensiva” botella de vino Hideputa objeto de la prohibición de registro de marca por la OEPM

La Oficina Española de Patentes y Marcas censura y tacha de vulgar a Miguel de Cervantes denegando el registro de la marca de vino “Hideputa”. Lo que no consiguieron en el siglo XVII ni la Inquisición, ni el Consejo Real, lo ha hecho en el siglo XXI un estamento oficial español

Alcázar de San Juan, 25 de octubre de 2021.- La Oficina española de Patentes y Marcas ha denegado el registro de la marca de Vino “Hideputa” que la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan había solicitado mediante el expediente M4127953.

Con la ayuda de Bodegas Alort (marca embotelladora), los cervantistas alcazareños han elegido un vino de altas cualidades, se trata de un tinto cabernet, de crianza, envejecido 12 meses en barrica francesa de tostado medio, que transmite de forma intensa la personalidad de sus variedades Cabernet Sauvignon y Franc Moderno, que resulta muy equilibrado, sedoso y brillante. Para esta ocasión especial, Estrella Cobo ha diseñado una etiqueta que sintetiza perfectamente el nombre del vino y la tierra a la que pertenece. 

Con esta esmerada selección la asociación cultural alcazareña agasaja a los invitados que regularmente recibe en su actividad denominada “Almuerzos de don Quijote”, de hecho, la primera personalidad en probarlo ha sido el Nobel de Física de 2019, el suizo Michel Mayor que visitó nuestra la Sociedad el pasado 6 de octubre.

Para esta acción promocional y de difusión de la obra cervantina, se han inspirado en un fragmento del Capítulo XIII de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes (se recomienda la lectura de este capítulo), concretamente en el que Sancho Panza mantiene -con el escudero del Caballero del Bosque- una conversación sobre el vino que están degustando y que llevaba en la bota este último, llamándolo «Hideputa» al propio tiempo que lo alaba por su calidad, por ser de Ciudad Real y por tener algunos años de ancianidad, de tal forma que al vino elegido, los cervantistas alcazareños le habían bautizado con el nombre “Hideputa”, precisamente por ser de calidad, por ser de Ciudad Real y también por tener ancianidad.

Sancho Panza lo explica perfectamente diciendo: «confieso que no es deshonra llamar hideputa a nadie cuando cae debajo del entendimiento de alabarle»… ¡Es prosa de Miguel de Cervantes!

Con esta idea y por parecerles un nombre muy cervantino, muy significativo del Quijote y sobre todo identificativo del buen mojón (entendido en vinos, catador) que era Sancho Panza, los cervantistas alcazareños iniciaron los trámites de registro de este nombre a fin de que no pudiera ser utilizado por terceras personas, pero la OEPM les ha cerrado las puertas basándose en que la denominación “es contraria a la Ley, al orden público o a las buenas costumbres, toda vez que el distintivo incorpora en su conjunto una calificación denigratoria, que cabe considerar  de atentatoria a las buenas costumbres, incluso si está extendida en el lenguaje vulgar”.

De todos es conocido que en el Siglo XVII estaba en pleno apogeo la Santa Inquisición que ejercía una férrea censura sobre todo lo que se publicaba y que antes de dar a la imprenta una obra, no sólo debía ser sometida al Consejo Real que era quien la autorizaba y fijaba su precio, sino que un estamento eclesiástico debía dar su aprobación de que no contenía nada en contra de la fe católica, lo que se llamaba el imprimátur.

Pues bien, ni el Consejo Real ni los estamentos religiosos impidieron a Cervantes que el Quijote viese la luz en 1605. Por el contrario, asistimos 416 años después a que un estamento oficial español censure y tache de vulgar al mejor escritor que en todos los tiempos ha tenido nuestra lengua.

Hace unos días lo explicaba muy bien en una entrevista en TV el académico de la Lengua, Arturo Pérez-Reverte, decía que no se pueden quitar del diccionario las palabras que han utilizado escritores de la talla de Galdós, Cela o Cervantes, por muy malsonantes que nos puedan parecer hoy, ya que ellos las utilizaron de manera limpia, eficaz y práctica, consiguiendo reflejar el lenguaje de su época. De otro modo, leer a nuestros clásicos de la literatura sería imposible, por eso la Real Academia de la Lengua es la encargada de definirlas y de preservarlas para los lectores actuales y futuros.

Por ello y a pesar de que esta marca con toda seguridad no será oficialmente registrada, pensamos seguir utilizándola para ser coherentes con su obra y para perpetuar la memoria de nuestro querido Miguel de Cervantes.

Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan

Deja un comentario

Archivado bajo Alcázar de San Juan

El chef José Luis García Mascaraque deleitó al público en Herencia en su Clase Magistral

Mascaraque baja del cielo a la tierra su cocina en el Certamen de Aplicaciones Gastronómicas en la I Edición «El Queso», organizada por el Ayuntamiento de Herencia dentro de las VIII Jornadas de Agricultura y Ganadería

En la mañana del sábado 23 de octubre y en las instalaciones de Quhesalia (Centro de Interpretación del Queso de Herencia) ha tenido lugar la Clase Magistral del chef herenciano José Luis García Mascaraque.

Mascaraque lleva toda una vida de experiencia en las mejores cocinas del mundo, incluso en el extranjero, además de ser un acreditado comunicador debido a su larga experiencia como formador de los jóvenes cocineros españoles que se se aprenden este oficio en las mejores escuelas de cocina del país.

Es además una persona entrañable que ha cocinado en directo para los cerca de 70 inscritos en este certamen de aplicaciones gastronómicas y ha conseguido deleitar al público asistente, primero con su trabajo en directo y su saber hacer en los fogones, y después dando a probar sus creativas creaciones que han sido muy apreciadas y valoradas, algunas de ellas sorprendiendo muy favorablemente a los reunidos en el evento.

Pero además de ser uno de los mejores cocineros de España, ha impartido una clase de cocina al alcance de todos los presentes con consejos sobre el corte de alimentos, sobre mezclar sabores utilizando determinados productos y sobre todo, poniendo en valor el queso, al que considera un producto «top» de nuestra tierra, aconsejando como cortarlo y presentarlo.

En directo ha elaborado los siguientes platos elaborados con queso y como curiosidad hay que decir que ha comenzado con el queso más contundente (en aceite) y ha terminado con el más suave (tierno), en cambio una vez que han sido maridados con otros productos los asistentes han ido experimentando como el sabor conjunto del plato ha ido «in crescendo», comenzando con un plato de sabor suave hasta finalizar con uno de un sabor contundente en la boca y acabando con un postre espectacular:

Calabaza asada con queso en aceite, almendras y berros (a modo de ensalada)

Galletas de pipas de girasol, guacamole y queso rallado curado

Sopa tibia de queso con sardina ahumada, pico de gallo y manzana

Trufas de chocolate con queso tierno trufado y cacao

Cada vez que finalizaba la explicación de un plato, el personal de la organización repartía el plato ya elaborado entre los asistentes para que experimentaran por sí mismos los espectaculares sabores que en cada uno de ellos se lograba con la combinación de los diferentes ingredientes que lo componían.

Así para cada uno de los tres platos elaborados y el postre de trufas de chocolate (con palomitas bañadas en chocolate fundido) que ha sido un espectacular colofón. Regados con vinos de Herencia, así como el resto de productos utilizados, especialmente el queso.

En resumen, una extraordinaria jornada gastronómica muy bien organizada por el Ayuntamiento de Herencia (a la que ha asistido como participante el propio alcalde, Sergio García-Navas) y que ha hecho las delicias de todos los asistentes.

¡Ya esperamos con ganas la siguiente!

Ventanitas

Deja un comentario

Archivado bajo Alcázar de San Juan

En la madrugada del sábado 30 al domingo 31 de octubre, se llevará a cabo el cambio al horario de invierno

Aunque no se ha podido demostrar (aún) que el cambio de hora tanto en primavera como en otoño no produce sustanciosos ahorros de energía, tal y como se nos vendió a los ciudadanos en 1980, cuando se puso en marcha el doble cambio horario con la intención de un ahorro energético que nadie ha cuantificado y que nadie ha podido determinar y eso si es que realmente se produce. 

Así mismo hay dudas razonables sobre si este ahorro tiene lugar en alguno o en la mayoría de países de la UE,  por lo que en la madrugada del sábado 30 al domingo 31 de octubre nos disponemos a retrasar una hora el reloj (cuando sean las 3:00 habrá que ponerlo en las 2:00), efectuando así el cambio al horario de invierno.

Al parecer, no se tuvo en cuenta la propuesta de la Comisión de Industria, Investigación y Energía del Parlamento Europeo y se encuentra durmiendo el sueño de los justos…

Según informó Energynews en su artículo:  https://www.energynews.es/el-cambio-de-horario-no-garantiza-el-ahorro-energetico-en-todos-los-estados-miembros/, “…este plazo ha quedado pospuesto y los diferentes gobiernos dispondrán de un año más para comunicar a la Comisión su decisión, acompañada de un informe completo sobre sus efectos en términos de coordinación, funcionamiento del mercado interior, transporte, operativos etc… Si los informes reflejaran repercusiones negativas, se otorgaría un plazo adicional de 12 meses para la entrada en vigor de la Directiva que se vería retrasada hasta el año 2022.”

Sigue el artículo diciendo: “El cambio de hora suscita un amplio debate entre diversos colectivos sociales. En los últimos años se han realizado diversos informes que han tenido en cuenta no sólo aspectos relacionados con el posible ahorro de energía, sino otras cuestiones relacionadas con la necesidad de armonización de horarios, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y sus repercusiones sobre la salud, entre otras. Dichos informes coinciden en señalar que los beneficios del cambio de hora son, en cualquier caso, difusos.”

Ventanitas

Para quien quiera saber más…
Propuesta de DIRECTIVA DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO por la que se eliminan los cambios de hora estacionales y por la que se deroga la
Directiva 2000/84/CE

Deja un comentario

Archivado bajo Alcázar de San Juan

Horarios de trenes por Alcázar de San Juan, actualizados

DESDE OCTUBRE DE 2021, NUEVOS HORARIOS DE TRENES POR ALCÁZAR DE SAN JUAN

Una vez que hemos dejado atrás lo más dañino de la pandemia por COVID-19,  se comienzan a recuperar los horarios de trenes habituales.

Así queda el tráfico ferroviario a partir de este mes de octubre por la estación de Alcázar de San Juan.

Ventanitas

*****************

Deja un comentario

Archivado bajo Alcázar de San Juan

“La epidemia”, de Pablo Conde, se proyecta en el Insyiyuto Cervantes de Manchester

El actor Canco Rodríguez y el director Pablo Conde durante el rodaje de “La Epidemia”

El cortometraje “La Epidemia”, del cineasta alcazareño Pablo Conde, se proyecta este martes en el Reino Unido como obra seleccionada en la XVII Edición del KinoFilm Festival, un certamen de cine internacional que se celebra en Manchester. “La Epidemia” se exhibirá, además, en el Instituto Cervantes de la ciudad como obra representante de España.

Es emocionante que, dos años después de su estreno, el corto siga consiguiendo reconocimientos en festivales y siga llegando a otros países”, asegura Pablo Conde, director y guionista de “La Epidemia”, un cortometraje con el que ha obtenido premios y selecciones en más de 40 certámenes cinematográficos. De hecho, el corto acaba de ser seleccionado en otro festival de cine internacional, en la VII Edición del Festival Pineda de Mar, en Barcelona.

Recientemente, Pablo Conde tuvo la ocasión de volver a presentar este corto en su ciudad, Alcázar de San Juan, dentro de las XXVI Jornadas de Cine Solidario. “La Epidemia” se proyectó en doble sesión en los Multicines Cinemancha junto a la película “El médico de Budapest” con una gran asistencia de público y un buen motivo: la recaudación de la taquilla se destina para proyectos de cooperación en países como Argelia, Nepal, Benín o República Dominicana.

“La Epidemia” puede verse también en Internet a través de Youtube, en el canal youtube.com/c/pablocondefdez, donde ha cosechado ya miles de reproducciones. “Lo más importante cuando haces un trabajo así es poder transmitir aquello que quieres contar y, sobre todo, llegar al público. La historia seguirá viva mientras siga habiendo espectadores que lo vean”, comentó Pablo Conde en la presentación de este corto que tanto está dando que hablar. Está protagonizado por Canco Rodríguez y Mariano Venancio y, pese a ser una obra de ficción, anticipó las consecuencias que tendría una epidemia con un año de antelación a la llegada del COVID-19.

Deja un comentario

Archivado bajo Alcázar de San Juan

Maestros de escuela en Villafranca y en el Gran Priorato

De los maestros de escuela decía que eran dichosos, pues trataban siempre con ángeles; y que fueran dichosísimos si los angelitos no fueran mocosos.

El licenciado Vidriera

Retazos de las huellas de los maestros de Villafranca

La figura del maestro de escuela siempre se ha recordado con ternura y agradecimiento. Ha sido el portador de las respuestas a las primeras inquietudes de los niños y de algunos mayores, el que enseñó a entender la realidad a diferentes generaciones, el que siempre nos puso en el camino adecuado para buscar soluciones.

Mirando casos concretos aparecidos en algunos archivos, nos encontramos con realidades que merecen relatarse y contrastar con un hecho que se repite de manera recurrente: la humildad del maestro, su pobre modo de vida con eternos problemas económicos. Recorremos la secuencia histórica de momentos de diferentes maestros de Villafranca de los Caballeros, desde la segunda mitad del siglo XVII al XVIII.

Después comprobaremos que la Ilustración y los deseos de progreso, seguían influyendo en los gobernantes de principios del siglo XIX con un intento de dignificar esta profesión por parte del entonces Gran Prior.

Comencemos con cinco casos de Villafranca:

1.- Alfonso López, ejerció de maestro en Villafranca de 1670 a 1673. Según su contrato[1], el ayuntamiento le proporcionaba casa, exención de impuestos, dos carros de leña y cuatro fanegas de trigo cada año de contrato. Además el maestro cobraba al Ayuntamiento 1,5 reales al mes por cada niño que enseñase a leer y 2,5 por enseñar a leer y escribir. Las clases de Matemáticas quedaban al albedrío del maestro que deberá concertar su precio con cada familia que desee que su hijo las cursase.

2.- Ya en 1748, Rafael de Morales, vecino de Tembleque, se instaló en Villafranca y se dedicó a enseñar Gramática. Tenía un aula abierta para estos menesteres, un nivel superior al de maestro de primeras letras. En su contrato[2], con fecha de 2 de septiembre de 1748, se detallaron las condiciones siguientes:

  • Tiene una validez de cuatro años a partir de la fecha.
  • Abre un aula abierta de preceptor de Gramática por seis años a partir de la fecha.
  • El sueldo que le paga el Ayuntamiento es de 130 reales de vellón por año más lo que pague cada alumno.
  • Para el mantenimiento de esta escuela es necesario un mínimo de 12 alumnos, pudiendo despedirse si no se cumple esta última condición.

Tenemos algún dato más de Rafael de Morales, preceptor de Gramática y Latinidad: En 1752 sigue en Villafranca y según el Catastro de Ensenada[3], tiene 33 años, está casado con Inés Ramón Plaza de la misma edad, tiene una hija, Rafaela de 7 años. La familia la completan su suegra, Francisca de 67 años y su sobrino Juan Francisco de 10. Se le supone una renta anual de 400 reales de vellón. No tiene otros bienes.

En el mismo documento, la renta anual de un maestro sangrador y barbero es de 900 reales de vellón, la del mesonero es de 900, el arriero más humilde alcanza los 800 y un escribano consigue 2000 reales de vellón. A la altura del preceptor de Gramática y Latinidad encontramos a algún zagal de campo, un ujier del Ayuntamiento o el más humilde de los tejeros.

3.- Por las mismas fechas el maestro de primeras letras de Villafranca de los Caballeros es Alfonso García Ortuno[4], de 43 años, su esposa, Ana Josefa, 37 y seis hijos, Victoria (15 años), Ana Josefa (13), Alfonso Nicasio (9), Pedro Francisco (7), Manuel (5) y Antonio (2). Familia numerosa que vive en la calle de la Virgen, muy cerca del Ayuntamiento, donde seguramente imparte sus clases. Es propietario de una tejera, de una viña de 2 celemines y de una jumenta. Los peritos del Catastro le asignan una renta anual de 360 reales de vellón. Es fácil su comparación con el caso anterior, contemporáneo y vecino. Tiene una renta parecida, aunque con algunas propiedades.

4.- Raimundo Mad. es el maestro de primeras letras en 1787, lo conocemos porque el 19 de junio envía una carta al Gran Prior rogando un socorro de 300 reales de vellón de Limosna, por una vez y en atención a los atrasos que padece y a la aplicación en la enseñanza de discípulos. Particípole a Vm pa qe disponga el cumplimiento de esta gracia[5]. No es difícil suponer la necesidad económica que le acucia. No ha recibido las últimas pagas del Ayuntamiento. Los atrasos en los sueldos de los maestros son un hecho que se repite en muchos lugares.

5.- El 19 de octubre de 1799, es José Alfonso Jiménez, maestro de primeras letras, quien expone que

Es tan corto el emolumento  que le produce la escuela que no alcanza a el alimento de su mujer y cuatro niñas que tiene (…) Suplica a Vuestra Real Alteza, se digne por el amor de Dios, la limosna de su Real agrado para ayuda a mantener a su familia y componer la casa que con la avenida del agua cayó parte de ella y lo que quedó está para lo mismo (…)[6]

La súplica tiene su explicación en las consecuencias de la inundación que sufrió Villafranca el 2 de septiembre de 1799, que arruinó casi 200 casas. En ella informa que su sueldo es tan mísero que no le alcanza al mantenimiento de su familia, más si tenemos en cuenta los desastres mencionados.

Son cinco casos encontrados en una villa del Priorato. No esperamos equivocarnos si generalizamos esta realidad a las demás villas. La laboriosidad y el ingenio de estos profesionales se movía entre unas condiciones materiales siempre mejorables.

Aunque si queremos saber cómo eran las escuelas de este territorio, contamos con un documento único, elaborado después de la Guerra de la Independencia.

1815, Las escuelas de primeras letras del Gran Priorato

En septiembre de 1814, el gran prior don Carlos Mª Isidro de Borbón nombra comisionado para una visita general del Gran Priorato a don Fernando Queipo de Llano[7], su secretario de cámara, y le encarga las siguientes tareas:

  1. Observar e informar del estado material de las iglesias, administraciones, casas tercias y fincas.
  2. Averiguar y exponer el estado de las escuelas de primeras letras de los pueblos y sus dotaciones.

Es real voluntad de S. A. qe Vmd. averigüe y exponga con la posible exactitud el estado de las Escuelas de Primeras Letras de los Pueblos y sus dotaciones: si faltan Maestros de esta enseñanza, y educación en algunos, y en este caso qe medios y arbitrios pudiera valerse para que los hubiese capaces de desempeñar los Magisterios, y con qe señalamto anual; informando si a los que hay en la actualidad se les paga de los fondos de los pueblos, o contribuyen los alumnos qe asisten a las Escuelas (…)[8]

Parece que las intenciones del prior iban más allá del mero conocimiento del estado de las escuelas básicas de las villas. Muestra de ello es el cumplido informe que sirve de base para esta entrada. El visitador, Francisco Gómez, detalla y analiza los datos que recaba de cada municipio y hace propuestas de mejora.

Extraigamos los datos que importan para la educación:

  1. Se constata un serio descenso en el número total de vecinos desde 1808 (12670) a 1815 (10136). El priorato ha perdido 2534 vecinos. La explicación debemos encontrarla en la guerra de la Independencia (1808-1814), en sus consecuencias económicas y sociales. Estos años pasados trajeron hambres y penurias amén de los enfrentamientos mortales.
  2. En total son 19 maestros con el mismo número de escuelas que dan servicio a 1156 escolares entre 4 y 13 años de edad.
  3. La dotación económica de los maestros es diferente en cada villa. Hay nueve villas que reconocen una asignación fija a sus respectivos maestros: Madridejos, Tembleque, Villacañas, Argamasilla, Quero, Turleque, Arenas, Villarta y Urda. Aunque también reconoce que no la reciben con puntualidad. Éstos y los que no disponen de asignación cobran a los niños alguna cantidad, como se muestra en el gráfico. Sólo los maestros de Argamasilla y Arenas no cobran a los alumnos.
  4. Reconoce que muchos de estos maestros adolecen de la formación y la maestría necesaria para ejercer su oficio. En Argamasilla de Alba, Arenas y Villarta, desempeñan este “Magisterio tres religiosos que no podrán subsistir por la precisión de retirarse á sus conventos y quedarían vacantes sus destinos, como ha quedado el de la villa de Urda, y se ha despedido otro de los dos que hay en la de Madridejos”.[9] En Consuegra “solo hay un Maestro poco instruido”.
  5. Dedica una mención especial al maestro de Camuñas: “el de la villa de Camuñas es casi el único que por sus conocimientos, y particular aplicación procura dar á los Niños de su Escuela, que no está dotada una educación, y enseñanza que devian imitar los demás”.[10]
  6. Según los datos de este informe, existen dos niveles en esta enseñanza de primeras letras: El básico considerado de “lectores y principiantes” entre los 4 o 5 años y los 7 o 12. Las edades varían en cada pueblo, probablemente de acuerdo con los alumnos que en ese momento poblaban las aulas. Y el nivel que consideraremos superior o final de este ciclo, que lo forman los “escribientes” donde completan habilidades de escritura y de cuentas. Las edades de estos alumnos oscilan entre 7 y 14 años.

Con estos datos resumimos la descripción del panorama educativo del priorato, pero Francisco Gómez no se queda aquí, siguiendo lo encargado por el Gran Prior, propone una serie de actuaciones para mejorar la educación básica en este territorio:

1ª Afirma la necesidad de dotar adecuadamente a los maestros, con medios en sus aulas y con unos sueldos dignos de su oficio. Propone un sueldo para cada maestro de 1500 reales de vellón anuales, además de las asignaciones que algunos ya tenían de sus ayuntamientos y de las aportaciones de los alumnos que uniformiza en 3 reales de vellón mensuales para los alumnos escribientes y 1,5 reales de vellón para los principiantes.

2ª Carga el pago de estos sueldos a los fondos del Gran Priorato en los dos tercios del total y el tercio restante a los del Arzobispado. Es razonable esta propuesta si se tiene en cuenta el reparto de las contribuciones de los diezmos. Por ello excluye el gasto arzobispal en las villas de Turleque y Argamasilla de Alba, cuyas escuelas pagaría íntegramente el Gran Prior. Refiere la posible reacción del arzobispo toledano con estas palabras: “y no dudo que pasándose oficio de la Rl voluntad de S A al Emo Señor Arzobispo, prestaría gustoso su consentimiento á la contribución de aquella.[11]

3ª La solución para encontrar maestros competentes es la siguiente:

Me parece que la principal dificultad consiste en hallar Maestros adornados de los conocimientos, y circunstancias que requieren, para la buena educación y enseñanza de los Niños, tanto en doctrina cristiana, como en leer, escribir, y contar (…)

Deberán conferirse las Plazas de Maestros, y por oposición a los que estén aprobados por la Academia de primeras letras y sean más idóneos entre los pretendientes, deviendo hacerse aquella en presencia del Ayuntamiento, Párroco y Administrador de S A en cada pueblo, quienes dispondrán la elección con la mayor prudencia.[12]

Propone una selección de maestros titulados entre los considerados mejores por tribunales que deja establecidos.

4ª Aconseja el establecimiento de un horario fijo para enseñar las diferentes materias: silabear, leer, escribir, contar, ayudar a misa y doctrina cristiana. Siempre adaptándose a la edad de cada alumno.

5ª Prefiere que no se trabaje sólo la memoria:

 “No debe limitarse la instrucción de los Niños, si fuese posible, á que exciten únicamente la memoria de lo que aprendan repitiéndolo con frecuencia, como se hace, porqué este defecto, regularmente nace de su corta capacidad, sino que es necesario que los maestros procuren obligarles a que hagan uso de lo mismo que les enseñe, y haian aprendido, para que después les sea familiar, y regla de sus acciones.”[13]

Unas ideas que pueden abrazarse por las actuales corrientes pedagógicas. Estamos en 1815 y la educación más allá de la memoria es una solución contemplada.

6ª En cuanto a los medios estima conveniente dotar a las escuelas de la Gramática de la lengua castellana, para que la usen los alumnos que puedan leer a la perfección “facilitándoles anualmente cuatro ejemplares á cada Escuela, para que las voces con que se expliquen, sean las propias de nuestro idioma.”[14]

7ª Solicita al Gran Prior la adopción del plan de instrucción escolar de la Academia de primeras letras acomodado al vecindario de cada villa.

8ª Ve desproporción entre el número de vecinos y un solo maestro en Consuegra, que, además, considera poco competente. Propone la creación de una plaza más en esta villa, siempre en las mismas condiciones que el resto de sus colegas.

Completa el informe sobre las escuelas con una tabla que me he permitido recrear y modificar para mejorar su lectura:

Ante un documento de esta naturaleza que presenta números que se prestan a la comparación y al análisis, nos animamos a comentar algunos aspectos:

a.- La población: La guerra y sus consecuencias han provocado muertes y ralentizado los nacimientos. El paso de los ejércitos con sus exigencias, el hambre y las enfermedades. El descenso en el número de vecinos es de 2534, que en población total se puede considerar en 10000 a 12000 personas. Si jugamos con estos números podemos hacer nuestra lista de villas de acuerdo a su población.

Herencia sigue siendo, con diferencia, la mayor urbe del priorato. Mientras que Villarta está acometiendo su repoblación.

b.- Relación entre número de escuelas y número de alumnos. De nuevo Herencia capitanea esta tabla con más alumnos y tres escuelas. Consuegra necesita un segundo maestro, pormenor que el visitador mencionó en sus propuestas de mejora. Y además de seguir la lista podemos pensar en la ratio por maestro de 120 alumnos en Consuegra, 106 en Villacañas, 82 en Villafranca o 50 en Camuñas. Estos maestros tenían que recurrir a métodos imaginativos y mezclando su autoridad personal con valor de su ejemplo y la separación de los alumnos en pequeños grupos de trabajo con diferentes tareas.

Intentemos imaginar el trabajo de estos profesionales de la enseñanza primaria ante estos grupos muy numerosos de alumnos. De acuerdo con Sylvie Imparato-Prieur[15] impartían doctrina cristiana, lectura (alfabeto, silabeo, lectura de palabras y frases, deletreo, lectura común de un libro religioso), escritura (con muestras y reglas) y aritmética (las cuatro reglas). En los niveles superiores de “escribientes” podían utilizar la gramática castellana y estudiaban historia de España. Se valían de métodos de aprendizaje vicario utilizando como líderes de estos grupos a los alumnos mejor preparados.

c.- Los sueldos mensuales de cada maestro. Si suponemos que cada maestro recibe puntualmente los pagos de los alumnos y de los ayuntamientos tal y como se muestra en la tabla. Teniendo en cuenta que repartimos equitativamente los alumnos de la población en los casos de existencia de varios maestros, el sueldo de cada maestro quedaría como sigue:

El maestro catalogado como ejemplar en el informe del visitador, es el que menos cobra. Y observamos unas diferencias por pueblos en las que un maestro puede cuadruplicar el sueldo de otro en diferente villa. No parece existir una relación directa con la cantidad de población, Alcázar está en los puestos finales y Urda y Villafranca se colocan entre los que más cobran.

Este cálculo es sólo una orientación, los niños que asistían a clase durante todo el año eran pocos, se ausentaban con facilidad, las familias más pobres necesitaban del trabajo de sus hijos en cuanto aparecía la oportunidad de trabajos temporales en el campo, en esos meses el maestro no recibía los reales de esa familia.

Los precios de las mensualidades que cobran los enseñantes también varían considerablemente. En Herencia y en Villafranca están los maestros más caros del priorato que contrastan con la gratuidad de la enseñanza en Argamasilla de Alba y Arenas de San Juan.

Conclusiones

1.- Recordamos que la humildad y la pobreza de los profesionales de la educación son una realidad de acuerdo los ejemplos relatados de la villa de Villafranca. Personas que dependen de sus escasas pagas muchas veces atrasadas.

2.- El interés por la enseñanza como palanca de progreso sigue manifiesto en la administración del Campo de San Juan. La educación básica es analizada con seriedad y se describen posibles mejoras.

3.- Los protagonistas son el hermano del rey Carlos María Isidro, su secretario Fernando Queipo de Llano y Francisco Gómez, vicario y visitador general.

4.- Las reformas propuestas van en la misma línea: mejora de las condiciones materiales, dignificación de los maestros y adecuación de los planes de estudio y de la práctica de los docentes. Son llamativas las referencias a la excelente labor del maestro de Camuñas y la referencia negativa al de Consuegra.

5.- Abundando un poco en la afirmación anterior es muestra de la importancia que se le da a este trabajo el que se aconseje no basar la enseñanza en la memoria, aconsejando la práctica de lo aprendido.

6.- Se cuida la selección de estos profesionales con la exigencia de una titulación de la Academia de primeras letras y el paso por una oposición donde el tribunal selector de cada villa lo han de formar el Ayuntamiento, Párroco y Administrador de cada villa.

7.- Por último seguimos notando una ausencia clamorosa, a la mujer no se la ve en ningún aspecto de esta educación. Los maestros y los alumnos son todos hombres, la educación femenina sigue siendo un servicio particular para algunas personas de clases acomodadas y relativo a normas de buen comportamiento y trato social.

Félix Patiño Galán


NOTAS:

[1] AHPTO (Archivo Histórico Provincial de Toledo) _23185_f_041- maestro. Contrato de Maestro. Villafranca, 6 de enero de 1670.

[2] AHPTO_23196_003- aula abierta. 02 de septiembre de 1748. Aula abierta, preceptor de Gramática.

[3] Catastro de Ensenada. 1752. Villafranca de los Caballeros. Family Search https://www.familysearch.org/

[4] Ibídem.

[5] APR (Archivo de Palacio Real), IDG (Infante don Gabriel), Secretaría, Leg. 283.

[6] APR, IDG, Secretaría. Legajo 277 cont. 19-10-1799.

[7] Fernando Queipo de Llano y Bernaldo de Quirós (1758-1831) en 1808 fue nombrado gentilhombre y secretario de Cámara de los infantes Carlos María Isidro y Francisco de Paula.

[8] APR. IDG. Contaduría 291 – 292. Carta de F. Queipo de Llano a los alcaldes de las villas del priorato.

[9] Archivo de Palacio Real (APR). Infante don Gabriel (IDG). Contaduría 291 – 292. Informe del visitador Francisco Gómez (26-02-1815).

[10] Op. cit. f 2r y 3v.

[11] Op. cit. f  2v.

[12] Op. cit. f 2v y 3r.

[13] Op. cit. f 4v.

[14] Op. cit. f 4v.

[15] IMPARATO-PRIEUR, Sylvie (2000), “La Enseñanza de primeras letras en España en la segunda mitad del siglo XVIII : contenidos y métodos a través de algunos tratados de enseñanza”. Revista Contextos Educativos 3 (2000), pp. 235-252. DOI: https://doi.org/10.18172/con.num3

Deja un comentario

Archivado bajo Alcázar de San Juan

José Luis Samper en «Manchego del alma viva»

El próximo 16 de Octubre tendrá lugar la inauguración de la exposición del pintor alcazareño José Luis Samper “MANCHEGO DEL ALMA VIVA”  para conmemorar  el XV aniversario del fallecimiento del Artista Manchego y cuya cita será en el  Museo Municipal de su ciudad natal Alcázar de San Juan. Para ello el Ayuntamiento de la ciudad manchega  a través del Patronato de Cultura ha preparado una exposición retrospectiva de su  Hijo Predilecto en la que destacará tanto su labor artística a través de los pinceles, como la profesional en su trabajo de  reportero y cámara de TVE durante más de 3 décadas en las que filmó una amplia radiografía de la tierra manchega

En la muestra el espectador podrá disfrutar de las  obras pictóricas del prolífico autor  pudiendo degustar las pinturas al óleo, acuarelas, dibujos a lápiz,  plumilla, tinta china, serigrafías, carteles y  banderines que él mismo artista   diseñaba, dibujaba, maquetaba e imprimía en una empresa de serigrafía que el mismo autor fundó en la década de los 60 y que recuperaría junto a su hijo y familia en la década de los 80 mostrándonos contenidos que luego pasarían a formar parte con el paso del tiempo en objeto de coleccionistas y difíciles de conseguir. Obras que van desde la década de los cincuenta hasta los años previos a su fallecimiento, muchas de ellas inéditas y que se expondrán por primera vez al público.

Otra  parte importante que  la muestra ofrecerá al visitante es la labor de Samper como reportero para TVE  en la que el museo  habilitará una sala para  visualizar tanto los  reportajes que se emitieron en la década de los 80  relacionados con el territorio manchego, así  como los diferentes aparatos e instrumentos que  se utilizaban en aquellos tiempos para dar cobertura a la actualidad del momento.

 Una exposición muy interesante en la que se podrá contemplar mediante  correspondencia o documentación personal la relación del artista con otras personalidades del mundo artístico, como el director  y realizador de cine “Chicho” Ibáñez Serrador,  la actriz Josita Hernán, o su maestro López Torres del que se posee gran documentación gráfica y que el espectador podrá contemplar en una pequeña muestra.

Por último aquellos que tengan la suerte de visitar la exposición podrán ver los carteles publicitarios que se hacían  hace más de 60 años de manera muy artesanal  y que en su día conformaron un espectro cultural muy relacionado con  la idiosincrasia propia de la tierra manchega y que hoy en día forman parte de un legado artístico casi olvidado en la actualidad

Una exposición, sin  duda,  muy interesante que repasa en buena parte la trayectoria del artista manchego que aún sigue muy vivo dentro del mundo del arte a pesar de los 15 años de su ausencia y en el que su espíritu perdura  a través del  legado de sus  obras que siguen deleitando al espectador. Un hombre apasionado por su tierra bien como pintor e ilustrador o bien como reportero de televisión.

La exposición podrá visitarse desde el 16 de octubre al 28 de noviembre

 Horario: de martes a viernes de 11.00 a 14.00

Sábados de 12.00 a 14.00 y 18.00 a 20.00

Domingos de 120.00 a 14.00

Museo Municipal de Alcázar de San Juan.

_______

Ventanitas

Deja un comentario

Archivado bajo Alcázar de San Juan

El premio Nobel Michel Mayor visita Alcázar de Cervantes

El científico suizo visitó Alcázar de San Juan, en una época de su historia llamada Alcázar de Cervantes, y conoció algunos de sus recursos turísticos gracias a la mediación del astrofísico alcazareño Benjamín Montesinos, presidente de la Sociedad Española de Astronomía y miembro de esta SCA

Los cervantistas alcazareños acogieron en su sede a Michel Mayor que en visita privada y junto con sus acompañantes celebraron un “Almuerzo de don Quijote” en su honor

Alcázar de San Juan, 6 de octubre de 2021.- El premio Nobel de Física 2019 Michel Mayor ha visitado Alcázar de San Juan ciudad que en una época de su historia reciente se llamó de forma oficial Alcázar de Cervantes debido a la gran tradición cervantina de la ciudad que se viene incrementando y enriqueciendo desde la fecha del bautismo de Miguel de Cervantes.

La presencia del científico suizo en visita privada en Alcázar ha sido posible merced a la invitación personal cursada por el astrofísico alcazareño Benjamín Montesinos que es presidente de la Sociedad Española de Astronomía y miembro de esta Sociedad Cervantina, con quien le une una vieja amistad, quien aprovechando que el físico ha pasado unos días en España, le ofreció conocer de primera mano la Mancha de don Quijote y aprovechó para visitar lugares de interés de Alcázar. Michel Mayor vino acompañado de ocho personas, entre las que estaba su esposa, también Félix Llorente de Andrés –uno de los anfitriones en su visita a España- y Ramiro de la Reza (ambos astrónomos y compañeros de Michel Mayor en su época de tesis doctorales en Suiza), así como otros amigos personales que han disfrutado también de la riqueza patrimonial alcazareña.

Michel Mayor, es profesor del departamento de Astronomía de la Universidad de Ginebra, galardonado en 2019 con el premio Nobel de Física (junto a James Peebles y Didier Queloz) por el descubrimiento, junto con este último, de un exoplaneta (fuera de nuestro sistema solar) orbitando una estrella de tipo solar, lo que la organización del Nobel definió como “logros que cambiaron para siempre nuestra concepción del mundo”. Mayor y Queloz descubrieron en 1995 el exoplaneta 51 Pegasi b que gira alrededor de la estrella 51 Pegasi. Mayor contribuyó también al descubrimiento de uno de los cuatro exoplanetas que orbitan la estrella mu Ara, nombrada estrella Cervantes por votación popular impulsada por la Unión Astronómica Internacional.

Mayor, doctor en Astronomía atesora los premios suizos Marcel Benoist (1997), el premio Balzan (2000) y la medalla Albert Einstein (2004); galardonado también con el premio Shaw de astronomía (2005) y en España con el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento, categoría de Ciencias Básicas (2005) junto a Didier Queloz.

Nuestro socio Benjamín Montesinos, con quien le une una larga amistad, recordó con él la anécdota sucedida en 1996, en un congreso de astronomía en Toledo y cuando ya había publicado en Nature el artículo en el que daban cuenta (él y Queloz) de la existencia del primer planeta orbitando una estrella distinta a nuestro sol. Como ya comenzaba a ser famoso por sus trabajos científicos, se presentó en el congreso un periodista para hacerle una entrevista a Mayor, entonces el periodista sugirió para su reportaje gráfico que el tejado del palacio de Benacazón (sede del congreso) podría ser un buen lugar para las fotos con el físico señalando al sol o mirando al cielo y ante el miedo de que el astrónomo se pudiera caer, él contesto que perdieran cuidado que era suizo y estaba acostumbrado a andar por las montañas, de modo que un simple tejado no lo iba a impresionar.

Durante su estancia en nuestra ciudad, Michel Mayor ha conocido la iglesia de Santa María la Mayor, que es la más antigua de la diócesis, donde se encuentra la pila bautismal con un facsímil de la partida de bautismo de un niño llamado Miguel de Cervantes Saavedra, también visitó el camarín de la Virgen del Rosario quedando impresionado por su belleza.

Posteriormente, la Sociedad Cervantina, acogió en su sede a la comitiva y tras degustar el vino “Hideputa”, celebraron un “Almuerzo de don Quijote” en honor a Michel Mayor, para que conociese de primera mano la comida del Quijote. Es la primera vez que la Sociedad Cervantina recibe en su sede a un premio Nobel y espera que no sea la última. Ya al atardecer, subieron al cerro de los molinos y dentro del molino Fierabrás (el único que conserva intacta y en funcionamiento su maquinaria), el físico atendió amable e interesadamente las explicaciones sobre el funcionamiento de estos ingenios del siglo XVII que permitieron dar un salto cualitativo en la primera industrialización de esta comarca.

Al mismo tiempo disfrutaron de la vista de 360º del horizonte manchego, de esta impresionante llanura (tan distinta a su Suiza natal), ya que este magnífico observatorio del cerro de San Antón es uno de los escasos lugares del mundo que ofrece tal panorámica que regala a quienes lo visitan y que sobrecoge de forma especial durante el ocaso.

Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan

Deja un comentario

Archivado bajo Alcázar de San Juan